¿Existió realmente Jesús de Nazareth? Las referencias históricas no abundan, por lo menos, no para la talla de personaje que resultó ser para la historia de la humanidad, sin embargo, sí hayunas cuantas referencias históricas sobre él y podría decirse que las que voy a compartir a continuación son las más conocidas.
Flavio Josefo sobre Jesús de Nazareth
La primera de ellas es del historiador judío-romano Flavio Josefo, quien vivió entre los años 37 y 100 de nuestra era. Escribió mucho sobre la historia de los judíos y sin embargo, sólo tiene en su vasta obra, dos referencias a Jesús de Nazareth. En su obra Antiguedades judías escrita entre el 93 y 94 después de Cristo, dice lo siguiente:
«Por esta época vivió Jesús, un hombre sabio. Fue autor de obras sorprendentes y maestro de los hombres que acogen la verdad con placer y atrajo no solamente a muchos judíos, sino también a muchos griegos. Y, aunque Pilato, instigado por las autoridades de nuestro pueblo, lo condenó a morir en cruz, sus atenriores adeptos no dejaron de amarlo. Y hasta el día de hoy existe la tribu de los cristianos, que se denomina así en referencia a él».
En Internet pueden encontrar una versión más amplia de este texto en que se afirma que él era el Cristo, que resucitó al tercer día, etcétera, pero los especialistas señalan que esto fue un agregado posterior hecho por los copistas cristianos pues es imposible que un judío haya tratado a Jesús como el Mesías.
El otro texto es uno más simple. En ese texto nos habla de la lapidación de un tal Jacobo y luego agrega: «el hermano de Jesús».
Aquí Josefo haría referencia a Jacobo, conocido como Jacobo el Justo, y que fue el primer obispo de Jerusalem. También es llamado Santiago y a él se le atribuye la Epístola de Santiago. Jacobo era pues una de las más importantes figuras del cristianimo primitivo.
De igual manera en este texto, cuando mencionan a Jesús se le ha agregado la palabra: «al que llaman Cristo», pero otra vez, esto es algo posterior.
Tácito sobre Jesús de Nazareth
La otra referencia conocida, es una posterior, esta vez de Tácito, historiador y senador romano nacido en el año 55, quien en sus Anales (escritos en el año 116), al referirse al gran incendio que hubo en Roma en el 64, en tiempos del emperador Nerón, escribió lo siguiente:
«En consecuencia, para deshacerse de los rumores, Nerón culpó e infligió las torturas más exquisitas a una clase odiada por sus abominaciones, quienes eran llamados cristianos por el populacho. Cristo, de quien el nombre tuvo su origen, sufrió la pena máxima durante el reinado de Tiberio a manos de uno de nuestros procuradores, Poncio Pilato, y la superstición muy maliciosa, de este modo sofocada por el momento, de nuevo estalló no solamente en Judea, la primera fuente del mal, sino incluso en Roma, donde todas las cosas espantosas y vergonzosa de todas partes del mundo confluyen y se popularizan».
Aquí vemos que por un lado se confirma de manera histórica el pasaje bíblico de la crucifixión de Jesús por decisión de Poncio Pilato y también la gran expansión que ya tenía por esos años el movimiento de los cristianos tanto en Judea como en Roma. Por último, es claro el desprecio qeu sentía Tácito por estos creyentos.