Quédate conmigo.
Esa ternura dentro,
la visión profunda, la comprensión,
la mirada que lo purifica todo.
El yoga de la purificación de los seres migratorios.
Me visitas en plena noche, sin previo aviso.
Y no necesito proteger el sueño reparador.
No hay nada más reparador que tu presencia.
Llegas y el mundo se ilumina.
Como una caricia interior que lo pone todo en orden.
Y de repente es día de fiesta, noche de fiesta.
Quédate conmigo.
Qué puedo hacer para que te quedes, para siempre?
Rezar no es una opción.
No hay un Dios ahí fuera a quien pueda pedirle la gracia.
Estás tan dentro de mí, tan dentro,
que a menudo te pierdo la pista.
Estoy tan dentro de ti que no siempre te encuentro.
Pero a veces puedo sentirte
y es mi día de fiesta.
Quédate conmigo.
Y no me dejes nunca más.
http://reflexionesdeunaestudiantebudista.blogspot.com/2022/02/la-gracia.html