Las estrategias que utilizamos para encarar un duelo pueden ayudarnos o entorpecernos la superación de la pérdida.
Todos, en nuestro día a día, estamos expuestos a la pérdida. Bien sea la muerte de un ser querido, la ruptura de una relación, un despido laboral o una mudanza, en todos los casos experimentamos la ausencia de algo que era realmente importante para nosotros. Tras cada pérdida, viene un duelo. Un proceso en el que habremos de elaborar las emociones y reconducir nuestra vida. Sin embargo, las estrategias de afrontamiento del duelo que utiliza cada persona son diferentes.
Para algunas resulta relativamente sencillo aceptar la nueva situación y adaptarse a ella. Mientras, para otras, el mundo parece venirse abajo. La confusión, el dolor y la ira se instalan en sus vidas, atenazándolos y robándoles la felicidad.
Sin embargo, estas diferencias provienen de que cada persona emplea un estilo de afrontamiento diferente. Y, afortunadamente, todos podemos modificar el nuestro si este no parece darnos resultado.
Estrategias de afrontamiento del duelo
El afrontamiento se define comoel conjunto de esfuerzos cognitivos y conductuales que se ponen en marcha para manejar y dar respuesta a demandas internas o externas. Cuando la situación implica unas exigencias que sobrepasan las capacidades de la persona, aparece el estrés. Es entonces cuando las estrategias de afrontamiento se ponen en funcionamiento para adaptarse a dicha demanda.
El duelo, sin duda, es una de estas vivencias en que nos sentimos desbordados y hemos de utilizar nuestros recursos personales. Sin embargo, existen diferentes estrategias de afrontamiento del duelo, y no todas resultan igual de eficaces.
Afrontamiento enfocado en el problema
En este caso todos los recursos se enfocan en el problema en cuestión que requiere una solución. Sucede en función de tres distintos estilos de afrontamiento:
- Reflexivo: consiste en analizar y reflexionar acerca de la situación y de uno mismo, así como en planificar el modo de salir adelante.
- Reactivo: implica actividades impulsivas y descontroladas, movidas por los pensamientos distorsionados de cada individuo.
- Supresivo: en este caso se inician todo tipo de acciones para negar lo sucedido y evitar exponerse a ello.
Las estrategias reflexivas acercan a la persona a darle una solución al problema.Por otro lado, las reactivas y supresivas lo alejan de esta posibilidad.
Así, cuando se pone en marcha un afrontamiento enfocado en la solución del problema se identifica la situación estresante y se valora su importancia. Además, se analizan sus causas y se inician conductas orientadas a producir cambios en la situación.
Afrontamiento emocional
Consiste en enfocar las energías, no en el problema en sí, sino en las emociones que este provoca. Así encontramos, por un lado, el procesamiento emocional, que implica reconocer y entender los sentimientos que se están experimentado. Por otro, la expresión emocional que consiste en liberar y compartir esas emociones, bien sea con los demás o con uno mismo.
De la misma forma, el afrontamiento emocional puede llevarse a cabo desde un estilo reflexivo, reactivo o supresivo. Consistirán en analizar las emociones, expresarlas de forma impulsiva y descontrolada o evitarlas, respectivamente.
Consecuencias de las estrategias de afrontamiento del duelo
Todas las opciones anteriores son estrategias que las personas ponen en marcha para encarar una pérdida. Si lo analizamos detenidamente, nos resultará fácil darnos cuenta cuales son las que habitualmente empleamos nosotros mismos. Sin embargo, cada una de ellas tiene consecuencias diferentes, y hacen que el duelo se elabore de una forma más o menos rápida y efectiva.
Las personas que utilizan un estilo reactivo tienen más probabilidad de sufrir un duelo complicado, así como de experimentar síntomas ansiosos y depresivos. Este puede resultar beneficioso en momentos iniciales, pues la ira puede transmitir al individuo una sensación de fortaleza. Pero, si se mantiene en el tiempo, le impedirá elaborar el duelo de manera adecuada.
Por otro lado, quienes utilizan la expresión emocional y el estilo reflexivo experimentan un mayor crecimiento y transformación personal positiva tras el duelo. Estas personas buscan activamente formas de solucionar el problema, piden apoyo social y expresan sus sentimientos de forma adecuada.
Por ello, queda patente que la forma más funcional de afrontar un duelo consiste en identificar, expresar y liberar las emociones de un modo adecuado. Además de mantener la claridad mental y poner en marcha comportamientos que, activamente nos ayuden a solucionar la situación. Negar el problema, evadirnos o reaccionar de forma impulsiva solo intensificará el sufrimiento.
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