En las experiencias cercanas a la muerte, aparentemente la persona está muerta. Pero a través del calentamiento, el oxígeno y los fármacos, su actividad vuelve a la vida. ¿Dónde está la conciencia mientras tanto?
Luján Comas, licenciada en Medicina y especialista en Anestesiología y Reanimación, asegura que la conciencia no es un producto del cerebro, sino que utiliza al cerebro. En esta misma línea, Stuart Hameroff, psicólogo en la Universidad de Arizona, y Roger Penrose, físico matemático en la de Oxford, propusieron la hipótesis de que los microtúbulos, las unidades más pequeñas del citoesqueleto de las células, actúan como canales para la transferencia de información cuántica responsable de la consciencia.
En las experiencias cercanas a la muerte (ECM), corazón y cerebro dejan de funcionar. Aun así, las personas que han pasado por este tipo de circunstancias pueden explicar sus percepciones sensoriales como si fueran un ser completo. Han podido verse a sí mismas y lo que pasaba en aquel momento en su entorno, han revisado toda su vida y también en el futuro y comprendido el sentido de su existencia. Han sentido una paz y un amor incondicional difícil de describir.
Por las condiciones biológicas, esa conciencia podría no encontrarse en el cerebro. Es una energía y sabemos que la energía no se crea ni destruye, se transforma y perdura. Cuando morimos, el contenido de los microtúbulos volvería a esa conciencia cuántica y si se produce una reanimación, se podría recuperar.
“La ciencia ignora o niega cuanto no puede explicar, pero eso no quiere decir que no exista”.
-Van Lommel-
Teorías explicativas sobre las experiencias cercanas a la muerte
Hay una visión médica que afirma que las ECM son meras alucinaciones. Algunas teorías se basan en la falta de oxígeno que se sufre en esas situaciones. Otra de las hipótesis que se barajan es que sean causadas por el exceso de anhídrido carbónico o por una epilepsia del lóbulo temporal.
Las personas que han vivido una ECM describen una serie de elementos comunes ocurridos durante su experiencia. Los niños cuentan que han visto un ángel; los ateos hablan de “una energía” y los creyentes de Dios. Todos se refieren a lo mismo y que en ello se sienten integrados.
Estas experiencias, tanto las experiencias de muerte temporal como experiencias al final de la vida, complementan esa visión de la trascendencia de la conciencia más allá de la mera creencia debido fundamentalmente a que son objeto de investigaciones científicas en diferentes países de todo el mundo.
La mayoría de las personas con ECM modifican su escala de valores, pierden el miedo a morir y afrontan la vida de una forma radicalmente diferente: empiezan a dedicarse a trabajos que dan sentido a sus vidas, de servicio y ayuda a los otros.
“Nuestra muerte solo es un cambio de conciencia, una transición”.
-Pim van Lommel-
¿Existe una conciencia conectada a todo?
Según Van Gulick (2004), ningún aspecto de la mente es más familiar o más confuso que el de la experiencia de la conciencia en uno mismo y en el mundo. El problema de la conciencia es argumentable en las teorías actuales sobre la mente.
A pesar de que hay desacuerdos sobre la teoría de la conciencia, también hay un consenso de que se requiere un entendimiento de esta y sobre su lugar en la naturaleza. Necesitamos entender a la conciencia y cómo se relaciona con el comportamiento.
Un reciente estudio de 2020 publicado en la revista Neuroscience of Consciousness sugiere que la conciencia implementa algoritmos en el espacio en lugar de en el tiempo, dentro del campo electromagnético del cerebro. Mirándola desde este punto de vista, se puede referenciar como algo más que solo subjetivo.
¿Existe una conciencia que está continuamente aprendiendo y conectada con todo? El mundo de las subpartículas de las que todo está hecho puede estar interconectado, vosotros, yo, los árboles, la mesa, todo el universo. Lo que está claro es que si entendiésemos de otra manera la muerte, viviríamos de otra forma.
“Considero que la muerte es el momento más importante de la vida. Aquí se queda todo lo denso, pero te llevas tu conciencia”
-Luján Comas-
Sí y no.
Es un producto del cerebro porque es éste con su actividad el que propicia la aparición de la conciencia.
Y no lo es porque, estrictamente hablando, la conciencia es una consecuencia de la actividad cerebral.
Pd : Las informaciones y datos sobre ECM’s son deliberadamente sesgadas e interesadas. Hay amplios estudios sobre experiencias absolutamente desagradables, aterradoras y violentas. Existen varios libros, alguno muy interesante, que muestran cómo éstas experiencias no siempre son agradables ni edificantes. Y los que las han padecido quedan horrorizados y, algunos, traumatizados. Y no es un porcentaje pequeño.
Contar sólo la parte que nos conviene es deshonesto.
Felicidades: Preguntaros mejor qué es el cerebro primero, por favor, felicidades por el programa… Nuestro simbiosis, un homínido acuático, plausiblemente, alberga el cerebro… el cerebro es una nave cuántica creada para asimilar este holograma virtual natural… nuestro ser, plausiblemente, es un conmutador cuántico, un orbe, la glándula pineal es nuestra consciencia, nuestra conciencia es la capacidad mortal de alcanzar nuestra consciencia, la fusión, simbiótica, entre el homínido mortal y nuestro humanoide humano-a… Ahora de nuevo plantearos la cuestión de qué es el cerebro y no deduciréis qué es la conciencia, sino la consciencia. La conciencia es nuestra psique en el la fuerza del espacio: EL PENSAMIENTO… La capacidad de nuestra conciencia de reconocer no nuestra consciencia, sino las consciencias de las de más personas, eso es el cerebro final de su propio fin como órgano mortal: SER PERSONA… Felicidades de nuevo por vuestra gran web… qaral.