La Diosa Guanche Chaxiraxi, La «Madre Tierra Canaria».

MITOLOGÍA GUANCHE

LA DIOSA MADRE CHAXIRAXI.

Chaxiraxi era uno de los nombres por los que los guanches, primeros pobladores de la isla de Tenerife −Canarias−, denominaban a una de sus divinidades que fue sincretizada posteriormente con la imagen de la virgen de Candelaria que habían encontrado en la isla antes de la conquista europea. De todas formas su culto se extendió a toda la Isla, debido sin duda a la identificación de la imagen con un ser supremo ya existente en el panteón religioso guanche.

Chaxiraxi era la divinidad femenina insular continuadora de las otras divinidades femeninas continentales africanas como Tanit o Astarté.

Algunas fuentes anteriores a la Conquista, afirman que los guanches creían y adoraban a una deidad femenina, a la cual el dominico Padre Espinosa identificó como Chaxiraxi que traducido al español significaría la «Madre Tierra», «Madre Naturaleza» , «La que carga el firmamento». En Canarias, al ser un territorio fragmentado en islas, con escasa comunicación entre sí en los tiempos pre-coloniales, la diosa es designada por diferentes nombres, Chaxiraxi, Abora, Moneyba, Tara, etc… E incluso en una misma isla es conocida por diferentes nombres como es el caso de Chinet (Tenerife) donde recibe las denominaciones ya castellanizadas de: Diosa Celeste; Diosa Luz; Diosa Tajao.

El término Chaxiraxi −que también aparece en la documentación con las variantes  Chaciraxi,  Chijoragi,  Chijoraji  y Chirijoraji− es de procedencia guanche y ha sido traducido como ‘la que carga o sostiene el firmamento’ desde una posible forma primitiva ta-γir-aγi​ También era denominada Achmayex Guayaxerax ‘he aquí la madre de él, el Espíritu que sustenta el universo’.  Su nombre tiene otros significados: Madre del Sol , Reina del Mundo , Princesa de la Gran Bondad .

Para algunos investigadores Chaxiraxi era una divinidad femenina relacionada con la luna y la fertilidad, mientras que para otros estaría vinculada al Sol. Así, era una de las diosas principales de la mitología guanche emparentada con la diosa Juno del entorno mediterráneo-norteafricano y con el culto a la estrella Canopo.

Imagen de Barbara Jackson en Pixabay

LA DIOSA DE LA CUEVA.

Los guanches realizaban cultos a esta diosa en sus cuevas a modo de templo. Imploraban a sus antepasados, los MajosMaxios, Maluos, Mahoreros o Magos que eran sus espíritus, como en las cuevas de Achbinico y Chinguaro en Tenerife. La Cueva Santa de Añaco fue un convento de Maguadas o Harimaguadas, sacerdotisas guanches que cuidaban del culto a la diosa Chaxiraxi .

Habia una cueva situada en el mismo barranco de Afirama que estaba dedicada a hospital de los guanches. El cronista de la conquista de Gran Canaria, Antonio Cedeño, refiriéndose a las Harimagudas de Tenerife dice:

«Tenían mujeres que habitaban en forma de monasterios en cuevas con gran clausura, con pena de la vida, menos que alguno no quisiese casarse con ella».

Diversas excavaciones arqueológicas han demostrado que la cueva-santuario Achbinico era un lugar de culto aborigen desde mucho antes de que los guanches colocaran a la imagen de la virgen en ella. Según recientes excavaciones arqueológicas las capas de cenizas encontradas y sometidas al examen del carbono 14 dan una antigüedad de más de tres mil años. En esta cueva se mantenía un fuego encendido permanentemente, algo parecido a los templos de las vestales de la antigua Roma, al parecer el hecho de tener la cueva un carácter sagrado desde tiempos muy antiguos justifica el hecho de que tras la conquista los guanches colocaran a la virgen precisamente en esta cueva y no en otro lugar

Hay también evidencias documentales de la existencia bajo la protección de la diosa de un rebaño sagrado compuesto de más de seiscientas cabras, que tenía su zona de pastoreo exclusivo en, hoy, Igueste de Candelaria. Estando castigado con la pena de muerte a cualquier pastor que osara introducir rebaños ajenos en los pastos sagrados. Existía en dicho rebaño la figura del Carnero Sagrado destinado al sacrificio, figura con claras reminiscencias semíticas y fenicias, antes que cristianas.

Según relata un cronista llamado, Don José Rodríguez Moure en su libro: La historia de la devoción del pueblo canario a Nuestra Señora de Candelaria. El adivino o zahorí Guadameñe (sacerdote aborigen) había pronosticado hacía mucho tiempo que «dentro de unos pájaros grandes de blancas alas vendrían a la Isla (Tenerife), por el mar, otras gentes que se habrían de enseñorear de ella«.

Estos augurios que formaban parte de los miedos y creencias del pueblo guanche eran del común conocimiento y había dado lugar a que los menceyes hubieran convenido que cada uno de ellos cuidara de su territorio y que los demás le prestaran la ayuda que necesitara en caso de peligro.

En 1479, las sacerdotisas y encargados del cuidado y culto a la diosa Chaxiraxi y de su rebaño sagrado, fueron masacrados en la cueva-santuario Achbinico por el invasor, mercenario y traficante de esclavos Alonso de Lugo , el esposo de Beatriz de Bobadilla, un año después de su llegada al real de Las Palmas en compañía del conquistador Pedro de Vera, según recoge Marín de Cubas:

“En la Isla de Thenerife hizo una entrada Alonso Fernández antes de irse á España con las Compañías de la Hermandad el año 1479; llevando práctico entró de noche á la parte de Icod, trajo á Canaria buena presa de ganado que halló acorralado, muy manso, todo cabrío, tres mujeres, dos hombres y algunos muchachos, que dormían en cuevas, y mucho sebo, carne salada 263, panes de cera y cantidad de velas de cera medio encentadas y una á modo de cirio pascual encentado, cueros de cabra y cebada, dejáronse allá otras mayores cantidades de todo esto, y molinitos ó tahonillas de mano, cazuelas y platos de barro tosco.”
(Marín de Cubas [1694] 1993:168-72)

El rebaño sagrado de la diosa Chaxiraxi debió ser sumamente importante, no sólo por ser propiedad de la deidad, sino que lo debió ser numéricamente y por tanto económicamente, hasta el punto de que tanto el clero secular como la congregación de los dominicos, se vieron enzarzados en acaloradas y nada espirituales disputas en las cuales llegaron a lucir las espadas por la posesión del mencionado rebaño y demás pertenencias de la Sagrada Chaxiraxi , tal como ha quedado reflejado por los cronistas de la época.

CHAXIRAXI, LA DIOSA GUANCHE SUPLANTADA POR LA VIRGEN NEGRA.

Uno de los mayores misterios y enigmas de los guanches es, sin duda, la posesión y adoración de una imagen cristiana mucho antes de que la Conquista fuera realizada. 

La diosa Chaxiraxi, es por lo tanto una de las diosas principales del panteón guanche y significa «madre del sol». Es el nombre, junto al niño en su mano derecha al que denominaban Chijoraji, por el que durante muchas, muchísimas décadas, se conoció la talla original en madera que representaba a una Virgen aparecida en Güímar entre 1390 y 1400. Nada menos que noventa y seis años antes de la conquista de Tenerife en 1496 y tras el primer intento fallido de 1494.

Era mediados de agosto de 1392. Dos pastores guanches, apacentaban sus rebaños, en la zona de Chimisay, (hoy playa del Socorro, Güimar), quienes, al llegar a la boca de un barranco, notaron que el ganado no avanzaba. Para ver qué era lo que pasaba, uno de los pastores avanzó y vio en lo alto de una peña una imagen de madera como de un metro de alto de una mujer. Portaba una vela en la mano izquierda y cargaba a un niño en el brazo derecho. El niño llevaba en sus manos un pajarito de oro.

Mencey era cómo se denominaba al antiguo rey guanche.  Los pastores decidieron acudir al Mencey de Güimar para contarte lo sucedido. El Mencey acompañado de los principales de su reino y otras gentes, acuden al lugar del suceso, quedando asombrados pensando que se trataba de un ser muy superior. La tomaron a hombros, y la llevaron a la casa del Mencey en Güimar, colocándola sobre unas pieles de cabra y oveja, pues era la alfombra que ellos poseían. El lugar se llamaba y se llama Chinguaro.

Es importante recordar que la estatua de la virgen fue nombrada como Chaxiraxi por los propios guanches, quienes la identificaron inmediatamente con su diosa madre, y que mantuvo este nombre hasta que los conquistadores creyeron reconocer a su virgen en esta figura, que los guanches afirmaban poseer desde hacía por lo menos un siglo.

Fue más tarde, cuando un joven llamado Antón, que había sido tomado por esclavo por los españoles y había regresado a la Isla como intérprete y embajador, reconoció en la imagen milagrosa, encontrada anteriormente, a la Virgen María. Él, habiendo sido bautizado, relató y convirtió al Mencey y a su corte a la fe cristiana. A partir de ahí, «trasladaron a la madre del sustentador del cielo y la tierra» a la cueva de Achbinico y comenzaron su veneración en la forma de la Virgen de Candelaria. La imagen se alojó en una cueva del barranco de Chinguaro (Ti-n-gwar, ‘(lugar) de residencia o reunión’), para luego ser trasladada a la cueva de Achbinico, actual cueva de San Blas.

La diosa Chaxiraxi fue relacionada por los guanches con una talla cristiana de la virgen de Candelaria (la Virgen María) que habían encontrado sobre una piedra en las playas de Güímar entre 1390 y 1401, sincretizándose más tarde su culto con el de la Virgen por mediación de misioneros cristianos.

La talla original media aproximadamente un metro de altura. Su posición era de pie, con la cabeza recta y mirando al frente. En su brazo derecho portaba a Jesús desnudo, con una paloma en las manos. Sostenía con la mano izquierda un trozo de vela verde, que servía de soporte para otra vela natural, siendo este detalle el que le da el nombre de Virgen de Candelaria (de la candela). Su cabeza estaba desnuda de paños, teniendo un pelo rubio que caía suelto sobre sus hombros.

Respecto al color de su piel, un estudio del presbítero José Rodríguez Moure nos revela: «El color carne en las partes de los rostros y manos estaba obscurecido y aparecía muy moreno, explicábase que era, á más de por la acción del tiempo, por el humo de las teas resinosas con la que los guanches se alumbran».

La imagen original se perdió tras un fuerte temporal que sacudió la isla. Tras la conquista de la Isla, la Virgen fue declarada Patrona de Canarias en 1559 por el papa Clemente VIII. La imagen desapareció tras la Conquista, en el año 1826, cuando un temporal de viento y lluvia la sumergió en el mar. No obstante, quedaron copias de la misma que nos permiten hacernos una idea de su aspecto original, siendo el mayor y mejor facsímil el que perteneció a los Condes de la Gomera, y se conserva hoy en la villa de Adeje.

Hoy está probado que la imagen fue dejada a propósito por los frailes misioneros de las Islas Señoriales de Lanzarote y Fuerteventura. Y para que la misma surtiera efecto, se valieron de un guanche que tiempo atrás había sido capturado, luego «cristianizado», y finalmente devuelto a su tierra: el conocido como Monje Antón.

Este tipo de sincretismo entre la Virgen María cristiana y deidades locales es palpable en otros lugares del mundo, tal es el caso de la Virgen de Guadalupe y la diosa azteca Tonantzin en México. En algunos países latinoamericanos, la Virgen de la Candelaria es igualmente identificada con deidades nativas, tales como la Pachamama en Perú, Oyá en la Santería cubana, Iemanjá en la Umbanda afro-brasilera o Coatlicueen el México colonial, según escribió Fray Bernardino de Sahagú.

Cabe preguntarse porque una religión que trata de imponerse con toda la fuerza y el poder de que disponía en aquellos momentos, siendo predicadora de un dios único y masculino, decidió fomentar la veneración a  divinidades secundarias femeninas en lugar de su deidad central el Cristo. La mayoría de los católicos canarios lo son por “Decreto”,  basta ver como viven el catolicismo aún hoy en pleno siglo XXI para comprobar que bajo esa capa de catolicismo impuesto pervive la ancestral adoración a la Diosa Madre Universal.

En cuanto a la Fiesta de la Candelaria en las Islas Canarias, tras la conquista de la isla de Tenerife se instaura la festividad de la Virgen el 2 de febrero coincidiendo con la festividad de la Presentación de Jesús en el Templo y la Purificación de María. Previamente los guanches celebraban una festividad en torno a la imagen de la Virgen durante la fiesta del Beñesmen en el mes de agosto.

Al final, los isleños de Tenerife (los creyentes) siguen adorando hoy en día a la Diosa Chaxiraxi, «camuflada» como Virgen de Candelaria. Y para más Inri, una de las fechas de celebración anual, es el 15 de agosto. El mismo día del Beñesmen, la Fiesta de la Cosecha.

LA FIESTA DE BEÑESMEN.

La Fiesta del Beñesmer guanche estaba consagrada a Chaxiraxi. Era considerada como el «Año Nuevo Guanche», que coincidía con la recogida de la cosecha.

La fiesta del Beñesmén, que significa «los grandes calores» era una importante festividad del calendario agrícola de los antiguos de los aborígenes canarios. Se podían considerar unas vacaciones religiosas de verano, tras el arduo trabajo de la cosecha. La primera luna nueva después del solsticio de verano el 21 de Junio, el día mas largo, el Achun Magek, empezaban las festividades después de la recogida de las cosechas. Era la fiesta de la cosecha y el día central del año del dios Magec.

En esta festividad, los antiguos canarios ordenaban los asuntos materiales, y festejaban, veneraban las tradiciones culturales y espirituales. La lucha canaria, deporte juego, es una manifestación deportiva de origen guanche componente tradicional de las fiestas del Beñesmén.

Las fiestas religiosas terminaban el dia 15 de Agosto con el orto heliaco de la estrella Spica en la constelación de Virgo. En la actualidad esta fiesta coincide con la peregrinación a la basílica de la Virgen de Candelaria. La celebración de fiestas de redistribución de los recursos comunales se celebraban por la luna de agosto, alrededor del panteón de la diosa Chaxiraxi, donde los guanches hacían competencias de habilidad y fuerza y donde los menceyes, los jefes de las tribus de la Isla acordaban una tregua en sus disputas para compartir la carne del ganado sagrado.

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Estatuilla de la Diosa Tanit

LA DIOSA CHAXIRAXI O LA GRAN MADRE TANIT.

Chaxiraxi, es otra visión de Tanit, la Diosa Madre del Magreb y del Mediterráneo.

Imagen Superior: Estatuilla de la Diosa Tanit descubierta por don Sebastián Jiménez Sánchez en 1944 en la localidad de “Los Casarones” Tamarant. Es una figura labrada en piedra traquítica. Presenta una estructura poroso-alveolar debido a su mucha antigüedad y desgaste. Tiene un alto de 54 centímetros , un ancho en su base de 39 centímetros y una longitud de axila a axila, de 25 centímetros . Es figura de las llamadas de pedestal y de brazos toscos y mutilados. La cabeza es rudimentaria y extraña. La cara es oblonga y aparece muy desgastada; en ella se advierte aún ojos, nariz y boca.

Según las teorías más aceptadas, los primeros aborígenes canarios debieron llegar del norte de África entre el siglo V a.C. y el comienzo de la era cristiana. Posiblemente, las islas fueron descubiertas por primera vez por el explorador cartaginés Hannón el navegante en su “Periplus”, el primer viaje de circunvalación africano, en el año 570 a.C.

En realidad Chaxiraxi, es otra visión de Tanit, la Diosa madre del Magreb y del Mediterráneo. La cultura púnica fue el resultado de la fusión de los colonos fenicios de Cartago en Túnez con la cultura imazighen (beréber) del norte de África, durante el primer milenio antes de la era actual. Esta fusión propició cambios en la cultura originaria fenicia, dando origen a la que hoy conocemos como cultura fenicio-cartaginesa, modificando no sólo la escritura sino que también afectó a la adoración de la Diosa Astarté, la cual en el transcurso del tiempo cambió de aspecto pasando a ser adorada en el continente y archipiélago canario como Tanit o Tinnit, especialmente en sus atributos como la Diosa del Mar, y Diosa de los Cielos.

Tanit es la Gran Madre, Diosa suprema: creadora, fertilizadora y regeneradora, Diosa del amor y de la vida, de la cultura y la belleza, de la danza, de la alegría y también de la muerte. Hay constancia de que, en el continente, la Diosa Tanit se asimiló con la romana Juno, posiblemente después de la invasión de Cartago por los romanos.

En Lanzarote está localizada una de las representaciones más genuina de la diosa Tanit grabada en un bloque localizado en el pozo de San Marcial, por otra parte, las estelas del pobla­do de Zonzamas relacionadas con manifestaciones cultuales, que representan una mano abierta que representa una oración dirigida a la Diosa Tanit, ello nos indica que la deidad suprema de la isla era la Diosa Tanit.

Chaxiraxi es considerada la diosa principal de la moderna religión neopagana llamada Iglesia del Pueblo Guanche. Debido a que las Canarias eran escala obligatoria en los viajes a América, muchas de sus costumbres fueron exportadas a ese continente, entre ellas, la veneración a la Virgen de la Candelaria.

El conocido como ídolo de Tara, en el Museo Canario.

Imagen Superior: La figura más emblemática de todo el arte guanche: el ídolo de Tara (Gran Canaria). La pequeña estatuilla se ha convertido en todo un icono del pueblo canario.  Se trata de una pieza de 26 cm de alto por 20 de ancho, particularmente esbelta y elegante, con unas extremidades enormemente desarrolladas. Destaca su alto grado de esquematismo y la depuración de sus formas. Es la diosa madre y se identifica con el culto a la fertilidad y con el papel social de la mujer entre los antiguos pobladores de la isla de Gran Canaria (Islas Canarias), y se ha considerado que refleja algún tipo de engorde ritual relacionado con ceremonias prenupciales.

NOTA:  Este articulo ha sido actualizado y publicado de nuevo, pues estaba incluido en «El panteón espiritual guanche y sus mitos».

FUENTES: 

La Diosa Guanche Chaxiraxi. La «Madre Tierra Canaria».

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