Dzogchen y Mahamudra, la Gran Perfección y el Gran Sello, son poderosos sistemas de meditación para revelar la naturaleza de la mente, explica Adeu Rinpoche. Si bien sus métodos pueden diferir, su esencia es la misma.
El enfoque contemplativo del Mahamudra tal como se encuentra en la tradición tibetana Kagyu y el enfoque del Dzogchen de la tradición Nyingma son idénticos en esencia, puedes seguir uno u otro, sin embargo, cada uno tiene sus propias instrucciones únicas. En cada sistema, Mahamudra y Dzogchen, se usan varios métodos para revelar la naturaleza de la conciencia pura en sí misma.
Al emprender la práctica de meditación en la tradición Mahamudra, al meditador se le enseñan tres aspectos: quietud, ocurrencia y darse cuenta. Cultivar la quietud significa capacitarse para cortar la participación en los recuerdos del pasado o pensamientos distraídos acerca de lo que podría suceder en el futuro; te abstienes de construir planes sobre el próximo momento. En el presente, simplemente sueltas todo. Dejas caer todo y te estableces en el ahora. En la tradición Mahamudra, la quietud se refiere a no producir nuevos pensamientos o seguir pensamientos sobre el pasado, el presente o el futuro.
Al principio, notarás que un establecimiento total, sin ninguna implicación en el pensamiento, no dura tanto. Debido a la fuerza kármica de las corrientes energéticas internas de uno, continuamente se están formando nuevos pensamientos ― pensamientos que se aferran al sujeto y al objeto, a lo agradable y desagradable. La activación de tales patrones se conoce como ocurrencia.
Cuando nuestra atención está quieta y en silencio, hay un conocer de lo que es. Cuando uno está involucrado en pensar sobre esto y aquello, no hay un conocer de lo que es. En el contexto de la quietud y la ocurrencia del pensamiento, este conocer se llama darse cuenta. Estos son los tres aspectos: quietud, ocurrencia y darse cuenta.
La preparación en Mahamudra es esta: cada vez que te das cuenta de que estás pensando en algo, desconéctate de ello, suspende tu atención. Regresa a la quietud y al silencio, y simplemente permanece ahí. Cuando te das cuenta de que estás pensando en algo, simplemente vuelves a la quietud. Esta es la preparación. Repitiendo esto una y otra vez, se volverá más familiar y tendrás más experiencia. Esta es la forma de progresar.
A medida que seas más capaz, llegará un punto en el que la ocurrencia del pensamiento ya no tendrá una sujeción tan fuerte sobre tu atención. Será más fácil volver a la quietud. Finalmente, cada vez que un pensamiento comienza a moverse, en lugar de quedarte atrapado en él, simplemente podrás permanecer quieto, hasta que la fuerza de la ocurrencia del pensamiento se debilite, mientras que la conciencia crece y se fortalece. La línea divisoria entre la quietud y la ocurrencia se desvanecerá. Este es el punto en el que puedes darte cuenta de la verdadera identidad de la naturaleza de la mente. En otras palabras, comienza el vipassana, o una mayor visión meditativa.
El gran yogui Milarepa dijo: «En el intervalo entre el pensamiento pasado y el pensamiento siguiente, el estado despierto sin pensamientos nace continuamente». Así es, ya sea que lo reconozcas o no. La diferencia es poder reconocerlo; la oportunidad de hacerlo está ahí todo el tiempo. Esta es la preparación.
Al principio, cuando un pensamiento desaparece, eso se llama quietud. A medida que surge un nuevo pensamiento, eso se llama ocurrencia. Llevar la atención sobre lo que está sucediendo se llama darse cuenta. Estas tres ―la quietud, la ocurrencia y el darse cuenta― tienen que ver con ser conscientes cada vez más de la brecha o intervalo entre pensamientos. Esta cualidad consciente se va fortaleciendo cada vez más con la preparación o entrenamiento. No puedes aumentar esto artificialmente. Aquí, la diferencia entre shamatha y vipassana es la diferencia entre reconocer eso que se está dando cuenta y la cualidad despierta real.
Según el Dzogchen, cuando tu práctica de shamatha es simplemente permanecer en un estado neutral e indiferente sin ninguna actividad mental, esto se conoce como la conciencia base (all-ground, base de todo). Es simplemente una forma de estar libre de la participación del pensamiento. Además, cuando la atención se activa dentro de la extensión de la conciencia base esa actividad se conoce como mente dualista. Cuando la línea divisoria entre la quietud y la ocurrencia del pensamiento se desvanece, y la fuerza de la atención se intensifica, se revela rigpa o conciencia pura. Dependiendo de si se usa el enfoque Mahamudra o Dzogchen, existen diferentes terminologías, pero la preparación real es esencialmente la misma.
De acuerdo con las instrucciones Dzogchen, hay tres puntos que recordar. Primero, rastrear la mente dualista o atención normal. Segundo, descubrir la identidad secreta de la mente, lo que la mente dualista ha ocultado. Tercero, revelar su punto de desaparición.
Rastrear significa investigar cómo se comporta la cualidad atenta de la mente dualista, de dónde viene, dónde está ahora y adónde va. El segundo punto, descubrir la identidad secreta de la mente, es en realidad descubrir qué es la mente, es decir, una presencia aparente ― no hay nada allí. Es solo un comportamiento que se confunde con ser una cosa real mientras que en realidad no hay nada en absoluto. Solo cuando investigamos descubrimos que esta cualidad atenta no es nada (ninguna cosa), que nos ha engañado. Se llama presencia inexistente o aparente. El último punto, que revela el punto de desaparición de la mente dualista, se refiere al hecho de que en el momento en que buscas esta cualidad atenta y de qué está hecha, descubres que no hay nada real. Simplemente desaparece cada vez que miras. Este es el enfoque del Dzogchen: descubrir qué es realmente la mente dualista.
Así es como se descubre y se entra en rigpa. Para comenzar, necesitamos tener claro qué es la mente dualista. Descubrir la identidad de esta cualidad despierta que se aferra a la realidad indagando acerca de la llegada, la permanencia y la desaparición de la mente dualista. ¿De dónde vino la mente? ¿Dónde está ahora? Cuando ya no existe, ¿a dónde se fue? Este es el punto cuando se puede introducir o señalar rigpa.
En Mahamudra, el procedimiento comienza con shamatha que se acompaña de ciertas experiencias o estados de ánimo meditativos llamados dicha, claridad y no-pensamiento. Una vez que uno entra en vipassana de manera ininterrumpida, de modo que la mente ya no revolotea distraídamente aquí y allá, sino que tiene cierta capacidad para sostener ese estado meditativo, esto se llama atención o concentración unidireccional o en un solo punto (one-pointedness), la primera etapa del Mahamudra. Continuando, alcanzas un nivel de progreso conocido como simplicidad, que te lleva a otro estado conocido como un solo sabor, y finalmente logras un estado conocido como no-meditación, o literalmente, no-cultivación. Esto significa que ya no hay nada que deba ser producido o cultivado por un agente que lo cultive. En otras palabras, se descubre el estado primordial de la iluminación. La esencia de la mente ya está iluminada. Aunque en el enfoque del Dzogchen, este descubrimiento se llama re-iluminar porque ya estamos pre-iluminados, el Mahamudra no utiliza estos términos re-iluminar y pre-iluminar. Sin embargo, en la cuarta etapa de la no-meditación el significado es básicamente el mismo.
El camino del Dzogchen comienza con señalar (o reconocer) a rigpa. Esto es como mostrar el comienzo del camino. Uno no debería quedarse parado ahí y esperar, sino que debe seguir adelante. A veces las personas entienden mal y piensan que es suficiente haber recibido la instrucción de señalar y reconocer a rigpa en la propia experiencia, y que han logrado todo lo que hay que lograr. Esto sin embargo no es suficiente. Reconocer rigpa es solo el comienzo del camino del Dzogchen. Necesitamos seguir y requiere mucha perseverancia. Dar la instrucción de señalar es como señalar al suelo y decir: «Este es el camino a Lhasa». Si solo te quedas ahí parado, nunca llegarás a Lhasa. Tienes que avanzar paso a paso por la carretera, poniendo un pie delante del otro. De manera similar, al haber reconocido rigpa, debes prepararte y progresar a lo largo del camino. Por supuesto, podría decirse que la perseverancia no requiere esfuerzo, pero esto definitivamente no significa que debamos ignorar la necesidad de practicar. Se dice que hay dos tipos de practicantes del Dzogchen: el tipo perezoso y el tipo diligente. Para el tipo perezoso existe la práctica de trekchö, el entrenamiento en pureza primordial. Para el practicante diligente existe el camino tögal de entrenamiento en presencia espontánea. Pero en ambos casos todavía existe la necesidad de practicar.
Hay cuatro etapas de desarrollo en Dzogchen. La primera etapa viene con el reconocimiento de rigpa, que a veces se denomina manifestación dharmata o naturaleza innata, el estado natural visto tal como es en realidad. A medida que progresas y tu experiencia se profundiza, la segunda etapa se llama experiencia meditativa aumentada. La tercera etapa es la conciencia que alcanza la plenitud, mientras que la cuarta es el agotamiento de todos los conceptos y fenómenos dualísticos. Esta última etapa es equivalente a la etapa de no-meditación en Mahamudra. Como se mencionó anteriormente, el estado final de la iluminación es estar re-iluminando en el fundamento original pre-iluminado. El gran maestro de Dzogchen Paltrül Rinpoche a menudo les decía a sus discípulos: «Deben dejar espacio para el progreso. No deberías pensar que ya estás allí y que no hay nada más que obtener. Aunque es el estado de rigpa, deja espacio para el progreso. No estés satisfecho, es muy temprano. Todavía hay margen de mejora en tu práctica».
Lo que se señala de acuerdo con el enfoque Mahamudra es el verdadero estado despierto original de tu mente ordinaria. Una vez que se te ha señalado esto, se llama esencia de la mente (mindessence). La instrucción es: «Investiga la esencia de la mente. Mantente en la esencia de la mente. Este es el camino». De acuerdo con las instrucciones de Dzogchen, lo que se señala se llama rigpa, que es el estado despierto original intrínseco que está presente dentro de ti. Una vez que es señalado, reconoces rigpa y lo mantienes. No hay diferencia real entre estas dos enseñanzas. Por supuesto, hay algunas instrucciones adicionales en los dos sistemas. Es como acercarse a Bodhgaya desde el sur o el norte; ambos caminos conducen al mismo destino. La instrucción de señalamiento es la misma que mostrar el camino inequívoco que conduce directamente a Bodhgaya. Si uno realmente reconoce la manera que necesita entrenar para ser iluminado, y si la sigue exactamente, no hay duda de que este es el camino inequívoco. Sin embargo, uno todavía debe seguir el camino. La rapidez con que alcanzas la meta depende completamente de ti y de tu diligencia.
Después de haberle dado a Gampopa todas las instrucciones necesarias sobre meditación, Milarepa le dijo: «Ahora te toca a ti ir a practicar». Cuando Gampopa se iba, Milarepa lo acompañó durante un tramo. En un momento se detuvo y le dijo a Gampopa: «Te he dado todas las enseñanzas, pero hay una instrucción que no te he revelado». Gampopa pensó que debería hacer una ofrenda de mandala, y mientras se preparaba para hacerla, Milarepa dijo, «No hay necesidad de ofrecer un mandala». Simplemente te daré esta enseñanza. «Milarepa se dio la vuelta, se levantó el faldón y le mostró las nalgas. Estaban tan callosas que Gampopa no pudo decir si estaban hechas de carne, piedra o madera. Después Milarepa le dijo: «Si quieres alcanzar la perfección en la práctica de la meditación, entonces debes sentarte como yo. Me senté en una piedra sólida continuamente durante tanto tiempo que mi trasero es como un fósil ― es tan duro como una piedra. Deberías entrenarte con este tipo de perseverancia. Esa es mi última instrucción». No es suficiente mirar dónde estás parado y pensar que has llegado a otro lugar. Reconocer el estado despierto de rigpa no es la iluminación, sino el camino hacia la iluminación. Aún necesitas desarrollar toda la fuerza de este reconocimiento entrenando continuamente.
Ahora identifiquemos en qué nos entrenamos durante una sesión de meditación. En general, se dice que esto es la «mente natural» o la «mente ordinaria», pero ¿qué es eso? ¿Significa nuestro estado mental normal o el estado natural específico de la mente como se describe en Dzogchen? El gran revelador de tesoros Sherab Özer dijo: «No es suficiente suspender tu atención para no distinguir entre nada en absoluto. Simplemente no meditar o mantener cualquier concepto de meditador u objeto de meditación no es suficiente. Este es probablemente el estado vacante de distracción que es la base de todo el samsara y el nirvana».
Según el Dzogchen, uno debe identificar la base de la liberación, el estado natural de rigpa, que no es lo mismo que el estado mental ordinario conocido como conciencia base. No importa cuántos miles de años te entrenes en el estado de la conciencia base, no habrá absolutamente ningún progreso ―uno simplemente volverá a surgir en el estado de samsara― mientras que el entrenamiento en el estado natural de rigpa no es más que la base de liberación. Por lo tanto, es importante distinguir la mente ordinaria normal de la conciencia base de la mente ordinaria natural que es la base de la liberación, y entrenar en consecuencia. Para decirlo de manera sencilla, de acuerdo con el Dzogchen, el auto-conocimiento del despertar original es señalado en nuestro estado mental ordinario y natural.
De acuerdo con el Mahamudra, la esencia de la práctica de la meditación también se encuentra dentro del estado mental ordinario y natural. Esto se señala como verdadero despertar original. Habiendo reconocido esto, uno puede proceder a entrenar en él, y a medida que se profundiza su entrenamiento, hay ciertas etapas de progreso que se describen como los cuatro yogas. Cada uno de estos se divide en las tres categorías de menor, media y mayor capacidad. Estos son conocidos colectivamente como los doce aspectos de los cuatro yogas en el camino del Mahamudra. Otro enfoque es aplicar la estructura de los cuatro yogas a cada uno de los yogas, dando como resultado dieciséis aspectos. Estos son igualmente válidos y simplemente describen los niveles cada vez más profundos de experiencia y estabilidad en la mente ordinaria natural.
El camino del Dzogchen tiene una explicación similar. Según el trekchö, existe una creciente sensación de estar cada vez más acostumbrado al estado de rigpa, que se describe como las etapas del camino conocido como las cuatro visiones. Estas cuatro también se pueden aplicar a la práctica del tögal.
Ya sea que progreses de acuerdo con el Dzogchen o el Mahamudra, por favor comprende que, en última instancia, no existe una diferencia real. No hay un estado despierto llamado Mahamudra y otro separado conocido como Dzogchen. Todo es un solo sabor dentro de la extensión del dharmakaya. A lo que estas dos palabras se refieren realmente es a la naturaleza básica de las cosas. Dado que todos los fenómenos, todo lo que aparece y existe dentro del samsara y el nirvana tienen el sello de la gran bienaventuranza, se le llama el «Gran Sello», que es el significado literal del Mahamudra. Del mismo modo, dado que todos los fenómenos se perfeccionan en la extensión de la conciencia auto-existente, se le llama la «Gran Perfección» o Dzogchen.
La fruición, o el resultado final del camino, se describe como el despertar a la verdadera iluminación dentro de la extensión de los tres kayas, o cuerpos de iluminación. Esto se explica como la esencia vacía que se realiza como dharmakaya, la naturaleza consciente que se realiza como sambhogakaya, y la capacidad omnipresente que se realiza como nirmanakaya. Estos tres kayas también se realizan como indivisibles dentro de la esfera única del despertar original. Esto es cierto tanto si llamamos a ese estado de realización Mahamudra o Dzogchen.
De freedom in bondage: the life and teachings of adeu rinpoche, traducido por Erik Pema Kunsang y compilado por Marcia Binder Schmidt. Publicado por Rangjung Yeshe Publications, 2011.Acerca de Adeu Rinpoche
Adeu Rinpoche (1931-2007) fue un maestro de los linajes Drukpa Kagyu y Nyingma del budismo tibetano que descubrió textos ocultos (termas) y escribió extensas enseñanzas e instrucciones. Vivió en el monasterio de Tsechu en Nanchen, en el este del Tíbet, pero pasó veintitrés años en prisión después de la invasión china en la década de 1950. Este artículo es de un nuevo libro de sus enseñanzas, Freedom in Bondage.