Una parte de los descubrimientos en psicología son producto de la serendipia. También de mentes abiertas capaces de hallar relaciones en esos hallazgos geniales e inesperados. ¡Descúbrelos a continuación!

Los descubrimientos fortuitos en psicología no son tan conocidos como los sucedidos en el mundo de la medicina o la química, pero existen. Las llamadas serendipias o esos hallazgos surgidos de manera casual son una constante en el mundo de la ciencia y la tecnología. Aunque eso sí, los fenómenos “eureka” no son producto de la magia, sino de la constancia.

Como bien suele decirse, avances como la penicilina, el pigmento azul de Prusia, el teflón, los rayos X o la aspirina no son meros hitos surgidos de la buena suerte. Son el resultado de mentes abiertas capaces de apreciar todas las soluciones posibles a un problema, aunque parezcan de lo más inverosímiles.

Las serendipias psicológicas son la fantástica combinación del azar con enfoques mentales flexibles abiertos a la innovación. También a lo curioso. Profundicemos en esas teorías o conceptos de esta ciencia que surgieron como resultado de la casualidad.

Los descubrimientos fortuitos de la psicología que no todo el mundo conoce

El término serendipia deriva del inglés serendipity tiene su origen en el escritor británico Horace Walpole, cuando en 1754 acuñó este concepto a partir de un divertido cuento tradicional persa en el que los protagonistas hallaban solución a todos sus problemas mediante inesperadas casualidades. Aquel relato se llamaba Los tres príncipes de Serendip.

Siempre es útil recurrir a una palabra que describa fenómenos que son usuales. Los hallazgos inesperados en el campo de la ciencia son un hecho común a lo largo del tiempo. De hecho, hay quien se pregunta cuántos descubrimientos hemos dejado pasar porque los investigadores no supieron apreciar o tener en cuenta esas variables inesperadas.

Sea como sea, es momento de hacer un pequeño homenaje a esos descubrimientos fortuitos de la psicología que tal vez no todo el mundo conozca. Son los siguientes:

1. Condicionamiento clásico de Pavlov

La teoría del condicionamiento clásico de Iván Pavlov es una pieza esencial dentro de las ciencias del comportamiento. Gracias a esta aportación comprendemos las bases del aprendizaje asociativo. Ahora bien, es interesante saber que este famoso fisiólogo estaba interesado en comprender en realidad los procesos de digestión y, en concreto, la tendencia de los perros a salivar cuando se les presentaba comida.

De pronto, ocurrió algo que le permitió enunciar su teoría de la respuesta condicionada en psicología. Los perros empezaban a salivar solo con ver entrar a sus ayudantes de laboratorio, sin que estos llevaran o no la comida…

Esto le facilitó poder enunciar ese proceso de aprendizaje mediante el que un organismo asocia un estímulo condicionado (EC) y un estímulo incondicionado (EI), siendo el EC capaz de evocar una respuesta condicionada (RC).

2. Los psicofármacos y el LSD

Este dato es interesante: los antidepresivos tricíclicos fueron un tipo de fármacos que se usaban inicialmente para tratar la tuberculosis, pero con el tiempo se vio su beneficio para mejorar el estado de ánimo. Esto supuso un avance para abordar el tratamiento de los trastornos depresivos.

También es curioso el caso del químico suizo Albert Hofmann. En los años 40, se encontraba trabajando para la farmacéutica Sandoz, con el fin de estabilizar el ácido lisérgico, un derivado de la ergotamina (componente de un hongo) y que se utilizaba para tratar la migraña. A raíz de esa investigación, halló de manera casual la dietilamida de ácido lisérgico -25 (LSD).

3. La forma en que el cerebro procesa la información visual

David Hubel y Torsten Wiesel recibieron el Premio Nobel en 1981 por un hallazgo casual y serendípico. Estaban intentando comprender cómo funcionan los campos receptivos de las neuronas de la corteza visual.

Hasta el momento se concebía que esta área del cerebro visual estaba conformada por una estructura de miles de células que trabajaban juntas en la reconstrucción de todo lo que captaban los ojos. Sin embargo, después de varias pruebas, la casualidad quiso que descubrieran que no era así: hay células selectivas que se activan solo en función de determinados estímulos…

4. El oído derecho en la escucha dicótica

Dentro de la psicología cognitiva y la neurociencia, la escucha dicótica es un fenómeno importante: facilita los procesos de atención y  se alza como un procedimiento comúnmente utilizado para investigar la atención selectiva en el sistema auditivo. Por lo general, las personas siempre tenemos cierta ventaja en la audición del oído derecho frente al oído izquierdo.

Dentro de los descubrimientos fortuitos en psicología, este es uno de los más conocidos. Su responsable fue la doctora Doreen Kimura y la investigación se publicó en 1964.

5. La orientación depende del hipocampo

Como bien sabemos, el hipocampo forma parte del sistema límbico y es una región esencial en procesos como el aprendizaje, la memoria, la regulación emocional… Y también la orientación especial.

Fue John O’Keefe es un neurocientífico, psicólogo y Premio Nobel que descubrió que el hipocampo facilitaba también los procesos de orientación. Este fue un hallazgo casual mientras investigaban los procesos de memoria en los animales.

6. El efecto McGurk

En ocasiones, cuando no podemos escuchar bien a alguien nos fijamos en su boca. Sin embargo, en ese proceso orientado a leer los labios, cometemos pequeños errores.

El efecto McGurk nos dice que cuando alguien pronuncia la sílaba “ga” lo que entendemos es “da” por un error del cerebro al intentar descifrar el habla mediante la vista.

Este fue otro de esos descubrimientos fortuitos en psicología en los años 70 del que los psicólogos cognitivos Harry McGurk y John MacDonald fueron responsables.

7. El fenómeno de la ilusión de Thatcher

La ilusión Thatcher es un efecto óptico muy curioso: ocurre cuando modificamos la imagen de una persona poniéndola al revés. En ocasiones, el cerebro no llega a saber realmente qué sucede. Percibe que hay algún tipo de anomalía, pero no puede clarificar con exactitud qué es lo que está viendo.

El responsable de este descubrimiento fue el doctor Peter Thompson, quien publicó una investigación sobre este hallazgo inesperado en 1980. Uno más de esos descubrimientos fortuitos en psicología.

8. Las neuronas espejo

Así es, el descubrimiento de las neuronas espejo por parte del neurobiólogo Giacomo Rizzolatti fue producto de la serendipia una vez más. Mientras analizaba la actividad cerebral de un macaco vinculada al acto prensil, pudo ver que determinadas neuronas del animal se activaban solo con mirar al experimentador.

El acto de mirar le permitía después al animal imitar y aprender de los humanos, algo que venía mediado por un tipo de neuronas desconocidas hasta entonces…

9. La ceguera a la repetición

Otro de los descubrimientos fortuitos en la psicología tiene que ver con la ceguera a la repetición. Surge cuando el cerebro ya no puede reconocer un elemento visual (imágenes y palabras) al que ha sido expuesto muchas veces. Es como cuando repetimos muchas veces una palabra y al final deja de tener sentido.

Este fenómeno fue un descubrimiento producido por el azar y que Nancy Kanwisher describió en una investigación en 1987.

Para concluir, este tipo de hechos históricos son una constante en cualquier área del saber, sobre todo en aquellas disciplinas científicas y que se desarrollan en el plano experimental y de laboratorio. Al fin y al cabo, la casualidad y lo inesperado, también forma parte de nuestra vida. Lo importante es saber aprovechar esos eventos azarosos.

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