Se me ha pedido que de una charla sobre las Dos Verdades: la convencional o nivel superficial de la verdad, y la verdad última. Observándolo de cierta forma, parece como si yo ya hubiera terminado mi enseñanza, porque son solo estas dos palabras: convencional y última, ¡y ya está! Pero de hecho, estas dos verdades contienen dentro todo el Budismo, así que es algo más que hablar de acerca de lo que has encontrado en una gran montaña.
Yo os pido en este lugar especial que es Bodhgaya, que desarrolléis dentro de vosotros una especial motivación. Todos los seres vivos, no importa quienes sean, son criaturas vivas que están buscando la felicidad. Al mismo tiempo que buscan la felicidad, no son conscientes de las causas de la felicidad; por lo tanto desarrollad esta motivación: “Para liberarlos de su infelicidad, yo tengo que lograr todas las maravillosas cualidades, todas las excelencias del estado de la Iluminación, para enseñarles como pueden liberarse”
Los seres vivos, lo mismo que nosotros, son definidos por el estar buscando el evitar lo no placentero, las situaciones de sufrimiento; y por buscar el instalarse en situaciones de felicidad. Los animales, incluso los insectos, conocen métodos para quitar el sufrimiento, tienen este tipo de inteligencia. Los humanos se diferencian de los animales en que tienen la inteligencia necesaria para poder considerar periodos de tiempo muchísimos más amplios. Los humanos pueden comenzar a hacer cosas para aliviar los estados de sufrimiento que de otra forma tendrían que soportar en el futuro, por ejemplo: teniendo una buena educación, para así poder encontrar un buen trabajo, poder hacer dinero, y vivir bien en el futuro. Estamos hablando aquí de forma general, no tratando tan solo el aspecto espiritual.
Si uno realiza acciones virtuosas, entonces en el futuro estará en un estado feliz. Si uno ha realizado acciones no virtuosas, entonces habrá puesto las causas para encontrarse en un estado de privación. Espiritualmente contemplado, uno entra entonces en el proceso de pensamiento de un ser humano que está contemplando un futuro que va más allá de la simple muerte.
Todo lo que el Iluminado habló se dirige a la comprensión de los dos niveles de verdad. Puesto que tenemos dos niveles de realidad, entonces tenemos algo que está subdividido, o que está clasificado en dos naturalezas.
Así que podéis preguntaros: ¿Qué es lo que está subdividido?”; y la respuesta es lo conocible, o los objetos de conocimiento (tibetano: She-ja). Aquí, algo conocible es simplemente algo que existe. Existir significa ser conocible; y ser conocible significa existir.
Por ejemplo, yo podría tener la idea de una cornamenta en un conejo; eso podría surgir en mi mente. Yo podría producir esa consciencia, y en ese sentido, la cuerna de un conejo es algo conocido, pero que no existe. El problema aquí es que cuando vosotros equiparáis las cosas que existen y las cosas que son conocidas; estas son conocidas por una consciencia válida, pero no por todas las consciencias. En otras palabras, yo podría salirme de este embrollo diciendo que, en verdad, la cornamenta de un conejo es conocida por la consciencia de una persona en particular, pero eso no significa necesariamente que sea conocida por la consciencia.
La verdad última en sánscrito es paramarthasatya; si se descompone esta palabra en sus partes, resulta así: artha, se refiere a lo que es conocido; parama se refiere a lo que conoce su objeto, esto es, la mente de un ser altamente desarrollado espiritualmente; satya, significa verdad. Es verdad porque eso que es conocido es verdad para eso que conoce su objeto: la mente del ser altamente desarrollado espiritualmente. Por consiguiente, la verdad última, es algo que es una verdad primordial.
¿Qué podemos decir acerca de esta otra verdad, la convencional, el nivel superficial de la verdad? ¿Cómo puede uno llegar a comprender esta segunda verdad, si la realidad última es entendida de esta forma? Esto es en sánscrito samvritisatya. Samvriti es todo lo que envuelve; y envolver aquí significa la consciencia ordinaria que envuelve a aquello que es real. Satya, aquí sigue significando verdad, pero una verdad que lo es para una consciencia ordinaria. En otras palabras, todas las cosas que son verdad para las mentes ordinarias como las nuestras, que son tenidas como algo real por ellas, son verdades convencionales; y por lo tanto, es la verdad para una mente convencional envuelta por las aflicciones.
En la tradición escolástica, decimos que todo lo que es conocido siempre estará incluido en uno de esos dos niveles de realidad. Lo que no esté incluido en estos dos niveles de verdad está más allá de la esfera de lo cognoscible. Hay una profunda lógica en ello, en el que estas dos categorías, las dos verdades, sean una descripción exhaustiva de todo lo que hay. Así es como funciona. La verdad y la mentira van juntas, ¿No es así? Si una persona hace una afirmación que refleja la realidad, entonces esa afirmación es verdad. Sin embargo, una afirmación que no refleje la realidad, es mentira.
El nivel último de la realidad está reflejado en la consciencia que conoce, de una forma que no es falsa. Esto necesariamente nos lleva a la situación en la que podemos decir que todas las verdades convencionales están mintiéndole a la consciencia que las conoce, respecto a la forma en la que aparecen. De forma similar, respecto de las cosas ordinarias que se le aparecen a la consciencia ordinaria, tiene que decirse que se le miente a esa consciencia ordinaria. Eliminando esa verdad convencional, vosotros estáis mostrando la verdad de la consciencia de lo primordial. Eso que es primordial, apareciéndosele a una consciencia que lo conoce y que no está mintiéndole a esa consciencia, es la Talidad de las cosas, la realidad primordial de las cosas.
Por tanto, vosotros habéis estado necesitados de otros para generar una ilusión de “veo- visto”; y a partir de esto, podéis extrapolarlo para mostrar que eso es una afirmación que es propia de todo lo conocible, de todo lo que existe.
En los sistemas de ideas del Budismo, existen muchas interpretaciones de que son exactamente esos dos niveles de verdad. Están establecidos como las cuatro escuelas de filosofía Budista.
En la escuela más profunda, la escuela Consecuencialista del Camino del Medio (Prasangika-Madhyamaka), ¿Qué es la vacuidad, o lo primordial? Es esto: que dehecho nada o nadie, en ninguna parte, tiene una existencia inherente que la hagalo quees. Nada tiene su propia marca personal. Todo existe simplemente a través del lenguaje, de las ideas.
La ausencia de algo, la ausencia total, la total no existencia, la no existencia de nada que no sea sino a través del poder del lenguaje y del pensamiento es sunyata, la vacuidad, la verdad última.
Cuando uno habla de una verdad última, de la vacuidad; uno tiene un enfoque. Uno está buscando objetos, y está encontrando que están totalmente vacíos. Lo qué está uno buscando y encontrando como vacío es muy importante. El identificar las cosas en primer lugar llega a ser algo importante, porque la verdad última no es algo que sea inmediatamente aprehensible por nuestros sentidos; no podemos verla. Tenemos que llegar a ella a través de nuestros procesos mentales, y para hacer esto tenemos que utilizar el razonamiento. Este razonamiento tiene su punto de partida en ciertas cosas o bases; así que por lo tanto, en primer lugar tenemos que identificar esas cosas en primer lugar.
Comencemos por intentar identificar cuáles son clásicamente las más importantes de esas bases: los cinco agregados o skandhas. En el Sutra del Corazónse dice: “Observando la vacuidad de la existencia inherente, también la de los cinco agregados”. Así que si no conocemos cuales son estos cinco agregados, ¿Cómo podréis buscar en la naturaleza última de ellos?
Los cinco agregados son: el gran montón de la forma, el gran montón de los sentimientos, el gran montón de las discriminaciones, el gran montón de las cosas creadas (samskara), y el gran montón de la consciencia.
Por tanto, uno tiene montones, agregados, y estos constituyen seres vivos. Cojamos el agregado de la forma, el cual puede dividirse en formas físicas externas objetivas, y en formas físicas internas subjetivas. La visión, los sonidos, olores, sabores, y sensaciones son las cosas externas u objetivas dentro de este gran montón de las formas físicas, mientras que los cinco sentidos son las formas físicas subjetivas o internas.
El segundo montón es el de los sentimientos. ¿Qué son los sentimientos? Son las experiencias que uno tiene de las cosas: las experiencias de placer, las neutras, y las de desagrado.
El siguiente montón es la discriminación, la cual es definida como esa parte de la mente funcional que identifica las cosas determinadas, tal como ellas son.
El cuarto agregado de las formaciones kármicas posee la mayor parte de las cosas creadas no asociadas. Es un gran contenedor para todo lo que no está incluido en los demás montones.
¿Y cuál es el quinto montón? Es todas nuestras consciencias, consciencia, o pensamientos. Es generalmente vista como una consciencia basada en los sentidos que viene de una mente pensante.
Uno solo puede enfocarse en la realidad de la vacuidad cuando uno ha visto la forma, las dimensiones de lo que se está refutando o negando.
El gran lama tibetano Tsongkhapa dijo:” Todo lo que es producido a partir de condiciones, nunca es producido.” Podéis desentrañar esta aparente paradoja de este modo: lo que se está diciendo, es que no hay nada que sea producido como algo que sea independiente; que nada es producido como algo que está allí por su propio poder. Eso es lo que estáis intentando demostrar.
Por ejemplo, un plantón no se produce debido a su propio poder, como algo que es inherentemente lo que es. ¿Por qué? Porque está producido a partir de causas y de condiciones. Así es como desentrañáis el significado de la afirmación, para formularla como una razón para que el significado oculto que es la vacuidad, llegue a aparecérsele con claridad a la mente.
Lama Tsongkhapa escribió en su famosa Alabanza de la Originación Dependiente: “Cualquier cosa depende de condiciones, esto es, carece de una existencia intrínseca. ¿Qué enseñanza puede ser más asombrosa que esta?”
Hay muchos razonamientos diferentes que una persona puede emplear para entender la vacuidad. Pero aquí nos encontramos con el rey de todos los razonamientos- la generación dependiente- porque el que sea producido, o que surja de forma dependiente, es la razón de toda vacuidad. Usando este razonamiento, uno evita el extremo del nihilismo puesto que la originación dependiente muestra algo que está allí; sin embargo, puesto que es un razonamiento que muestra la vacuidad, también se elimina el extremo del existencialismo o eternalismo.
Como el gran Aryadeva dijo en sus Cuatrocientas Stanzas: “Quien penetra la realidad de una cosa, ve la realidad de todas las cosas” Lo que se está diciendo aquí, es que si uno se sumerge en la realidad profunda de una cosa, no necesita repetir todo el proceso con todos y cada uno de los objetos. Pues llevando a la mente la realidad que has visto en un objeto o persona, y cambiando la mente, tú lo verás tal como es.
Por eso es por lo que todos nuestras sádhanas, sin excepción comienzan con el mantra OM AH HUM, que significa:”OM, esto es pureza, todos los fenómenos son puros, yo soy esa pureza”.
Antes de hacer cualquier sadhana, uno lleva a su mente este hecho de la realidad primordial de la vacuidad.
Trad. al castellano por Losang Gyatso.