Este planeta recientemente descubierto, un poco más grande que Neptuno y que orbita una enana roja ubicada a unos 150 años luz de distancia, ha ganado su entrada a un club exclusivo: los exoplanetas, o planetas alrededor de otras estrellas, que se sabe que tienen vapor de agua en sus atmósferas.
Un equipo internacional de científicos, dirigido por Jonathan Brande de la Universidad de Kansas, ha contribuido al al revelador nuevo estudio sobre este exomundo llamado TOI-674 b.
El planeta fue encontrado hace un año por el telescopio espacial TESS, y luego Hubble midió su espectro de luz. Los datos del ya retirado Spitzer también ayudaron a los astrónomos a descubrir recientemente algunos de los componentes atmosféricos del planeta; en este caso, la firma espectral de las moléculas del agua.
Desierto de Neptuno
En lo que se considera una rareza astronómica para un planeta de tamaño entre Neptuno y Júpiter, TOI-674 b orbita su estrella tan cerca que un «año» equivale a solo dos días terrestres. A la vez, esta anfitriona es tan fría y pequeña —menos de la mitad del tamaño de nuestro sol— que no se puede ver desde la Tierra a simple vista. Pero lejos de ser algo malo, esto se traduce en una ventaja para los astrónomos.
A medida que el planeta comparativamente grande —una clase conocida como «superneptuno»— cruza la cara de su estrella más pequeña, nuestros telescopios pueden analizar más fácilmente la luz de las estrellas que brilla a través de su atmósfera. Aquellos equipados con instrumentos especiales llamados espectrógrafos, incluido el recién lanzado telescopio espacial James Webb, pueden difundir esta luz en un espectro, revelando qué gases están presentes en la atmósfera de mundos lejanos.
Quedan muchas preguntas aún, como cuánto vapor de agua contiene la atmósfera de TOI-674 b. No obstante, las antedichas facilidades lo convierte en un objetivo principal para una investigación más profunda.
Vapor de agua es detectado en un exoplaneta mayor que Neptuno