Excellence Reporter: Karsten, ¿cuál es el sentido de la vida?
Karsten Ramser: El sentido de la vida está conectado con nuestro estado de consciencia, por lo tanto es una expresión individual. No existe un significado objetivo de la vida. Es absurdo, inútil y una pérdida de tiempo de discutir sobre ello. No obstante, es muy grato compartirlo de manera pacífica.
Todo aquel que descubre lo que significa ser un ser humano y por qué existe la vida, lo hace siempre en el contexto real y temporal de su particular situación vital y de las circunstancias particulares de su vida. El condicionamiento cultural-social-genético siempre es el marco de nuestra interpretación. No puede ser de otra manera, y esto refleja la diversidad, el flujo y la abundancia de la existencia.
Hay tres formas básicas de enfocar el sentido de la vida, desde la mente, desde el corazón y desde la mente-corazón (holística). La mente se centra en la filosofía, la espiritualidad, los ideales y las formas de vivir. Es una interpretación, el contexto mental del sentido.
El corazón se centra en los sentimientos, las emociones, la experiencia, la intuición, la expresión creativa pura, y el amor. Este enfoque es la manera en que experimentamos el sentido en nuestra vida cotidiana.
La mente-corazón reúne a ambos, es el enfoque holístico. La existencia humana goza de un equilibrio perfecto cuando los dos fluyen juntos de manera natural.
La pregunta por el sentido de la vida, o su búsqueda, refleja que está ausente cuando el sentido no es una experiencia vital sino un mero deseo mental. Este deseo es el inicio del viaje para encontrar el sentido. Sabemos intuitivamente que existe mucho más que la carrera por la felicidad, la riqueza y el status. Podemos sentir que hay mucho más que el hambre insaciable de más y mejor.
Desde mi punto de vista, el sentido de la vida no puede expresarse con palabras. En el mismo momento en que lo nombramos, que lo definimos, lo reducimos a un objeto (excluyendo a todos los demás). El sentido debería ser aceptar, y no reducir, la maravilla de la existencia; o en otras palabras, la vida es mucho más grande que la mente.
La mente es una “herramienta” maravillosa y necesaria, pero el sentido de la vida es una experiencia, un sentimiento, una emoción, porque vivimos en los sentimientos y las emociones, y no en la mente.
El sentimiento del sentido de la vida nace cuando experimentamos la Unidad, la Singularidad, una experiencia no-dual, cuando la vida es perfecta tal como es. Todos hemos vivido esta experiencia en algún momento, que normalmente es muy breve. Nuestro condicionamiento cultural-social-genético no puede gestionar esta experiencia, pero nosotros seguimos buscando, encontrando un sentido detrás de otro. Descubrir el sentido (mental) es muy importante, tiene el poder de trascenderlo todo. Es fundamental buscar el sentido y encontrarlo, especialmente en el mundo posmoderno lleno de sinsentido.
Tal vez sea este el mayor desafío de nuestra época, encontrar el sentido y finalmente ser el sentido.
“Un viaje significativo hacia nuestro propio ser es el regalo más grande que podemos compartir con el mundo”.