Por Luys Coleto.- Pedro Baños es autor de «Así se domina el mundo», «El dominio mundial» y «El dominio mental», su último y excelente ensayo. Coronel, hoy en la reserva, tendría que haberse convertido, hace dos años y pico, en el director de seguridad nacional. Una turbia y feroz campaña contra él lo impidió. Finalmente, Cum Fraude nombró, tras su acceso a la ilegítima púrpura, a Miguel Ángel Ballesteros.
Feroz campaña contra Baños
Baños era, digamos, simplificando mucho, demasiado pro-ruso. Vamos, antimundialista. Criminales maniobras internas de los repulsivos y amenazantes servicios secretos en colaboración con periodistas – sobre todo, cómo no, El País – y académicos “independientes”, a los que indulgentemente podemos calificar como «liberales» pro-OTAN, le chaparon tal posibilidad, previo brutalísimo linchamiento. Tuitero y más allá. Operación Moncloa, of course.
Detrás de esta oportunidad perdida, Integrity Iniciative. Se financia dicho ente, en gran medida, con dinero del monstruoso leviatán.
Vamos, tras saquearnos nuestros bolsillos. Opera con un presupuesto de 2,4 millones de dólares, preferentemente a través de contactos ocultos – pero que muy ocultos- en diversas embajadas británicas diseminadas por todo el orbe terrestre. Y recibe fondos del British Foreign and Commonwealth Office, la propia OTAN, el Ministerio de Defensa de Lituania, el Departamento de Estado de Estados Unidos, ¡Facebook! y la Fundación Smith Richardson, relacionada ésta con siniestros lobbies militaristas (criminales, vamos) como el American Enterprise Institute y el Institute for the Study of War, e implicada en el diseño de la “guerra contra el terror” tras los autoatentados del 11-S. Ahora, implicados en las otanescas guerras contra las falsas pandemias.
Soros: éramos pocos y parió el abuelo
Y, por supuesto, el perejil de todas las salsas. Soros, co-financiador de Integrity Iniciative a través de Political Capital, donde encontramos también, benditas coincidencias, al londinense y macabro Chatham House, al German Marshall Fund, al Atlantic Council, a la NED (fundación nacional para la «democracia», juas) y a The Economist.
Tal abigarrada miríada de inmundicia otanesca funciona como un servicio secreto que tiene en nómina a periodistas, académicos, políticos y militares en cada uno de los estados donde tiene apostadas sus células (“clusters”). Estos son, aparte de Reino Unido (clave en la vaina con sus milicos, además del MI5 y MI6), España (toc, toc, Hermann Tertsch, ¿algo que decir?), Francia, Alemania, Italia, Grecia, Países Bajos, Lituania, Noruega, Serbia, Montenegro, mientras se forjan otras en Usa , Canadá y más naciones de la Europa oriental.
Riñas de gatos
Pendencias de feos gatazos. Cateándose entre oligarquías ultracapitalistas, sin más. Disputándose el puesto de macho beta. Esté quien esté de huésped en la Moncloa, la Casa Blanca, Downing Street o el Kremlin, sólo podemos esperar más miseria y desventura y horrores liberticidas. Eso sí, fuerte abrazo viral a Pedro Baños, un militar decente. De los pocos que hay. En fin.