El agujero anual en la capa protectora de ozono de la Tierra que aparece sobre el hemisferio sur es «bastante más grande de lo habitual», y actualmente es mayor que la Antártida.
Actuando como un escudo, el ozono absorbe la luz ultravioleta del sol. Su ausencia significa que una mayor cantidad de esta radiación de alta energía llega a la Tierra, donde puede dañar las células vivas.
La capa de ozono se agota debido a reacciones químicas, impulsadas por la energía solar, en las que intervienen subproductos de sustancias químicas de origen humano que permanecen en la atmósfera.
Cada año, esto hace que se forme un agujero sobre el polo sur entre agosto y octubre -el verano del hemisferio sur- que alcanza su punto máximo a principios de octubre.
El tamaño del agujero depende en gran medida de las condiciones meteorológicas. El año pasado, las condiciones de frío dieron lugar a uno de los mayores registrados, mientras que el de 2019 fue el más pequeño.
Tras un comienzo medio este año, el agujero ha crecido considerablemente en la última semana, según el Servicio de Vigilancia de la Atmósfera Copernicus de la Unión Europea.
Hasta ayer, el agujero cubría un área de unos 8,8 millones de millas cuadradas (23 millones de kilómetros cuadrados).
En años con condiciones meteorológicas normales, el agujero suele crecer hasta una superficie máxima de unos 8 millones de millas cuadradas (20,7 millones de kilómetros cuadrados).
Las previsiones indican que el agujero de este año se ha convertido en uno bastante más grande de lo habitual», dijo el jefe del Servicio de Vigilancia de la Atmósfera de Copernicus, Vincent-Henri Peuch.
Estamos ante un agujero de ozono bastante grande y potencialmente también profundo».
Según el Dr. Peuch, el agujero de ozono que se observó el año pasado también comenzó de forma poco notable, pero procedió a convertirse en una de las manifestaciones más duraderas del fenómeno de las que se tiene constancia.
El agujero en la capa de ozono actualmente es mayor que la Antártida, según los científicos