Los ojos externos
No pueden verse a sí mismos.
El ojo interior
Es su propio reflejo.
Cuando miramos podemos ver muchas cosas, pero los ojos no pueden verse a sí mismos sin la ayuda de un espejo. No estamos acostumbrados a la introspección. Aunque los seguidores del Tao dicen que miremos dentro para ganar auto conocimiento, nos confundiremos si usamos las actitudes formadas al mirar con nuestros ojos.
Por eso es importante hacer una clara distinción desde el primer momento. No trates de entenderte a ti mismo con las actitudes del ver físico. Mira hacia adentro usando la visión interior.
Por siglos, gente de diferentes culturas se han referido al «ojo de la mente», o al «ojo interior», o al «tercer ojo». Esos son todos indicios de que hay una forma distinta para mirar el interior. En meditación, es importante descubrir y utilizar ese modo de introspección. Debemos ir más allá del pensamiento, más allá de la visualización, más allá de la imaginación y realmente abrir una parte de la mente que la mayoría de la gente tiene dormida. Ese ojo interior tiene una ubicación, enterrado profundamente en el cerebro. Cuando lo abrimos, es nuestra forma de recibir experiencias más sutiles que las que recibimos en nuestros estados físicos. Tal vez mirar y ver son términos engañosos, después de todo. No necesariamente «vemos» imágenes a través de ese ojo interior: Obtenemos una consciencia directa que está más allá de la imagen.
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