La medicina se ha visto muy beneficiada en las ultimadas décadas por el desarrollo de la tecnología. Han sido muchos los sistemas y mecanismos que se han creado y que han sido de gran ayuda para muchos pacientes para mejorar sus vidas, o incluso salvarlas. Lo último ha sido un nuevo sistema de prótesis hecho por el Instituto Tecnológico de Massachusetts, que mejora al actual basándose en piezas magnéticas.
A día de hoy, la gran mayoría de las prótesis que funcionan con un motor se controlan mediante electrodos que se colocan en el usuario, cerca de la zona dañada.
Un avance en el futuro de las prótesis
Sin embargo, un nuevo sistema desarrollado por el Instituto Tecnológico de Massachusetts podría reemplazar a los electrodos por un sistema magnético que se basa en perlas implantadas.
Lo clásico es que los electrodos se implanten cerca de la zona dañada del usuario o que se adhieran a la piel. La función de los electrodos es la detectar señales de electricidad que se producen cuando los músculos intentan hacer ciertas cosas.
Dependiendo de las señales detectadas, la prótesis se activa para que se mueva, lo que permite a la persona hacer el movimiento que en un principio deseaba.
Sin embargo, los científicos creen que esto no es una solución ideal, ya que cuando usas este sistema, el cerebro le dice al músculo qué hacer, pero no lo que el musculo está haciendo realmente.
Por tanto, los investigadores comenzaron a desarrollar un nuevo sistema que recibe el nombre de magnetomicrometría.
Un sistema magnético, la clave
Este nuevo mecanismo se basa en la implantación de dos piezas magnéticas en cada uno de los músculos de la zona afectada del paciente. Después, se usan sensores ubicados fuera del cuerpo para monitorear como cambia la distancia entre los dos imanes en cada músculo.
De este modo, es posible detectar de forma instantánea cuanto se estira o contrae un músculo y a qué velocidad, para que una prótesis pueda activarse de forma muy rápida para responder.
Se han hecho experimentos en laboratorios con pavos, colocando en los músculos de sus patas unos pares de estas piezas magnéticas con una medida de 3 milímetros.
Cuando los científicos movieron de forma manual las articulaciones de los tobillos del animal, los sensores magnéticos externos pudieron detectar y medir con precisión los movimientos asociados de los músculos en solo tres milisegundos.
Con este nuevo sistema, se mide directamente la longitud y la velocidad del músculo. Se pueden calcular las posiciones y las velocidades de las articulaciones protésicas que se van a controlar para que después un controlador robótico pueda controlar esas articulaciones.
Primero se ha experimentado con animales, pero se espera que en los próximos años lo hagan también con personas. Esta tecnología podría ser muy útil para mejorar la vida de personas que tienen movilidad reducida.