En las profundidades del océano Atlántico, escribió Platón, se encuentra la ciudad perdida de la Atlántida. Pero no muy lejos de dónde el filósofo en teoría supo ubicarla, existió otra mítica tierra tragada por las aguas. Y su historia no solo es igual de interesante, sino que recientemente se habrían hallado vestigios que apuntan hacia su existencia verdadera.
En el condado de Ceredigion, las leyendas galesas que datan de la Edad Media hablan de un antiguo bosque cerca de los pueblos costeros de Borth e Ynyslas que una vez rodearon un reino. El bosque se encontraba en un terreno fértil y se extendía a unas 20 millas al oeste de la línea costera actual entre la isla Ramsey y la isla Bardsey en lo que ahora es la bahía de Cardigan.
Un mito mencionado en el Libro Negro de Carmarthen —el manuscrito completo más antiguo que se conserva escrito en galés— que se remonta al menos al siglo XIII, cuenta cómo el bosque era parte de un antiguo reino conocido como Cantre’r Gwaelod, o las ‘Cien Tierras Bajas’. Este reino de entre 4.500 y 5.000 años de antigüedad estaba presuntamente gobernado por un acaudalado rey llamado Gwyddno Garanhir, quien regía al menos 16 ciudades llenas de bulliciosos mercados que servían como centros comerciales y mercados.
Según la leyenda, la tierra se encontraba fortificada contra el mar por un dique que estaba custodiado por dos príncipes; empero, uno de ellos, llamado Seithenyn, se emborrachó y permitió que el agua entrara por las compuertas, ahogando el bosque y el reino. Otro relato habla de Mererid, una doncella a cargo de las compuertas, que se distrajo amorosamente con Seithenyn y, por lo tanto, no pudo cerrar las compuertas cuando lo necesitaba, permitiendo que el agua entrara.
Si bien estas historias han permanecido como parte de la imaginación colectiva de Gales durante milenios, volvieron a la vida gracias a una violenta tormenta que tuvo lugar hace pocos años.
El legendario bosque emerge
A finales de abril de 2019, la tormenta Hannah azotó Gran Bretaña con ráfagas de viento que alcanzaron más de 80 mph, lo que provocó cortes de energía e interrupciones en los viajes a través de Gales. Cuando la tormenta azotó las costas de Borth e Ynyslas, resurgieron restos de árboles cubiertos de turba que habían estado sepultados bajo el agua salada y la arena durante miles de años. Algunos relacionaron estos antiguos tocones con el bosque del mítico Cantre’r Gwaelod.
Tocones petrificados como estos han estado apareciendo aquí y allá en el área durante varios años, particularmente en 2010 y 2014 cuando tormentas anteriores arrancaron guijarros y arena de la costa. No obstante, Hannah hizo que se revelara un tramo mucho más grande del bosque, y cada día desde entonces, durante la marea baja, el mar revela cientos de tocones de aspecto espeluznante que parecen mandíbulas irregulares a lo largo de la playa de arena negra de dos millas de largo.
Los científicos han descubierto que el bosque sumergido contiene tocones de pinos, alisos, robles y abedules, que se han conservado debido a la falta de oxígeno y los altos niveles alcalinos que se encuentran en el pantano. Los árboles vivos se inundaron gradualmente con turba cuando el área quedó bajo las aguas por el aumento del nivel del mar hace unos 4.000-5.000 años. A medida que el nivel subió y se formó una gruesa capa de turba a partir de la sedimentación natural, los árboles dejaron de crecer y eventualmente murieron.
Aquí también se han descubierto viejos huesos de animales y un par de cuernos de venado, lo que sugiere que esta extensión de tierra una vez floreció cuando el nivel del mar era más bajo y antes de que el área hubiera sucumbido por completo al océano.
La Atlántida de Gales
Ya sea que el bosque sea o no el mencionado en el mito de Cantre’r Gwaelod, los arqueólogos creen que hubo vida aquí que se remonta al menos a la Edad del Bronce (3000 a 1200 a.C.), en parte debido al descubrimiento de una pasarela de madera hecha de ramas cortadas y postes verticales (diseñados para hacer frente al aumento del nivel del agua) que se cree que tiene entre 3100 y 4000 años.
Aquí se han realizado varios otros descubrimientos arqueológicos, incluidas pisadas humanas y animales fosilizadas conservadas en la capa superior endurecida de turba, junto con piedras quemadas dispersas que se cree que provienen de hogares antiguos. Debido a esta evidencia de asentamiento humano, los medios de comunicación a menudo se refieren al área como «la Atlántida de Gales».
Los arqueólogos creen que el clima extremo debido al cambio climático está exponiendo artefactos más antiguos como los de Borth e Ynyslas.
De acuerdo a lo informado en Wales Online, Alun Hubbard, profesor del departamento de geografía y ciencias de la tierra de la Universidad de Aberystwyth, sugiere que el descubrimiento de los tocones también podría deberse en parte a las defensas marinas instaladas en Borth en 2012. Si bien han protegido al pueblo de las olas rompientes, también han cambiado el movimiento continuo y de arena, guijarros y piedras que antes ocultaban a la vista los tocones.
Otros bosques sumergidos desenterrados por tormentas recientes aparecieron en la playa de Newgale en Pembrokeshire y la bahía de Mount en Cornualles, ambos en 2014. En ese mismo año, huellas de 850.000 años de antigüedad consideradas como la evidencia más temprana de humanos fuera de África fueron reveladas por tormentas en Norfolk, Inglaterra. Además se desenterró un fósil de ictiosaurio, y se evitó por poco la destrucción total del sitio —después de que una tormenta derrumbó acantilados y rocas a lo largo de la Costa Jurásica de Dorset y East Devon en el sur de Inglaterra—.
Sin embargo, el descubrimiento de los cientos de tocones de árboles petrificados por la tormenta Hannah se ha convertido quizás en la revelación más comentada a nivel local, ya que los historiadores y arqueólogos ahora tienen más razones para pensar que el bosque puede estar relacionado con el mito de las Cien Tierras Bajas, tal como se menciona en El Libro Negro de Carmarthen.
Oyendo las campanas
El susodicho manuscrito medieval se encuentra actualmente en la Biblioteca Nacional de Gales en Aberystwyth, mientras que una copia facsímil se puede ver en línea aquí. Junto con la famosa canción popular galesa, Las campanas de Aberdovey —que también se cree alude a la historia de Cantre’r Gwaelod—, las referencias mencionadas en el libro han ayudado a mantener viva la leyenda —de hecho, los lugareños insisten en que, en un día tranquilo, aún pueden escuchar las campanas de una iglesia sumergida del ancestral reino—.
De manera similar, una de las historias en El Mabinogion —un libro de historias galesas recopiladas de tradiciones orales del siglo XI y anteriores— se refiere al «ahogamiento» del reino que una vez estuvo entre Gales e Irlanda.
Y si bien no hay registros históricos que documenten que un reino entero fue arrasado, los científicos piensan que esta tierra se perdió en el mar cuando los océanos aumentaron gradualmente a sus niveles actuales, comenzando hace unos 8,000 años, después de que la capa de hielo de la Edad de Hielo más reciente disminuyera. Las arcillas de cantos rodados y las arenas de grava depositadas por el derretimiento de las capas de hielo comenzaron a formar playas y crestas de guijarros, que se desplazaron sobre las áreas boscosas a lo largo de la costa.
De esta manera, los árboles petrificados descubiertos en Borth e Ynslas apuntan a algunas verdades en la leyenda, mostrando evidencia de una vida anterior que existió bajo el mar. Pero quizás lo más importante es que también están conectando a una nueva generación con las historias de sus antepasados.
Referencias:
- How a storm revealed a Welsh kingdom – BBC.
- The lost land of Cantre’r Gwaelod: The Welsh Atlantis? – Herald Wales.
- The Welsh ATLANTIS: Is There Another LOST Kingdom Under the Sea? – Ancient Architects.