Las Festividades Religiosas Celtas.

LA RUEDA DEL AÑO CELTA Y SUS CELEBRACIONES RITUALES.

A lo largo de la Historia, los druidas siempre han sido vistos como hechiceros que tenían un fuerte vínculo con la naturaleza. Depositarios del conocimiento ancestral dentro de la sociedad celta, dirigían toda la actividad religiosa como máxima autoridad vinculada a los dioses, practicaban sacrificios humanos y organizaban festividades como Imbolc, Beltaine, Lugnasad o Samain, etc. aspectos todos sobre los que trataremos en este artículo.

La Rueda del año es el calendario que ha llegado hasta nuestros días desde la costumbre antigua de los celtas. Para esta sociedad antigua, el año giró en torno a dos puntos principales; por un lado, dado que los celtas eran una sociedad agrícola, todo se basaba en la cosecha. Por otro lado, también tenían un conocimiento profundo sobre la alineación del sol y las estrellas, lo que la historia sugiere que tenía gran significado para ellos.

Así que su calendario se dividió en cuatro partes, con un festival para celebrar alcanzando cada uno. Curiosamente, siempre se llevaban a cabo cuarenta días antes de la estación a la que parecían dar comienzo, y por tanto, muy relacionadas también con los ciclos.

Celebraban los cuatro cambios de estaciones que conocemos (primavera, verano, otoño e invierno), así como la fecha intermedia entre un cambio y otro. Estas ocho festividades representaban las distintas fases del ciclo de crecimiento de las plantas y animales, desde su estado embrionario invernal hasta el marchitamiento otoñal.

Estas fiestas salvaguardaban el Calendario. Este calendario es lunar y de carácter agrícola, por eso las celebraciones y rituales se hacían a partir de la caída del sol y era costumbre hacerlas ante todo el poblado reunido, y servía para guiar al pueblo en las labores agrícolas y ganaderas entre otras cosas.
Tenían la comprensión de que vivimos al son de los ciclos de la tierra bajo su luz y temperatura, con un sentimiento acorde, y nos alimentamos de lo que nos produce en cada estación, para estar en equilibrio, saludables.

Todo pasa y todo vuelve, eternamente gira la rueda del ser. Todo muere, todo reflorece; eternamente se desenrolla el año del ser. Todo se rompe, todo se reajusta; eternamente se edifica la morada del ser. – Nietzsche

El tiempo céltico se concibe como un recorrido circular que siempre regresa a la misma posición. El año está dividido en dos tiempos: el de  la luz y el de la oscuridad.

El comienzo del año se considera como la llegada de la oscuridad, con la celebración de Samhain a primeros de noviembre. El periódo del año con luz se inicia con la celebración de Beltain el día primero de mayo. Con la anteposición en importancia de la noche al día, la luna al sol y la oscuridad a la luz, los celtas comenzaban el año en noviembre, en el corazón de la instrospección y la oscuridad.

Las Fiestas Tradicionales Celtas.

Para los celtas, el año comenzaba en noviembre con el Samhain, y continuaba con la primavera, el verano y el otoño. Del mismo modo, cada día se iniciaba en la noche, avanzando con la luz de la mañana, hasta la tarde. Así, la noche del 31 de octubre era para los celtas nuestro equivalente al Año Nuevo.

Existen ocho festividades principales.

El mundo mágico de los Celtas se rige por la rueda del tiempo que marca ocho festividades fundamentales para el desarrollo personal. Estos ritos antiguos se relacionaban  estrechamente con los cambios estacionales, los solsticios, equinoccios, las épocas de cosecha y siembra.

SAMAIN: 1 de Noviembre.

El 1 de noviembre es el primer día del año celta. El año nuevo celta comenzaba con Samhain a fines de octubre, cuando la cosecha estaba en pleno apogeo, para prepararse para el comienzo del invierno. La celebración de Samain estaba asociada al invierno o estación oscura y verdadero comienzo del año, porque inauguraba el tiempo en que la noche predominaba); de forma que los celtas no eran exactamente equinocciales ni solsticiales.

Con el tiempo, la fiesta de Samhain se diluyó en la fiesta cristiana de Todos los Santos. Sin embargo, muchos le dieron el nombre alternativo de All Hallows Day, lo que hoy es el origen de Halloween.

Com Samain empezaba la estación de la anciana Cailleach, la diosa oscura, Cailleach  es el aspecto horroroso de la divinidad femenina de la Gran Madre, es la Madre Terrible del pueblo celta.

YULE: 21 de diciembre, solsticio de invierno.

Yule era el solsticio de invierno que hacía resurgir un nuevo año . Tras permanecer aletargada durante un ciclo oscuro, la luz resurgía. Las personas ansiaban la luz de la primaveray por ello prendían troncos. Esta costumbre ha ido derivando hasta el actual árbol de Navidad. 

 Era una noche de celebración y de compartir, de confiar en que después de tanta oscuridad, la noche más larga del año, la alegría compartida, la celebración, los alimentos compartidos….hacían que el sol regresara. A partir de este día los días se alargan. Es una fiesta de sobreponerse, de sentirse protegido, de compartir la incertidumbre y confiar en que todo será un parabién: el sol, la abundancia, siempre regresa.

IMBOLC: 1 de Febrero, comienza la primavera.

Imbolc , la fiesta de la diosa Brigid, celebraba el comienzo de la primavera. Durante los primeros años de la cultura celta, la fiesta de Imbolc se asociaba con Brigit, diosa del fuego, hija de Dagda, relacionada con la fertilidad, las cosechas y las ovejas. En la víspera de la fiesta, la gente elaboraba objetos de juncos y los colgaban de las puertas para proteger sus casas y el ganado. Con la llegada del cristianismo, Imbolc pasó a denominarse Día de Santa Brígida.

OSTARA: 21 de marzo, equinoccio de primavera.

Es la segunda festividad solar y se ubica tras el equinoccio de primavera, en torno al 21 de marzo o el 21 de septiembre. Su origen parte de la diosa Eostre  u Ostara.

Ostara es la Diosa Liebre, la que representa la rapidez, los recursos, la abundancia y la fertilidad.

Fiestas de confianza y de abundancia, donde se confía en la fertilidad tanto de la comunidad como individual, de la tierra, de las familias, de los animales y de la vida. La gente se intercambiaba -y hoy en día también- huevos pintados, decorados: este fue el origen de la pascua. Los huevos pintados, de caramelo o de chocolate, son un símbolo de abundancia y alegría para celebrar la proximidad de la primavera.

BELTAINE: 1 de Mayo

Fiesta de la Fertilidad y el Fuego. Beltaine era la principal festividad celta del año. Se celebraba el 1 de mayo. Los antiguos celtas celebraban la unión de las fuerzas masculinas y femeninas que dan lugar a la vida. Conmemoraba el inicio del verano y la victoria sobre los poderes oscuros. Una vez más, las fuerzas sobrenaturales se hacían fuertes durante la noche, sobre todo con la presencia de brujas y hadas. Se hacían distintos rituales para proteger los pozos, los campos y las casas.

LITHA: 21 de junio: solsticio de verano,

El Solsticio de Verano es el día más largo del año. Tiempo de compartir, de salir, de bendecir al sol, de disfrutar con los seres queridos de la naturaleza. Los días son luminosos. Se celebra la vida, el amor, la felicidad, el buen tiempo, el descanso, la vida, la confianza en que todo sigue su curso y es tiempo de celebración y ternura. Litha quiere decir fuego solar, calor solar, luz solar, fin de la oscuridad, fuerza y belleza del sol que todo lo vuelve prospero. Es el tiempo de merecido descanso entre la siembra y la cosecha. (El origen de las vacaciones).

LUGHNASAD: 1 de Agosto

La última fiesta del año celta era Lughnasa. Era una festividad asociada al otoño.  Lughnasad marcaba el comienzo de la cosecha.

Era una celebración dedicada al dios mitológico y guerrero Lugh. Por lo general se celebraba el 1 de agosto, y marcaba el inicio de la cosecha anual. A pesar de todo, podía llegar a celebrarse otro día, según el momento en el que el trigo y la cebada comenzaban a producir.

MABON: 21 septiembre, equinoccio de otoño.

Se celebra la cosecha y la vida. Es una celebración de agradecimiento. Se hacen peticiones de protección para el invierno y que la primavera sea abundante. Es una celebración de abundancia, prosperidad, compartir, agradecer y pedir protección. Los celtas empezaban a celebrar el equinoccio de otoño el 21 de septiembre hasta el 23. (Mabon es un nombre masculino celta/gales)

Los templos y altares celtas estaban ocultos en el bosque o en la montaña, desde donde poder observar el pueblo y el firmamento.

Para los celtas, los bosques y los  arboles eran equivalentes a templos en cuanto a lugares sagrados y, por tanto, asociados a los druidas (Lucano nos dice que vivían, enseñaban y oficiaban en ellos, quizá no porque se hubieran tenido que esconder allí, sino por el mero hecho de que eran sagrados); además de estar muy presentes y asociados a diversos aspectos de la vida celta (mediante la utilización de etnicismos como en el caso de los eburones “hombres del tejo”, emplazando en ellos grandes santuarios o incluso incluyéndolos dentro de los mitos) y tanto en Irlanda como en la Galia parece que siempre había un bosque sagrado cerca de una residencia real.

Así, los árboles delimitaban lugares sagrados que eran utilizados por los celtas para asambleas y reuniones, entre las que se encontraban las cuatro fiestas (entendidas como punto de equilibrio y encuentro entre lo humano y lo divina) más importantes del calendario (nuevamente se aprecia la importancia de este número utilizado también para la formación de las provincias y con ellas del lugar central sagrado), que se celebraban en diversos lugares consagrados y en las que se realizaban tanto ceremonias como juegos, etc.

Los celtas creían en poderes mágicos que invadían todos los aspectos de su vida y su ambiente; de modo que, lo que les interesaba por encima de todo, era conjurar esos poderes mágicos para utilizarlos en su propio beneficio (ya fuera personal o grupal), a través de rituales, celebraciones, sacrificios, y recitando mitos o leyendas sagradas que, según creían, movían a las divinidades, por el pasado y por la memoria, a satisfacer las necesidades de los mortales.

Con el auge del cristianismo se comenzaron a proscribir algunas fiestas paganas, una huella difícil de borrar en muchos pueblos celtas de Europa. Algunos empezaron a celebrar las versiones cristianizadas de estas fiestas, mientras que otros realizaban los ritos arcaicos en secreto.

A raíz del renacimiento de estas culturas ancestrales en los siglos XIX y XX, cada vez más estudiosos fueron desvelando las raíces paganas que había en las celebraciones occidentales. Muchas personas, al conocer esta verdad, indagaron en sus orígenes para volver a celebrar los ritos que sus ancestros habían pasado de generación en generación.

FUENTES:

https://www.elsantuariodelalba.com/2021/02/04/las-festividades-religiosas-del-pueblo-celta-y-los-druidas/

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