El actual líder espiritual del Lamaísmo o budismo tibetano, mejor conocido como Dalái Lama, ha marcado a la humanidad, llenándonos de sabiduría, sin dejar por fuera a nadie, porque definitivamente un buen corazón, no tiene que ver con religión, responde y entra en sintonía con lo que considera alineado con la bondad que representa su ser en su esencia más pura.
Hemos recolectado algunos de sus pensamientos para disfrutar de su enfoque de la vida y sobre todo para adoptar aquellas que sintamos que nos pueden favorecer y hacernos reflexionar acerca de cómo llevamos la vida y hacia dónde nos dirigimos.
El verdadero propósito de la vida es buscar la felicidad.
Sólo hay un punto importante que debes tener en mente y dejar que te guíe. Sin importar lo que las personas digan de ti, tú eres quien tú eres. Guarda esta verdad.
El cambio verdadero viene de dentro. Deja lo de afuera como está.
Para crear paz interior, lo más importante es la práctica de la compasión y el amor, la compresión y el respeto por los seres humanos. Los más poderosos obstáculos para ello son la ira y el odio, el temor y el recelo. De modo que, mientras la gente habla de desarme en el mundo entero, cierto tipo de desarme interno es prioritario.
En lugar de molestarte, quiere a las personas que te dan problemas, porque crean circunstancias que nos proporcionan oportunidades invaluables para practicar la tolerancia y la paciencia.
Si no puedes cultivar la actitud adecuada, tus enemigos son los mejores guías espirituales, porque su presencia te proporciona la oportunidad de afianzar y desarrollar la tolerancia, la paciencia y la comprensión.
Lógicamente, la armonía debe venir del corazón. Armonía basada mayormente en la confianza, tan pronto como se usa la fuerza, se crea el miedo.
Nuestro propósito principal en esta vida es ayudar a otros. Y si no puedes ayudarles, al menos no les hagas daño.
Cuando uno es generoso, con la intención de recibir algo a cambio o de obtener una buena reputación o de ser aceptado, entonces no está actuando como un ser iluminado.
Tendré pensamientos amables hacia los demás. No me voy a enojar ni voy a pensar mal de los otros. Me beneficiaré de las demás personas tanto como pueda.
Mientras más motivado estés por el amor, tendrás menos miedo y mayor libertad de acción.
Cuando somos capaces de reconocer y perdonar las acciones inmediatas del pasado, ganamos fortaleza para resolver problemas del presente constructivamente.
Recuerda que la mejor relación es aquella en la que el amor por cada uno excede la necesidad por el otro.
Si nuestra mente se ve dominada por el enojo, desperdiciaremos la mejor parte del cerebro humano; la sabiduría, la capacidad de discernir y decidir lo que está bien o mal.
Mira a los niños. Desde luego, también pelean entre ellos. Pero en general, no guardan rencor tanto como lo hacen los adultos.
Cuando practicas vivir contento puedes llegar al punto de decir “sí, ya tengo todo lo que necesito».
Sin importar si creemos en Buda o en Dios, si somos de otra religión o no somos de ninguna. Siempre y cuando tengamos compasión por los otros y actuemos con responsabilidad, seremos felices sin lugar a duda.
Cuando pierdas, no pierdas la lección.
El éxito y el fracaso dependen de la sabiduría y la inteligencia, que nunca pueden funcionar apropiadamente bajo la influencia de la ira.
Es muy importante generar una buena actitud, un buen corazón, tanto como sea posible. Desde esto, la felicidad a corto y largo plazo llegará a ti y a otros.
Definitivamente este maravilloso hombre mira al mundo a través de los cristales del amor y la vida a través de los de la gratitud. Sin duda una de las mejores maneras de sacarle provecho a esta experiencia. Mucho que aprender de él.
Por: Sara Espejo – Rincón del Tibet
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