Pocos años antes de su fallecimiento en 2018, el Dr. Norman Bergrun, un científico que trabajo durante 12 años en la NASA, afirmó que masivas «naves extraterrestres vivientes» estaban «proliferando» en los anillos de Saturno.
Bergrun, un ingeniero que también se desempeñó en el Comité Asesor Nacional para la Aeronáutica (NACA) y trabajó con Lockheed Martin en algunos de los proyectos aeroespaciales más secretos y de más alto perfil del país, ha llamado la atención con su teoría favorita de que inteligencias extraterrestres están presentes en nuestro sistema solar, pero los científicos no lo han reconocido.
De hecho, fue en su controvertido libro de 1986, Ringmakers of Saturn, donde expuso por primera vez la teoría radical de que existen naves extraterrestres en nuestro sistema solar y que las ha visto en los planetas anillados del sistema solar, sobre todo en Saturno.
Según Bergrun, el escrutinio de las imágenes obtenidas durante los sobrevuelos de las sondas Voyager revela extraños objetos cerca de los anillos del planeta gaseoso, donde pueden incluso observarse los «escapes» de los motores de las naves alienígenas, cuya proliferación se estaría acelerando y alcanzando una etapa «crítica».
El ex NASA explicó que los anillos de Saturno, Urano y Júpiter estaban siendo creados por extraterrestres como fuente de energía o para obtener recursos de ellos. Además, sugirió que estos ingenios podrían considerarse como «vivientes» debido a que son capaces de las funciones esenciales de los sistemas biológicos, como la autorreplicación y el automantenimiento.
Esto último, coincide con teorías propuestas por algunos teóricos, como Arwen Nicholson y Duncan Forgan de la Universidad de Edimburgo, quienes hace una década sugirieron que nuestro universo podría estar poblado por miríadas de sondas alienígenas autorreplicantes.
Pastores espaciales no identificados
Más allá del innegable prestigio y currículo de Bergrun, lo que hace en cierta forma que su teoría —seguramente impensable y omitida si no viniera de quien viene— sea considerada, es obvio que existe una explicación natural para la actividad descrita por el científico.
Si bien algunos detractores han apuntado a movimientos de las sondas Voyager que provocaron las irregularidades en la secuencia de imágenes de los anillos de Saturno, lo cierto es que este mundo y sus 82 lunas —la mayor cantidad para un planeta en el sistema solar— están llenos de características alucinantes. Desde la impresionante y misteriosa nube hexagonal en el polo norte del planeta hasta los llamados «satélites pastores».
Los satélites pastores son las lunas más pequeñas de Saturno cuya influencia gravitatoria confina el material en algunos anillos planetarios limitando regiones muy estrechas. El material del anillo que orbita cerca del satélite pastor es normalmente enviado de nuevo sobre el anillo, mientras que otra parte del material del anillo es expulsado hacia el exterior o termina cayendo sobre el satélite pastor.
No obstante, a veces tenemos lo que podríamos llamar pastores espaciales no identificados. Un claro ejemplo puede observarse en la siguiente imagen obtenida por la sonda Cassini:
De acuerdo a la descripción de la NASA:
«Una interrupción brillante en el estrecho anillo F de Saturno sugiere que pudo haber sido perturbado recientemente. Esta característica probablemente no fue causada por la luna Pandora (50 millas u 81 kilómetros de ancho) que acecha de cerca, en la parte inferior derecha. Lo más probable es que haya sido creado por la interacción de un objeto pequeño incrustado en el anillo y el material en el núcleo del anillo. Los científicos a veces se refieren a estas características como “chorros”.
»Debido a que estos cuerpos son pequeños y están incrustados en el propio anillo F, son difíciles de detectar con la resolución disponible para la nave espacial Cassini de la NASA. En cambio, su efecto revela su presencia, y los científicos usan la nave espacial Cassini para estudiar a estos sigilosos escultores del anillo F».
Nótese aquí que la propia agencia no especifica —o más bien no puede especificar— que tipo de objeto está provocando estas rupturas en los anillos. De hecho, los llama «sigilosos escultores», en un término similar al que Bergrun utiliza en el título de su libro mencionado anteriormente, cuya traducción es Los Constructores de Anillos de Saturno.
Llamativo, como mínimo… Tal vez el reciente Proyecto Galileo podría echarle un vistazo a este mundo gigante y sus concurridos alrededores en busca de posibles tecnofirmas alienígenas.
Edición: MP.