La noción de Dios implica un ser absolutamente perfecto. Un ser absolutamente perfecto debe tener todos los atributos positivos, incluido el atributo de la existencia. Luego Dios debe existir.
La existencia de Dios no puede ser demostrada científicamente. Es más una cuestión de fe que alude al lado intuitivo del hombre.
El anhelo más profundo, la más honda aspiración del hombre es la felicidad eterna, el conocimiento eterno y la Verdad eterna. El hombre debe buscar una entidad sobrenatural que satisfaga sus anhelos y aspiraciones más profundas.
Dentro de la Naturaleza todo se explica gracias a la ley de causa y efecto, y así también debe explicarse la Naturaleza en su conjunto. Debe tener alguna causa. Esta causa debe ser distinta al efecto. Debe ser una entidad sobrenatural, es decir, Dios.
La naturaleza no es un simple batiburrillo de accidentes, si no un asunto ordenado. Los planetas se mueven regularmente en sus órbitas, las semillas se convierten en árboles con periodicidad, las estaciones se suceden en orden. La naturaleza no puede ordenarse a sí misma. Requiere la existencia de un ser inteligente, es decir, Dios, el responsable de este orden. Incluso Einstein, el gran científico, estaba convencido de que una Inteligencia Suprema había creado el universo.
Todo en la naturaleza tiene un propósito. Cumple una función u otra. Ciertamente, cada objeto no puede elegir por sí mismo la función que va a desempeñar. Las diferentes funciones deben haber sido planificadas o designadas por un ser inteligente o Dios.
Aunque todo es transitorio en este mundo, las personas compran enormes extensiones de tierra, se construyen casas en diferentes lugares y levantan edificios de cinco pisos. Quieren organizarse la vida eterna en este universo sensorial. Esto demuestra que el hombre es esencialmente inmortal. A pesar del conocimiento que todos tenemos de que vamos a morir, el hombre piensa que vivirá para siempre y hace grandes planes para establecerse aquí por toda la eternidad. Nadie quiere la muerte. Todos quieren vivir y van al médico cuando se sienten enfermos, gastando lo que haga falta en el tratamiento. Por tanto, la naturaleza esencial del hombre debería ser la existencia eterna.
Hasta los tontos se creen sabios. A cualquiera le gusta demostrar que sabe más que los demás. Nadie quiere ser llamado tonto. Los niños molestan a sus padres con cientos de preguntas. El deseo de saber está arraigado en ellos. Esto indica que nuestra naturaleza esencial es el conocimiento.
Cuando un hombre se está riendo, la gente rara vez pregunta por qué se ríe. Por el otro lado, cuando un hombre llora, todos preguntan por qué está llorando. Esto demuestra que nuestra naturaleza esencial es la dicha. Nadie quiere la miseria, todos quieren la felicidad, y todas las actividades de la vida están encaminadas a conseguir más felicidad. Esto también prueba que nuestra verdadera naturaleza es la dicha. Cuando estamos profundamente dormidos y no hay objetos, sentidos o mente, sentimos dicha; de ahí que nuestra naturaleza esencial sea la dicha. Esta es la razón por la cual las personas con una enfermedad dolorosa lo que más desean es abandonar su cuerpo y deshacerse del dolor.
Si nuestra naturaleza esencial es existencia-conocimiento-dicha, debe haber en nosotros un principio omnipresente con estas características y que sea diferente de estos perecederos cuerpos físicos tan propensos al dolor. Por tanto, Brahman o Dios, cuya naturaleza esencial es Existencia-Conocimiento-Dicha (Sat-Chit-Ananda), debe existir.
La existencia de Dios o Ser es necesaria para que funcionen los Upadhis o adjuntos limitantes, a saber; cuerpo, mente, Prana y los sentidos, porque debe haber auto consciencia detrás de sus actividades.
Siempre vas a sentir que, a pesar de todas tus posesiones y las comodidades de que disfrutes, necesitas algo más. No hay sensación de plenitud. Solo la obtendrás cuando te añadas al Dios pleno.
Cuando haces algo malo, tienes miedo. Tu propia conciencia te pincha. Esto también prueba que Dios existe y que es testigo de todos tus pensamientos y acciones.
Definir a Brahman es negar a Brahman. La única descripción adecuada de Brahman es una serie de negaciones. Esta es la razón por la cual, en el Brihadaranyaka Upanishad, el sabio Yajnavalkya proclama a Brahman como neti, neti (no esto, no esto). Significa que el residuo que queda después de haber negado todos los nombres y formas es Brahman.
Brahman, el Ser o Dios Inmanente no puede demostrarse, ya que está más allá de donde alcanzan los sentidos y la mente, pero Su existencia puede inferirse a partir de ciertos hechos empíricos o experiencias comunes de la vida diaria.
A veces te encuentras en una situación complicada o con un problema económico serio. La ayuda te llega de manera misteriosa. Obtienes el dinero justo a tiempo. Muchos hemos experimentado algo así. En ese momento exclamas de alegría «Los caminos del Señor son inescrutables; tengo fe en Dios. Hasta este momento no tenía fe en Dios». Un abogado no tenía fe en Dios. Enfermó de neumonía doble. Dejó de respirar. Su esposa, hijo y demás parientes empezaron a llorar. Pero tuvo una experiencia misteriosa. Los mensajeros de Lord Yama lo llevaron ante la corte. Lord Yama dijo a sus mensajeros: «Este no es el hombre que quería. Habéis traído a la persona equivocada. Devolvedlo». Comenzó a respirar después de un rato. Había experimentado cómo dejaba su cuerpo, viajaba a la corte de Lord Yama y regresaba a su cuerpo físico. Esta asombrosa experiencia le cambió por completo. Desarrolló una intensa fe en Dios y se convirtió en un hombre religioso.
Otra persona también instruida tuvo una experiencia similar, con ciertas variaciones. Era ateo y murió igualmente. Los mensajeros llevaron su alma ante Lord Yama, y dijo: » Mi trabajo en el plano físico no ha terminado. Todavía tengo que hacer algo realmente útil. Perdóneme la vida por favor». Su petición le fue concedida. Quedó maravillado con esta extraña experiencia. Cambió por completo. Dejó su trabajo y dedicó el resto de su vida al servicio desinteresado y a la meditación.
Ya debes saber que ni los mejores médicos del mundo pueden curar a un rey moribundo. Seguro que también has oído hablar de algunos casos en que pacientes con las peores enfermedades se curan milagrosamente, después de que médicos de prestigio les hayan sentenciado. Esto es en sí mismo la prueba de que hay una mano divina detrás de todas las curaciones.
A veces no soportas la compañía de otras personas. Quieres estar solo. Vas a un lugar solitario, un jardín o la orilla de un río, para disfrutar de paz interior. Esto te puede dar la pista de que, en esencia, eres la encarnación de la paz, de que estás completamente solo y de que eres idéntico a Brahman.
Algunas personas mueren cuando tienen ochenta años; algunas mueren cuando están en el útero; algunas mueren a los veinte; algunas a los cuarenta. ¿Cuál es la causa de tanta disparidad? ¿Quién fija el lapso de vida para cada uno? Esto prueba claramente la teoría del Karma, que hay un Señor Omnisciente que es el dispensador de los frutos según hayan sido las acciones de las Jivas (almas individuales). Este Señor fija el lapso de vida de las Jivas de acuerdo con la naturaleza de su Karma, y sabe qué frutos corresponden a cada Karma. Si el Karma es insensible, no podrá evitar los frutos de sus acciones.
Ya sea que el búho acepte o rechace la presencia de luz, siempre hay luz. Ya sea que aceptes o rechaces la existencia de Dios, siempre existe. Siempre está brillando en los «tres períodos de tiempo». Existe antes de que comiences a buscarlo. Está más cerca de ti que tu respiración y más pegado a ti que tus manos y tus pies.
¿Existes o no existes? Esa es mi pregunta. Si dices «No», te veo delante mía con tus brazos musculosos, tu amplia frente y tus grandes ojos. Si dices «Sí» tu respuesta es la prueba para demostrar la existencia de Dios. La misma pregunta de si Dios existe prueba claramente que Dios existe.
Todo lo que ves es Dios. Todo lo que oyes es Dios. Todo lo que pruebas es Dios. Todo lo que hueles es Dios. Todo lo que sientes es Dios. Este es el aspecto manifestado. El cuerpo físico pertenece al Virat (Cosmos). El cuerpo astral pertenece a Hiranyagarbha (Inteligencia cósmica). El cuerpo causal pertenece a Ishvara (Realidad con el poder de ocultar). ¿Dónde está ese «yo» ahora?
Emerson dice: «Una pequeña reflexión sobre lo que ocurre cada día a nuestro alrededor nos probaría que una ley superior a la de nuestra voluntad regula los eventos, que nuestras tareas más dolorosas son innecesarias y del todo infructuosas, que sólo nuestras acciones sencillas, fáciles y espontáneas nos hacen poderosos, y que con un esfuerzo de obediencia llegaremos a ser divinos. La creencia y el amor nos alivian de la pesada carga de las preocupaciones. ¡Oh, hermanos míos! Dios existe. Hay un alma en el centro de cada hombre y por encima de su voluntad, para que ninguno de nosotros le pueda hacer daño al universo. Estamos tan imbuidos de su encanto que sólo prosperaremos cuando aceptemos su consejo; y si lo que hacemos es forcejear para herir a sus criaturas, las manos se nos quedarán pegadas y sólo podremos golpearnos en el pecho. Todo está pensado para enseñarnos a tener fe».
¿Podéis decirme, amigos, si hay alguien sobre la faz de la tierra que no le tema a la muerte? ¿Si hay alguien que no pronuncie el nombre del Señor cuando se halle en serias dificultades, cuando su vida penda de un hilo o esté agonizando? ¿Por qué niegas entonces la existencia de Dios? Tú mismo admites Su existencia cuando tienes problemas. Debido a una perversión del intelecto y a la intoxicación que genera este mundo, te has hecho ateo, aunque serías incapaz de probar Su inexistencia. ¿No es esto un disparate? Piénsalo bien. Deja de discutir. Acuérdate de Él y alcanza la inmortalidad y la paz eterna.
Creo que nunca en mi vida he leído un mensaje como éste, me llegó al alma de una manera increíble. Siento aún cada palabra, cada frase muy profundo en mi corazón. Gracias, muchas gracias; por primera vez siento que estoy entendiendo la verdad porque alguien a quien no conozco me ofreció la respuesta que esperaba.