El sábado 27 de febrero a las 4:18 de la madrugada, hora de Venezuela (08:18 hora universal), es el día central de la Luna Llena. El Sol, desde Piscis, ilumina con toda intensidad la esfera lunar que se ubica en el signo opuesto, es decir, Virgo.
Cuando se produce una Luna Llena entre los signos de Virgo y Piscis, se despiertan y destacan las cualidades de servicio público, caridad, sanación tanto física como mental y espiritual, limpieza, purificación, conexión con el más allá, fortalecimiento de la fe y disposición al trabajo.
Con esta Luna, nuestro mundo psíquico y emocional se remueve desde lo más interno de nuestro ser, para sanar traumas del pasado y purificar el subconsciente; nuestra psique, al recibir esta purificación, se capacita para prestar ayuda a otros.
En la fase de Luna Llena, el Sol y nuestro satélite están en signos opuestos, por tanto, las energías que se despiertan, se asocian a las dos franjas zodiacales involucradas y nos hacen equilibrar nuestras dualidades. Veamos.
Una ley del universo es la dualidad: todo tiene su par de opuestos. El amor y el odio son la misma energía que se torna en pares de opuestos de acuerdo al grado de vibración en que ésta se encuentra; es igual que el frío y el calor, que son lo mismo y se mide en un termómetro con temperaturas sobre cero o bajo cero.
Astrológicamente, los signos están ordenados en pares de opuestos, es decir, el opuesto de un signo es aquel que posee cualidades que complementan al otro; aparentemente chocan, pero se necesitan, y en realidad se parecen y hasta son lo mismo, uno es espejo del otro.
Los pares de opuestos astrológicos son: Aries-Libra, Tauro-Escorpio, Géminis-Sagitario, Cáncer-Capricornio, Leo-Acuario y Virgo-Piscis.
Con una Luna Llena en Piscis o Virgo, se despiertan las energías de este par de opuestos, que tienen que ver con nuestro mundo espiritual y nuestra capacidad de prestar un servicio.
Comprendemos que estas características son pares de opuestos cuando nos damos cuenta que las cualidades de Piscis y Virgo son necesarias en conjunto y no podemos prescindir de ninguna de las dos, es decir, son complementarias.
Si nos inclinamos totalmente a Piscis, careceremos de sentido práctico para prestar efectivamente un servicio y no encontraremos la disponibilidad ni la productividad para hacerlo.
Si nos inclinamos totalmente hacia Virgo, dejaremos de lado nuestro poder intuitivo y sensible, y nos volveremos excesivamente escépticos y pragmáticos, quitándole al servicio que prestemos su sensibilidad y empatía con el ser humano.
Empezamos así a entender que el equilibrio entre ambas cualidades es necesario. Necesitamos reafirmar nuestra espiritualidad y espíritu compasivo, pero de nada sirven estas cualidades si no acompañamos esto del orden y sentido práctico para hacer llegar a los demás estas cualidades de manera concreta. En esta Luna Llena, Virgo se nutre de las energías de Piscis, emanadas por el astro rey.
Estos pares de opuestos tienen además un sentido místico y religioso que nos hace comprender cómo se complementan estas fuerzas del cosmos; la era de Piscis fue la era de Jesús, el cristo, junto a sus discípulos pescadores, y fue el pez el símbolo del cristianismo.
¿Y qué representa su opuesto, es decir, el signo de Virgo? Pues nada más y nada menos que la Virgen María, madre de Jesús, lo que indica que en el gran destino espiritual del hombre, el universo con sus señales (las señales de Dios) va marcando el rumbo. Recibamos con plena consciencia las energías de esta Luna Llena.
Ilustración: Pedro González Rondón
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