Han transcurrido casi tres semanas de la guerra  desatada en Ucrania y a pesar de que hasta el momento no ha surgido mucha información de  la misma y a la vez existe numerosa desinformación, cabe  ya extraer algunas conclusiones. En este contexto, creo pertinente aportar  las interesantes reflexiones  del exlegislador israelí  Ofer Schelach y experto en tópicos militares.

Según Schelach, la guerra promovida por Rusia, más allá del estatus de  las franjas independientes de Luhansk y Donetsk, la anexión de hecho de Ucrania  e impedir su ingreso a la NATO, el genuino fin al que Rusia apunta en esta guerra, es modificar las reglas del juego y crear nuevas coordenadas en las relaciones entre la Federación Rusa y Occidente.

Hasta el momento no ha trascendido mucho en   los planes de guerra de Rusia pero la postura de más recibo  es que para alcanzar los fines antedichos, había que echar mano a  una operación militar fulminante que insumiría muy pocos días, con un precio ínfimo en vidas humanas por ambas partes, cuya secuela sería el rápido desmoronamiento del actual gobierno ucraniano. En este espacio, el fracaso de Rusia y Putin es incuestionable por dos razones fundamentales.

En primer término, el ejército ucraniano aún en inferioridad de condiciones resistió y continúa resistiéndose mas  allá de lo previsto en mérito a un ejército ordenado y moderno, a un  excelente servicio de inteligencia con el que colaboran sus colegas de Occidente, dotado de armamento moderno proporcionado por Occidente y naturalmente conociendo mucho mejor el terreno y  la arena de los acontecimientos que los invasores , todo lo cual impidió  hasta el momento el rápido avance ruso.

En segundo término, Putin aspiraba igualmente que al final de la rápida contienda militar y el presunto éxito de Rusia, todo ello se  plasmaría en   logros en el espacio político, negociando con Occidente que no es parte del conflicto  ni de la actual negociación.En cambio, ante la invasión rusa, Occidente respondió con gravísimas sanciones en distintos espacios  cuya secuelas  ya se reflejan en la economía rusa. Cada avance  militar ruso en la confrontación bélica arrojará nuevas sensaciones    que conllevará graves secuelas para la economía rusa.

  Obviamente no es éste el tópico que Putin quería negociar con Occidente previo a la invasión a Ucrania. Tampoco Putin se imaginó que esta conflagración daría nuevos bríos a la NATO, que los países escandinavos quisieran incorporarse a su seno , que países  como Alemania resolvieron  aumentar su presupuesto militar o que Ucrania  solicitara  incorporarse a la Unión Europea .

Por todo ello, Schelach sostiene que Putin se encuentra ante una genuina trampa. A medida que transcurra el tiempo, el mundo se amoldará a las sanciones impuestas a Rusia en tanto que la coyuntura de la economía rusa inexorablemente se agravará.  La conquista de Kiev mediante nuevas tropas , bombardeos y  numerosas víctimas, reducirá considerablemente la opción de negociar con Occidente e incluso quizás emerjan de su seno,  voces de una intervención militar directa por parte de Occidente en el conflicto.

Por todo ello , la invasión rusa que en principio apuntaba a la obtención de logros políticos, en la actualidad se tornó  para Rusia en un genuino escollo.

A la luz de todo lo expuesto, quizás pueda entenderse el lento avance de las tropas rusas hacia la capital de Ucrania y ya  se han comenzado a oír voces de eventuales progresos en la negociación entablada  entre las partes del conflicto aunque queda mucho trecho por recorrer. Sin embargo, tampoco hay que descartar la posibilidad de que Putin pretenda sortear la antedicha trampa, recurriendo y   echando  mano a más violencia y modificando el curso del conflicto bélico.

https://aurora-israel.co.il/putin-se-encuentra-ante-una-genuina-trampa/