Los antídotos contra el enojo
La paciencia es la habilidad de permanecer imperturbable ante el daño o sufrimiento. Ser paciente no significa ser pasivo, más bien, es tener la claridad mental necesaria para actuar o no actuar. Cada uno de los siguientes puntos es un método distinto para reducir el enojo. Toma un ejemplo de tu vida de algún momento en el que estabas enojado y practica viendo la situación desde una nueva perspectiva.
- Cuando te critican, sin importar si lo que se dice es cierto o no, no hay razón para que te enojes. Si lo que la otra persona dice es verdad, es como si te dijeran que tienes una nariz. Tanto la persona que lo dice como tú saben que esto es cierto, entonces, no hay razón para enojarse por esto. Lo que tienes que hacer es admitir tu error. Por otra parte, si alguien te culpa por algo que no hiciste, es como si esa persona te dijera que tienes cuernos en la cabeza. No hay motivo para enojarse por algo que es falso.
- Pregúntate, “¿Puedo hacer algo al respecto?” Si puedes, entonces no tiene caso que te enojes porque tienes la posibilidad de hacer algo para mejorar la situación. Pero si no puedes hacer nada, el enojo también es inútil ya que no hay nada que hacer.
- Examina cómo te involucraste en esa situación. Este punto se divide en dos:
- ¿Qué acciones realizaste recientemente para provocar la desavenencia? Hacer un examen de tu
forma de actuar te ayudará a comprender porqué la otra persona de disgustó. - Reconoce que las situaciones no placenteras que experimentas, son consecuencia de que has dañado a otros en esta vida o en otras anteriores. Cuando eres capaz de ver que esa es la causa principal de tu malestar, puedes aprender de tus errores pasados y tomar la determinación de actuar de una forma diferente en el futuro.
- ¿Qué acciones realizaste recientemente para provocar la desavenencia? Hacer un examen de tu
- Recuerda la bondad de una persona que te parece desagradable (enemigo). Primero, el o ella señala tus errores, así es que te da la oportunidad de corregirlos y mejorar. Segundo, el enemigo te da la oportunidad de practicar la paciencia, una cualidad necesaria en tu desarrollo espiritual. Es así que un adversario es más bondadoso contigo que tus propios amigos e incluso que el Buda.
- Reconoce que tu sufrimiento proviene de tu actitud egoísta, la cual es el origen de todos tus problemas.
- Pregúntate, ¿esta persona actúa así porque esa es su naturaleza? Si es así, entonces no hay motivo para que te enojes, es como si te molestaras con el fuego porque quema. Si no es la naturaleza de la persona, tampoco es realista que te enojes, sería como enojarse con el cielo porque tiene nubes.
- Examina las desventajas del enojo y de guardar rencor. Una vez que lo hagas, querrás deshacerte de ellos porque sólo te causan sufrimiento y tú quieres ser feliz.
- Reconoce que la infelicidad y confusión de la otra persona son la causa de que te haga daño. Dado que tú sabes lo que es ser infeliz, puedes sentir empatía por esa persona y tener compasión.
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https://thubtenchodron.org/2001/01/meditaciones-guiadas-del-lamrim/4/