En 1927 el jóven físico Werner Heisenberg causa un gran revuelo en la ciencia al descubrir que no existe forma posible de determinar para donde iba a moverse una partícula.
Lo llamó Principio de la Incertidumbre.
Fue un golpe tremendo al determinismo científico, estos estaban orgullosos de poder prever con precisión absoluta un eclipse solar un millón de años antes que se produzca, y ahora no podían saber que diablos iba a hacer una partícula en próximo segundo.
En cambio los científicos sociales no se alarmaron, llevaban años viendo la imposibilidad de preveer el futuro, y observando la derrota de todos los planificadores sociales, el fracaso tanto del comunismo, el nazismo, el apartheid, de ciudades diseñadas racionalmente, tipo Brasilia, o idiomas artificiales como el esperanto.
Podíamos preveer el resurgimiento del nacionalismo europeo, decían, pero no el advenimiento de un cabo austríaco con capacidad de hipnotizar tanto a las masas como a los mariscales de campo. Previmos el debilitamiento de la autocracia del Zar, pero no podíamos calcular que la envidia del Kaiser Wilhem a sus primos hermanos, el Rey de Inglaterra y el Zar, lo llevaría a ayudar a sociópatas como Lenin y psicópatas como Stalin a hacerse del poder de Rusia. Y en última instancia a su propia destrucción.
Simplemente no hay forma de saber a ciencia cierta que va a hacer un individuo. Quizás el niño Nicolás Romanoff le rompió un juguete a Willy, y Jorgito, Principe de Gales, se rió; o el joven Wilhem envidiaba la dicha familar de su primo. ¿Cómo saberlo? pero años después le declaró la guerra, y esta destruyó el entramado gótico de Europa.
¿Y si el profesor de la Academia de Bellas Artes hubiese aceptado como estudiante al joven Adolfito, en vez de largarlo a la calle con sus acuarelas?
Son tantas las variables, que todo sistema de dominación planificada termina siendo ganado a la larga por el caos.
Los romanos tenían una excelente teoría de la dominación, y les duró varios siglos porque era amplia y laxa. Su axioma principal decía: no te metas con la religión del conquistado. Cuando enviaron a Poncio Pilatus a administrar Palestina, le dijeron: solo cuentas con 80 soldados para dominar el país, son suficientes si no te metes en sus quilombos religiosos. Por eso se lavó las manos con el tema de Jesús. Pero nadie podía preveer que ese Jesús generara una religión que cambiaría para siempre a Roma, haciendola su centro, y a parte del mundo.
Informó a Roma: Sin novedades importantes, durante la celebración de las fiestas de Pascuas se ejecutaron en la cruz a dos delincuentes y a un agitador.
Los físicos hayaron una solución. No podemos saber que va a hacer una partícula individual, pero por estadistica podemos saber,con enorme precisión probabilistica, lo que van a hacer miles de millones. Esa solución no gustó a Einstein: Dios no juega a los dados, afirmó.
Pero a los impulsores del Nuevo Orden Mundial les encantó, finalmente podrían diseñar un sistema de ingeniería social eficiente, una dictadura opresiva perfecta.
Solo quedaba esperar a que existieran computadoras lo suficientemente poderosas para calcular las probabilidades.
No se puede saber que va a hacer un ser humano individual, pero si un número de al menos 500 millones. Además se pueden simular condiciones en el programa para ver las reacciones de la multitud, y lograr la reacción querida.
Cada vez que reaccionamos en internet, me gusta, no me gusta, me causa gracia, eso alimenta un algoritmo en computadoras gigantescas, cada vez que nos movemos el GPS de nuestor celular envia la información.
Todo eso se procesa, y permite conducir a la población humana con la facilidad de un carrito de golf.
El sistema estuvo listo en 2019.
¿Qué se propone el NOM? Una sociedad planificada de 500 millones de personas, donde 1 millón sea la Élite, y 499 millones de esclavos felices.
Solo la Élite va a viajar, la masa en cambio verá las maravillas del mundo en cascos 3D, o pantallas planas.
La elite decide quien y cómo se reproduce, y los genes que tendrán los nuevos niños. La masa no podrá alejarse a mas de 50 km de su casa.
Por ahora las tácticas fueron miedo a la enfermedad, imposición de medidas opresivas de control (apoyadas por más del 90%), hisopados dolorosos e invasivos, pérdida de identidad (bozal facial), reducción del oxígeno en el cerebro (lo mismo, bozal facial), pinchazos.
La idea es aflojar y tirar de la cadena, una y otra vez, como cuando se doma un oso. Mantener a la masa enferma, debilitada, intoxicada. Perseguir a los disidentes, controlar toda la información.
¿Cómo detener este horror?
Muy simple, no somos partículas, tenemos algo llamado voluntad. Según el test de Milgram, el 90% de las personas obedecen una órden, sin importar cuan absurda o criminal sea, si perciben que la dicta una persona con autoridad.
Superemos ese 10%, esta es la batalla más importante de la historia de la humanidad. Destruyamos los algoritmos, perdamos el miedo. Los jefes de esto (Club Bildenberg, Club de Roma, Soros, Gates, Politburó Chino) son un grupo de ancianos débiles y asustadizos que pretenden la omnipotencia de Dios, pero que sin nuestra obediencia no son nada.
No eres un número, no eres una partícula sub atómica, eres la cima de la evolución de nuestro planeta, sácate el bozal, párate como hombre o mujer y dí Yo Soy.
Horacio Rivara
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