Ya estamos en la cabalgata hacia esta Luna Llena en Tauro, que claramente nos recuerda que la Luna y la Tierra están alineadas en este signo del Toro Sagrado, oponiendo al Sol en Escorpio, que apropiadamente describe el tono de estas festividades que se festejan para estas fechas. Halloween, el 31, el Dia de los Muertos, al día siguiente, este último en Méjico, y muchos países latinos, cuando la visita a las tumbas en los cementerios se complementa con ofrendas, como las flores de cempasúchil, o la elaboración de los platos que más gustaban a los ausentes para atraer sus espíritus. En Europa, la cuna del Día de Muertos está en Irlanda. El origen de este Halloween occidental está en el “Samhain” de Irlanda, una de las celebraciones celtas más importantes que tenía lugar el 31 de octubre y que significa el final de la cosecha. Era el momento en el que los pueblos guardaban las provisiones y sacrificaban ganado para sobrellevar el invierno. Para ahuyentar a los malos espíritus, durante la noche se encendían grandes hogueras para proteger a los vivos de los muertos. En España simplemente se llevan flores al cementerio, visitando aquellos que ya no están en forma física.
Esta es una Luna Azul, lo que significa la segunda Luna Llena en un mismo mes, fenómeno que ocurre cada unos 2 años y medio y no siempre en el mismo mes, ya que la última ocurrió en Marzo del 2018 en el signo de Libra y la próxima será el 31 de Agosto de 2023 en el signo de Piscis.
Aún así se me ha ocurrido que sería bueno recordar alguna de las historias relacionadas con este magnífico animal que los humanos aún se empeñan en matar en plazas públicas reviviendo el ritual de la superioridad del hombre sobre su parte animal. Me refiero al Toro, ese Toro Sagrado que Poseidón le regala al Rey Minus, y que origina la historia del Minotauro de Creta.
El Minotauro, (“Toro de Minos”), en la mitología griega, es un fabuloso monstruo de Creta que tenía el cuerpo de un hombre y la cabeza de un toro. Era la descendencia de Pasiphae, la esposa de Minos, y el bello toro blanco como la nieve enviado a Minos por el dios Poseidón para el sacrificio. Minos, en lugar de sacrificarlo, fascinado por su belleza y ante la insistencia de su mujer, lo mantuvo vivo; Poseidón, que se enteraba de todo, pues es un Dios, como castigo hizo que Pasiphae se enamorara de él. Esta es una de las partes más interesantes de la historia, ya que Pasiphae para poder copular con la magnífica bestia blanca, hizo que el artesano Dédalo creara una vaca de madera hueca, en la que se subió para aparearse con el toro y así fue que el monstruoso Minotauro fue el resultado de tal unión. A medida que éste crecía se hizo claro a los progenitores que no podían manejarlo y decidieron pedir otra vez a Dédalo que construyera un enorme laberinto donde el Minotauro pudiese vivir sin escapar.
Un hijo de Minos, Androgeos, fue asesinado más tarde por los atenienses; para vengar su muerte, Minos exigió que siete jóvenes atenienses y siete doncellas fueran enviadas cada noveno año (o, según otra versión, cada año) para ser devoradas por el Minotauro y así apaciguar su hambre y ansiedad. Cuando llegó la tercera vez del sacrificio, el héroe ateniense Teseo se ofreció a ir, y, con la ayuda de Ariadna, también hija de Minos y Pasiphae, (y por tanto hermana de la desgraciada bestia con cabeza de Toro y cuerpo humano), mató al monstruo y puso fin al tributo. Teseo escapó con Ariadna y esta es otra interesante historia pero para otra vez.
Metafóricamente hablando, cada uno de nosotros debe encontrarse con el Minotauro al acecho, en el laberinto sombrío de nuestra psique, algún día. Fundamentalmente, el Minotauro representa el miedo primordial a lo desconocido. Este miedo a lo desconocido está profundamente arraigado en la psique humana que parece ser una herencia genética orientada a proteger y preservar nuestra supervivencia en un universo potencialmente peligroso. El Minotauro puede ser visto como una metáfora de la muerte y la ansiedad de la muerte, y a desaparecer, que tomando en consideración la situación en la que se encuentra el mundo en estos momentos con la pandemia, parece sólo adecuado que para este Halloween o Dia de los Muertos, todos estemos con más ansiedad que lo normal, respecto de estos temas.
Esta es una Luna Llena (como todas) muy especial, ya que astrológicamente hablando, si levantamos la carta para la hora que la Luna se forma llena exactamente nos encontramos con que no hay ningún trígono, ni sextil, es decir, ningún aspecto aliciente, que alivie la tensión y es así que coincide con que muchos países estamos volviendo al “encierro” con toque de queda en muchos de ellos, lo que incrementa la idea de “laberinto sin salida”. Pero en la historia del Minotauro, su hermana Ariadne, ayuda a Teseo dándole un Hilo, para que este pueda salir del laberinto sin perderse. Podemos interpretar este “hilo” para “no perdernos” como una sugerencia de mirar la realidad de nuestra historia, y que podamos entender que hemos salido de situaciones peores en nuestra existencia, y que como dice Noah Harari, aunque esta sea la peor pandemia y por cierto muy devastadora de los últimos 100 años, estamos en una situación muy diferente a las anteriores, pues esta vez sólo nos tomó 2 semanas entender qué era lo que la causaba y contamos con una tecnología y ciencia que no teníamos hace un siglo. Cuando la última, “la gripe española”, el mundo salía de la Primera Guerra Mundial, por tanto el sistema inmune de muchos estaba muy débil y no teníamos ni idea lo que era, ni lo que la causaba. Lo mismo ocurrió con la “Peste Bubónica” del siglo 14, que se llevó a más 50 millones de almas en el mundo entero, cuando tenían aún menos idea de lo que era y como se propagaba.
Esta Luna Llena en Tauro coincide exactamente o se alinea exacta con Urano en Tauro, que en cierta forma también nos habla del HILO de Ariadne, pues nos muestra claramente que debemos prestar atención a como transitamos el laberinto de la vida, cuidando de la Pachamama, si queremos sobrevivir, pero también prestando atención a nuestra salud y nuestro sistema inmune, que se fortalece cuando nos cuidamos y estamos más felices. La nutrición, lo que comemos, es un punto importantísimo en estos momentos y qué es lo que hacemos con nuestro tiempo también. Nos invita a una introspección o “percepción interna que tiene como fundamento la capacidad reflexiva que la mente posee de referirse o ser consciente de forma inmediata de sus propios estados.” (según el diccionario) profunda. Nos invita a mirar repito, lo que comemos, como cuidamos de nuestro entorno y con tantos planetas en Capricornio (Jupiter, Pallas, Saturno y Plutón) que nos hablan de tomar responsabilidad por nuestras acciones y decisiones, en cuadratura a un Marte retrógrado en Aries, cuando nuestras acciones están en tela de juicio y sentimos profundamente que antes de actuar debemos parar, y reflexionar, como se decía antiguamente: “cuenta hasta 3 antes de reaccionar”. En Noviembre tanto Mercurio como Marte retoman su vuelta “hacia adelante” y tenemos un tiempo para RE-capacitar sobre nuestras posibilidades y sobre todo nuestras acciones, analizando cómo nuestro Minotauro interno nos impulsa cuando actuamos desde el pánico y la inconsciencia.
Venus opone Kirón para esta Luna, lo que también nos habla de la oportunidad de curar nuestras relaciones, prestando atención no sólo a lo que decimos, cuando el Minorauro está hambriento, sino a lo que realmente sentimos cuando el Minotauro duerme.