PlanetaAzul se presenta de nuevo. Los ángeles caídos de la biblia, una raza humanoide dolicocéfalo de aproximadamente 3.5 metros de alto y extremadamente hostil de procedencia desconocida, llegando a la tierra hace aproximadamente 45,000 años tras la destrucción de su mundo. Primero se establecieron en el Planeta Marte y forjaron una gran civilización, después de una gran guerra atómica entre su raza que destruyo Marte algunos de estos seres lograron escapar con la poca tecnología que pudieron llevar consigo y así lograron colonizar la Luna que para entonces aun no era un satélite de la tierra.
Tras vivir en la Luna y edificar construcciones dieron el salto hacia la tierra, que ya tenia una civilización y estaba dirigido por JEHOVA, la raza de los reptiles que habían modificado genéticamente a un homínido indígena de la tierra para fines de esclavitud. El encuentro de estas dos razas alienígenas derivo en una gran guerra ganando la primera partida los Humanoides con tecnología avanzada y asi se mezclaron con la raza humana terrestre surgiendo los Gigantes, HOMOCAPENSIS , los hijos de los ángeles caídos que se convertirían en el principal enemigo de JEHOVA para posteriormente destruirlos con el diluvio ya que era una gran amenaza para su creación debido a su enorme fuerza y su gran inteligencia.
Los preadamitas fueron los responsables de las grandes construcciones de las pirámides en marte, luna y la tierra, cabe destacar que ellos atrajeron la Luna hacia la tierra para que se convirtiera en un satélite y poder dar lugar las estaciones del año y así sus híbridos pudieran vivir mejor gobernando este planeta y sus habitantes humanos. Los grandes faraones egipcios como Ramses II era híbridos de esta raza y así lo comprueba los restos arqueológicos de la estatua encontrado este año en el Cairo. En la noche de los tiempos y las edades nada es lo que parece. La humanidad está lejos de ser una serie de razas significativas en una evolución absurda surgida sin causa al azar del caos. Resulta que todo ha sido planificado con precisión absoluta por seres translúcidos, ultrahumanos llegados al planeta Tierra desde lejanos mundos estelares dueños de tecnología superior.
El conocimiento es un don otorgado a los hombres por la sabiduría de los ‘dioses’ en un mundo de permanente cambio y dualidad. Las huellas de su presencia cósmica están prácticamente desplegadas alrededor de todo el planeta. Algunos fueron entes de carne y hueso, y otros no; estuvieron entre ellos combatiendo guerras con armas de tecnología extraordinaria y gran potencia[1], un tema imposible de encajar en el paradigma actual y su sistema de creencias.
No obstante, la prueba está en los hechos. Sucede que la humanidad no está preparada para admitir que la historia de su origen es completamente diferente de la que se inculca en forma de única verdad cual un cuento fundamentalista, con el mismo patrón de fe que rige en la religión y a pesar que ´nada de lo que esté oculto permanecerá sin ser revelado´.
Según, la Tierra fue visitada por seres de otros mundos que enseñaron a los hombres toda clase de ciencia, profundizando en la adoración de los astros y a ellos mismos como divinos. Durante miles de años distintas humanidades fueron trastornadas por estos seres imperecederos.
El origen de las civilizaciones ha sido suprimido de la historia oficial. Existe de hecho una especie de conspiración arqueológica para encubrir ciertos hallazgos molestos. Por ejemplo, la Egiptología diseñada para obstaculizar el estudio del Egipto Antiguo.
La mayoría de evidencia es una verdad incómoda negada por la ciencia oficial, que ora la ignora, ora la oculta entre datos falseados, le llama ‘formaciones naturales’ o simplemente la ha hecho desaparecer. En nuestro mundo, en efecto completamente sensorial, la sola idea que una mayor sabiduría y conocimiento fueran poseídos por antepasados está en sí misma totalmente en desacuerdo con las creencias establecidas en la sociedad moderna.
Una civilización ancestral superior mapeó el mundo entero y lo hizo conocido. Esta civilización perdida es extraordinaria, y a pesar de haber estado por toda la Tierra, no se sabe nada de su historia, estructura social, organización política, escritura, características físicas, religión, su arte y música. Una lección a aprender de productores de obras de indescriptible belleza y de conocimientos perdidos como jamás tuvimos.
Según el Código de Turín, los primeros monarcas egipcios remontan 15.000 años atrás en la Historia, que es la narración de nuestra lucha contra potestades, dominios y tronos de aquellos demonios caídos que controlan el mundo de manera invisible, con claro poder sobre el hombre. Y donde está dicho que lo mismo que sucedió en la época de Noé, acontecerá en la sociedad del futuro, manipulada por una raza superior de entes asexuales de gran saber que hibridaron las razas humanas.
Por todo el mundo levantaron estructuras megalíticas que la arqueología oficial ignora, relega, o niega su existencia, incluso sin ver ni mirar lo que ya ha sido encontrado. En resumen, no se conoce bien la historia, y parece que no la conoceremos del todo porque está siendo activamente escondida.
Terra formadores destructivos que conocen todos los secretos que rigen el universo y su biología; de manera que saben de termodinámica; de electro-gravedad y de anti gravedad; de leyes recónditas que regulan la reproducción y los códigos genéticos de la vida – en el origen mismo del hombre y sus civilizaciones.
Y cuya gran civilización fue arrasada por un cataclismo que afectó el hemisferio norte elevando cientos de metros el nivel del mar hace unos 10.000 años, y que se asoció con inundaciones mundiales masivas y actividad volcánica intensa.
La narración histórica es una completa mentira sustentada en estructuras obsoletas de pensamiento y sistemas de creencias anquilosados e inflexibles. La historia escrita se va falseando para dar cabida a la agenda de los controladores de la Tierra. Pero los hechos no dejan de existir porque se los ignore ni porque un sistema institucionalizado quiera hacernos creer que las antiguas civilizaciones y culturas eran tan ignorantes cuanto capaces de construir cosas imposibles para la humanidad de hoy.
Favorecidos porque el tiempo y el espacio no son más que ilusiones de la realidad física, estos psico ilusionistas nos presentan una perspectiva lineal falsificada, un subterfugio que apaga la evidencia. Para la ciencia académica oficial la civilización actual representa el auge del progreso humano en la Tierra, y no acepta nada que pueda poner eso en duda. Gnosticismo, en esencia un empirismo fraudulento que no se puede probar y que opera al amparo de la realidad consensuada que se basa en el universo significativo.
La presencia de objetos voladores no identificados y de seres inteligentes no pertenecientes a la humanidad conocida, se manifiestan como una constante en el curso de nuestra evolución, desde la antigüedad hasta actualidad, lo que evidencia la actuación de una inteligencia distinta a la humana como parte integrante de la historia, si bien la ciencia oficial se niega a aceptarla como un hecho evidente.
En general, las civilizaciones antiguas disponían de conocimientos y saberes tecnológicos asombrosos. De modo alguno puede entenderse la visión reduccionista y esquemática de que el desarrollo de la civilización tiene un carácter lineal marcado por un progreso continuo y acumulativo. Reconociendo que hay pruebas fundamentales e irrefutables de civilizaciones avanzadas que se remontan más de 70.000 años, un examen de sus estructuras generales obliga a reconsiderar la comprensión del desarrollo de la civilización y de la historia.
De la gran ciudad amurallada de Mohenjo-Daro, Pakistán, a las 25.000 tablillas de arcilla del palacio del rey asirio Asurbanipal, en Nínive, Irak; del sitio megalítico de Tiahuanaco en el altiplano de Bolivia, a los trilitones erigidos en Baalbek, Líbano; de la ciudad catacumba de hombres ‘lagarto’ en el subsuelo cercano al famoso Sunset Boulevard de Los Ángeles, California, a la pirámide de Cholula en México, el Tlachihualtepetl o ‘montaña artificial’, la mayor edificación conocida; y así se pudiera continuar en una enumeración insospechada que cubriría todo el planeta.
‘Bajo el continente sudamericano existe un gigantesco sistema de túneles, hondamente enclavado, de varios miles de kilómetros de extensión. ¿Quién lo construyó y cuándo? He ahí la incógnita. En Perú y Ecuador se consiguió recorrer cientos de kilómetros de estos túneles, pero esto no es más que el comienzo: el mundo ignora todo sobre ellos’. Erich von Daniken.
Lo curioso de esta ´política de la ciencia´ es que al negar cualquier cronología de eventos que no encuadren con una visión predeterminada de la historia, estas edificaciones antiguas sencillamente no existen. El punto de vista predominante de la historia del mundo rechaza similitudes como la evolución coincidente de culturas antiguas separadas. A menos que también sea una coincidencia que estos sitios estén ubicados en lugares de forma matemática y geométricamente significativas en un solo trazo en torno al centro de la Tierra.
Las civilizaciones antiguas creían que seres dotados de gran poder provenían de Sirio -figura principal de los cielos, una diamantina, azulada y masiva formación astral que hace sea la estrella más grande, densa y brillante en el firmamento, efecto que se transmite igual a un lente de aumento- en la Constelación de Orión, en el sistema de la estrella Arturo, el astro más notorio en la mitad norte de la esfera celeste, situado en el centro de la galaxia y considerado por tradición la constelación más antigua del cielo.
La cultura de Sumer llamó Anunnaki, que significa ‘Aquellos del cielo que a la Tierra vinieron’, a seres llegados al planeta del cosmos hiper-dimensional. Los Anunnaki iniciaban viajes de ida y vuelta hace 450.000 años desde las Pléyades, un cúmulo de estrellas en la constelación de Orión. El Sistema Solar de la Tierra -Eridu, ‘hogar lejos de casa’- gira alrededor de Alción, el sol central de las Pléyades.
El nombre de Sumer proviene del verbo acadio que significa ver y/o custodiar, e identifica el reino como ‘Tierra de los Vigilantes’ o ‘Tierra de los Guardianes’, los semi-dioses que velaron para salvaguardar a la humanidad. La lengua acadia de escritura cuneiforme o de cuña, es la lengua madre de todas las lenguas semíticas, de las cuales forman parte el hebreo y el árabe.
La cultura sumeria, que era depositaria directa de la herencia y el conocimiento Anunnaki, deriva su nombre Shin.ar, o los que ven, o Shem.ur, es decir, las personas del shem, palabra que se refiere al concepto de movimiento hacia arriba, o de piedra de fuego que sube, el nombre utilizado por los Anunnaki y los sumerios para describir sus naves espaciales.
Habría pues un planeta más en el Sistema Solar, en el que existen pruebas de vida avanzada que se desarrolla en una hipotética esfera artificial que engloba su propia fuente de energía estelar. Según los cronistas sumerios el Sistema Solar tiene diez y no nueve planetas. Este sistema solar -con el Sol en el centro, la Luna, y diez planetas en torno- fue llamado Mul.Mul en sumerio, está delineado en un sello cilíndrico datado hace 4.500 años que reposa en un museo de Berlín, Alemania.
‘Tienen sobre sí un rey, el mensajero del abismo, cuyo nombre en hebreo es Abadón, y en griego tiene por nombre Apolión, el destructor’. Libro del Apocalypsis.
Pasado-presente-futuro; Némesis, Nibiru, Sagmegar, Baal, Apep, Ie Pelu Tolo, Katchina Roja, Abadón, Apolión, Mulge, ‘planeta que cruza’, Hiperbórea -más allá del norte-, Bolon Yokte, Kinich Kakmó, Thuban, Hercólubus, Kochab, Gung-Gung, Shiva, El Destructor, El Perturbador, estrella Demonio, décimo planeta, o Planeta X, y decenas de otros nombres sinónimo de desconocido; un astro complejo hasta cinco veces la masa de Júpiter que hace una gran órbita elíptica, excéntrica, y retrógrada o contraria, similar a la de un cometa, entre Sirio y el Sol, siendo tal vez la estrella oscura o sol negro de un sistema solar binario que no cumple con las leyes estelares establecidas por la ciencia oficial, y que se acerca a la Tierra cada 3.657 años, la órbita o shar de una año para el Planeta X, que regresará a las cercanías a partir de 2012.
Cuando las órbitas de ambos cuerpos se acercan durante el perigeo de la estrella oscura, existe un factor gravitacional que expone a la Tierra a drásticos sucesos catastróficos. Un fenómeno astronómico periódico que no pudo pasar desapercibido para nadie en la Tierra, y del cual todas las culturas tienen su versión.
El sistema Némesis-Nibiru es un mundo teórico, que de existir, explicaría las anomalías orbitales de Neptuno y Urano. Esta errante estrella oscura con al menos tres planetas y dos satélites, es un gigante de gas conocido en el Sistema Solar, que con su cauda magnética arrastra todo tipo de material cósmico. Desde el momento en que la estrella oscura y ‘alada’ cruza de entrada la órbita terrestre al Sol, hasta cuando sale cruzando por segunda vez la misma órbita, transcurren aproximadamente 150 días, o el tiempo que demora el sol oscuro en pasar entre el Sol y la Tierra, generando ondas de partículas plasmáticas cargadas, con una parada y un tirón del eje magnético del planeta, consecuencias de su enorme fuerza de atracción gravitatoria. La corteza terrestre tiene más de 90.000 kilómetros de grietas en virtual solución de continuidad, y tales efectos geofísicos resultarán catastróficos.
El Planeta X, con un diámetro ecuatorial máximo de 179.000 kilómetros -en comparación la Tierra tiene 12.742 kilómetros-, es 0.00319 la masa del Sol, rota a una velocidad promedio de 92 kilómetros por segundo, alcanzado en mitad de órbita la velocidad de 300 kilómetros por segundo, o el equivalente a un milésimo de la velocidad de la luz, pasará a 14 millones de kilómetros de la Tierra.
Sumerios, cananitas y egipcios dejaron claro que cada cierto tiempo aparecía en el cielo un astro rojo que lo destruía todo, y ‘las virtudes de los cielos eran conmovidas’. Según el legado sumerio, hace 3.900 millones de años, Nibiru, al entrar en el Sistema Solar destrozó a Tiamat -del acadio Tiamtum, mar/océano- un planeta acuoso con al menos dos veces la masa de la Tierra y un satélite, situado entre Marte y Júpiter, que como todos los demás hacía su órbita en dirección opuesta a las agujas del reloj, partiendo en dos aquél planeta, lo que se convirtió en la Tierra desplazada a su actual órbita interior, y en el anillo de asteroides que separa Marte de Júpiter, que los sumerios llamaron brazalete repujado.
Némesis, el Planeta X, al cruzar en su perigeo entre Marte y Júpiter, efectivamente hace la travesía en el punto medio entre todos los demás planetas del Sistema Solar, y de hecho divide el sistema planetario en un encima o afuera, y en abajo o adentro, es decir, en planetas externos y en planetas interiores.
A partir de mediados de 2011, el avistamiento documentado de un segundo sol (el sol oscuro) es cada vez más evidente alrededor de los cielos del mundo.
´Cuando en lo alto el cielo no había sido nombrado, ni había sido llamada con un nombre abajo la tierra firme´.
Nibiru se ubicaba en el pasaje que une la tierra con el cielo pues todos, tanto arriba como abajo, preguntan a Nibiru si no logran encontrar este pasaje. Nibiru es la estrella Marduk que los dioses hacen que sea visible representando la marca en el punto de transición, o un cruce de caminos donde se ubica el pasaje que une a la tierra con el cielo, tanto arriba como abajo.
En la mitología de Babilonia, Marduk es la deidad oscura no visible que rige el cosmos. Representa una marca en el punto de transición que comienza al atravesar el plano elíptico de la Tierra, conjunción que provoca drásticos efectos geomagnéticos cuando a su fugaz paso alcanza posiciones equidistantes entre la Tierra y el Sol.
La civilización sumeria apareció sin precedentes, abriendo una brecha en la Historia, hace 6.000 años en lo que ahora es el Irak meridional. Este suceso del florecimiento sumerio se acredita con prácticamente todos los principios que son esenciales en una civilización avanzada en tecnología, artes y estructuras sociales, depositarios de los conocimientos de una civilización avanzada que llegó del cosmos. Uno de ellos la escritura, registrando absolutamente toda clase de actividades en tablillas de arcilla con la llamada escritura cuneiforme.
En tablas más grandes escribieron literatura -cuentos heroicos, poemas, proverbios- y también los registros históricos y prehistóricos. Uno de los textos más largos es el llamado Enuma Elish o La Epopeya de la Creación, que cuenta para la historia como el libro bíblico del Génesis en su versión hebrea.
Los sumerios siempre describieron los planetas del Sistema Solar, de Plutón hacia Mercurio, tal como si estuvieran viéndolos desde una nave espacial que entraba en el Sistema Solar del exterior. La naturaleza física y aspecto de los planetas externos, así como sus composición y contorno en el caso de Urano, Neptuno y Júpiter, ya se mencionan en las tablillas sumerias.
Los meta-humanos Anunnaki, convertidos en dioses, ángeles y titanes en la Tierra, creían en un Creador Universal, dejando claro que siempre ha existido el reconocimiento de una autoridad mayor, un creador más allá de la creación de este Cosmos de la Luz, cuyo dominio se extiende a lo largo de las galaxias.
La Biblia es parte de la historia ancestral sumeria, de cómo el cielo y la tierra llegaron a crearse y se desarrolló la vida, de cómo fue creado Adán y los sucesos desde el Edén a Noé, el héroe del diluvio. De hecho, el relato del diluvio aparece en una tabla mesopotámica miles de años antes que en el viejo testamento en su versión hebrea. En Sumer de desarrollaron las religiones zoroástrica, hindú y judía.
Los dioses a los que los egipcios adoraron eran los mismos a los que sumerios, babilónicos y asirios adoraban, los Anunnaki. La deidad llamada Ptah en la mitología egipcia, no era otra que la sumeria Enki, un draco-dogón primordial quien dirigió al primer grupo que vino a la Tierra y lideró con éxito la ingeniería genética que hizo que una especie de homínidos pasara a ser el ´homo sapiens´.
En Egipto este dios tiene igual rol. Su hijos fueron el gran dios Ra, Marduk en Mesopotamia, y Thoth, el arquitecto divino y guardián de los secretos de los dioses, conocido en Sumer como Ningishzidda. Incluso la palabra Egipto viene de la frase Ankh em Ptah, o la Llave de la vida en la Esencia de Dios.
Los antiguos egipcios nombraban a Nibiru como el ´planeta del millón de años´. Es el mundo al cual los faraones tenían la esperanza de llegar al morir para allá encontrase con los dioses y tener la inmortalidad. Todos los faraones llevaban en tocados sobre su cabeza representaciones de serpientes. Reptiles y símbolos similares también se han utilizado por las culturas antiguas para representar a la diosa o polaridad femenina de la Creación.
Los Anunnaki son retratados como humano-reptóides de tres metros o más, siendo una raza alienígena indeterminada de saurópsidos híbridos o reptiles humanóides, capaces de hacer viajes transdimensiones fuera del espacio-tiempo de miles de años de duración. Una raza muy evolucionada con tendencias teocrático-fascistas y pensamiento tecnocrático excesivamente racional, en definitiva reptiles de sangre fría sin compasión con nadie. Por tal motivo el dragón y la serpiente juegan un papel importante en las representaciones figurativas y mitos de los antiguos chinos, indúes, egipcios, judios, teutones o mayas, entre otros pueblos milenarios.
En la mitología antigua la serpiente se usa como símbolo del Sol, o siendo representada por un círculo, un disco o un sol, en realidad el denominado ouroboros o uróboros, un dragón en redondo que devora su cola.
El nombre original de Sumeria fue KI.EN.GIR, que traducido significa ´La Tierra de los reyes con cohetes humeantes´. Una constancia que se despliega con la visión del pasado en las antiguas representaciones de hombres-águila, astronautas junto a objetos con forma de aeronaves y cohetes.
Las tablillas mesopotámicas describen a los extraterrestres Anunnaki manipulando la naturaleza de los seres humanos y creando una raza humanóide híbrida conocida como Nephilim, los Elohín de la Biblia, raza gigante de guerreros y gobernantes creados mediante manipulación genética, siendo descritos y representados en textos e imágenes ancestrales de todo el planeta.
Elohim es un término femenino plural que significa ´divinidad´, sin embargo, todavía hoy se traduce hoy como ´Dios´. Su descomposición sumerio acadia da: EL (o ÍL: alto, elevado) Ú (fuerte), HI (mezclarse), IM (arcilla, barro), a saber: EL-Ú-HI-IM, cuyo verdadero significado oculto de es: ´los poderosos tienen alta mezcla de arcilla´ (arcilla u hombre).
Los Anunnaki Nephilin (Targum Yonathan) crearon sus propias descendencias con razas portadoras del proyecto de clonación humano 3D e introdujeron en sus colonias humanas ciertos conocimientos. Otorgaron a sus hijos directos atributos tecno-científicos y la reserva de alta tecnología que depositan en cámaras hiperdimensionales, bases de datos y tecnología más avanzada que tan sólo podría ser develada por los Anunnaki. Cronológicamente este episodio se lo puede situar en una línea de tiempo distante que identifica legendáriamente a las civilizaciones Egipcia y Maya.
En realidad la ciencia moderna está recién alcanzando el nivel de los conocimientos antiguos. ¿Cómo podrían los sumerios estar conectados con la civilización Tiahuanaco en el altiplano boliviano, a más de 13.000 kilómetros de distancia? Pero de hecho allí se han encontrado vasijas de cerámica contemporáneas grabadas con escritura cuneiforme sumeria que data de hace 6.000 años, lo que establece una conexión directa.
Por otra parte, la teoría de Immanuel Velikovsky sostiene que la Tierra y Marte estuvieron involucrados repetidas veces en colisiones cercanas con un gigantesco cometa, desde que se registra la historia humana. Los eventos descritos en el Éxodo y en los papiros egipcios tienen vívidas descripciones de una edad en caos, con plagas, agitaciones y oscuridad, y el escape de los hebreos de Egipto hacia una ´columna de fuego´ en el Sinaí.
El diluvio que narran todas las culturas y religiones del orbe provocó un gran cataclismo global, no fue un mito. Este desastre de proporciones épicas devastó todo lo existente. Ni tampoco es un cuento fantástico sin sentido que se ha inculcado a la gente.
‘La ira del monstruo destructor del cielo fue desatada en los cielos. Se acercó en llamas de furia, rugiendo como mil truenos que lanzaban la destrucción de fuego en medio de un mar de espesa sangre negra.
Tan impresionante fue lo temerosamente aspectado que la memoria gracias a Dios se apartó del hombre, sus pensamientos eran ahogados bajo una nube de olvido… El hombre sobrevivió, pero ya no era el mismo.
El sol no era como lo había sido y una luna fue quitada… Él miró a los cielos con miedo… los cielos plácidos sostendrían un secreto terrible’. Manuscrito Kolbrin.
El movimiento de la Tierra se ralentizó temporalmente y su eje de rotación se alteró al pasar cerca el astro. Fuerzas electroestáticas causaron gigantescas descargas eléctricas en arcos que encendían los cielos e incendiaron los bosques y la vegetación. Numerosos volcanes entraron en erupción, hubo terremotos por doquier y la oscuridad envolvió al mundo.
El Éxodo relata cómo que la antigua civilización de Egipto fue destruida por una catástrofe cósmica que arrasó el planeta. Debido a ello el alineamiento de los instrumentos astronómicos hallados en Babilonia están 2,5 grados fuera de actual alineamiento de la Tierra, los calendarios construidos entre los años 1.500 y el 800 AC tienen 360 días con meses de treinta días, mientras calendarios más tempranos tienen días, meses y años con diferentes cifras.
La corteza terrestre difiere enormemente en grosor, por ejemplo, la corteza terrestre en los océanos tiene solamente 8 kilómetros de grosor, pero en las masas terrestres tiene 32 kilómetros.
La corteza terrestre en los océanos tiene solamente 200 millones de años de antigüedad, pero la corteza terrestre en las masas de tierra es mucho más antigua, aproximadamente unos 4 billones de años.
Esta diferencia en edad solamente puede ser explicada cuando la corteza terrestre debajo de los océanos fue formada de nuevo más tarde, debido a enormes colapsos cósmicos ocurridos hace unos 200 millones de años.
Otro extraño fenómeno que no puede ser explicado es que al hacer un cálculo de los tamaños normales de otros satélites, la Luna es el satélite con mayor masa relativa a un planeta en el Sistema Solar. El ciclo de mareas en la Tierra son una prueba que la Luna tiene un enorme impacto en el planeta y en todo organismo vivo en la misma, incluso su ciclo de vidas, están enlazados a la fuerza gravitacional de la Luna.
En suma, la órbita de la Tierra cambió más de una vez, y con ella la longitud del año; la posición geográfica del eje terrestre y su dirección astronómica se alteró repetidamente.
Todas las teorías cosmológicas asumen que los planetas han ido cambiando de lugares durante millones de años. Venus fue anteriormente un cometa y se tornó planeta muy recientemente. Siendo Venus el más joven de los planetas, la temperaturas de su superficie son mucho más altas y su atmósfera más densa. Inmanuel Velikosky mantiene la hipótesis que el origen del cometa que fue responsable para los cambios en la órbita de la Tierra estaba en Júpiter, que es una proto-estrella.
Venus presenta anomalías orbitales retrógradas. Su eje rota en dirección contraria a los otros planetas del Sistema Solar, y su día es más largo que su año. Partes de la atmósfera de Venus rota en 4 días, mientras el planeta mismo hace su rotación en 243 días.
Una de las hipótesis de Inmanuel Velikovsky para la lentitud de la rotación de la Tierra que hizo que el Sol pareciera haberse detenido es que el planeta fue tragado en la extendida atmósfera del cometa Venus. Algo de la rotación de la Tierra alcanzó esta nube de polvo que se desplaza a gran velocidad, lo cual encaja con las particulares características de la atmósfera de Venus.
‘Exhibiendo su terrorífico aspecto de cometa, como un dragón que deposita veneno en la tierra inundando el país con fuego… lloviendo fuego en nuestra nación convertida en una furiosa tormenta que devasta la tierra… la humanidad tiembla asustada ante tu tempestuosa radiación… la antorcha resplandeciente en la Tierra, furiosa e irresistible atacante, toma la forma de una serpiente de fuego convertida en llamas que se dispersan en una tempestad… el miedo está en sus corazones y el sobrecogimiento en sus almas’. Extractos de textos sumerios que narran la catástrofe global.
El entonces cometa pasó en espiral por la Tierra en un camino siempre decreciente alrededor del Sol antes de tomar su órbita actual como planeta Venus. Además, cita evidencia para mostrar que la Tierra interactuó con Marte en varias ocasiones, cuando la escritura estaba mejor desarrollada que durante los encuentros con Venus, después de que éste arrojó a Marte fuera de su órbita. Los disturbios causados por los pasajes de Marte consistieron de terremotos y descargas eléctricas. La mayor parte de tales acontecimientos con Marte tuvieron lugar dentro de un período de noventa años.
Cuando el eje de la Tierra fue cambiado por la interacción de los campos magnéticos, se formaron remolinos de corrientes magnéticas en la atmósfera. Estos generaron gran calor y derritieron las rocas en la superficie. Al enfriarse esta roca, se reformó con una polaridad magnética diferente a los estratos circundantes.
Por todo el planeta, formaciones similares locales de rocas son encontradas con su polarización magnética revertida. Para que esto fuera el caso, el campo magnético de la Tierra debe haber sido revertido cuando fueron formadas estas rocas con polaridad invertida mucho más fuertemente magnetizadas de lo que solamente el campo magnético de la Tierra pueda explicar.
Los cambios climáticos, cubiertas de hielo, formación de montañas y orientación magnética revertida de las rocas explicadas por la teoría de la catástrofe cósmica de Velikovsky, contrarían con multitud de pruebas la teoría académica oficial del uniformitarianismo, según la cual los trabajos graduales de las fuerzas naturales han producido el planeta hoy conocido.
El último evento de una catástrofe cósmica de alcance planetario fue llamado Diluvio. Cuando las aguas de la inundación bajaron después del cataclismo, los sobrevivientes empezaron a reconstruir. Fue cuando en Sumeria, Egipto y la civilización del valle del Indo aparecieron súbitamente con un nivel muy alto del progreso tecnológico.
La sociedad sumeria comenzó en la cima de su desarrollo debido a esta inyección repentina de conocimientos, y la raza aria se expandió desde la región del Cáucaso y el actual Irán, hacia Sumeria, Egipto y el valle del Indo, donde sociedades muy avanzadas aparecieron de la nada.
Aunque no está claro el origen de esta raza aria, tuvo también un retoque genético de origen externo a la Tierra, con linajes cruzados creados a partir de la manipulación genética de los Annunaki.
El mayor centro del mundo antiguo después del diluvio, era Babilonia, en el sur de la región de Sumeria junto al río Eufrates. La evidencia data la fundación de Babilonia mucho más temprano de lo que previamente estipulado y fue una de las primeras ciudades de la era post-diluviana.
En Babilonia se formaron las escuelas de misterios y sociedades secretas que iban a abarcar el mundo en los miles de años en que siguieron. La Hermandad que controla el mundo actual es la expresión moderna de la Hermandad Babilónica de sacerdotes y realeza aria. Fue en Babilonia en el período post-diluviano, hace aproximadamente 6.000 años, que se introdujeron las creencias fundacionales de las religiones globales ahora establecidas para controlar y gobernar a las sociedades.
En resumen, el término Anunnaki se utiliza a menudo en los textos antiguos como referencia a un grupo de ‘dioses’. El nombre es un derivado de los términos sumerios para el cielo y la tierra, Anu y Ki, pero también es traducido como ‘los de sangre real’ y/o ‘descendencia principesca’. En consecuencia, Anunnaki serían hijos e hijas de los dioses del cielo y la tierra.
Se cree que los Anunnaki son seres extraterrestres de otro plano de la existencia dimensional, ‘dioses serpientes’ de raza reptiliana, más concretamente provenientes del sistema planetario de Nibiru, quienes hace tiempo inmemorial actuaron en este planeta.
Ello ha dado lugar a las teorías sobre antiguos astronautas que llegaron a la Tierra, y sobre cómo estructuras de avanzada tecnología fueron construidas a través de todo el globo. Los Annunaki son reconocidos por servir, apoyar y orientar a las culturas humanas ancestrales.
Hace aproximadamente 250.000 años emplearon técnicas avanzadas de ingeniería genética que dieron origen a la humanidad actual, mediante la hibridación de genes del Homo erectus y Anunnaki crearon la especie Homo Sapien, una pretendida una raza de esclavos a su servicio.
‘Se dice que aquéllos fueron creados y moldeados. No tenían madre, ni padre, y sin embargo se los llamaba hombres. No nacieron de hembra. No fueron hechos ni por creador ni por moldeador, ni por Alom ni Caholom. Fueron formados milagrosamente, por un portento’. Popol Vuh.
La genética, una tecnología estratégica. Un disco de piedra de gran calidad con 27 centímetros de diámetro hecho de un tipo de granito llamado lidita, roca de extrema dureza, hallado en Villa de Leiva, Colombia, al parecer una sofisticada ilustración imperecedera e irrepetible de la manipulación genética, obtenido de una excavación arqueológica con falos monumentales de ocho metros en piedra proyectados hacia el espacio.
Los homo sapiens y los gigantes serían de hecho el resultado de experimentos genéticos, creados genéticamente mediante la combinación de la esencia ontológica del ADN[2]. Individuos superiores del espacio exterior guiaron este proceso de creación, seres altamente avanzados, antiguos astronautas antediluvianos responsables de terrafomar la vida en el planeta y de gobernar a esos seres humanos hibridados.
Sin duda la vida no es una prerrogativa del planeta Tierra, sino que sus bases se hallan repartidas por doquier en la vasta inmensidad del universo. Nuestra creación fue una fabricación programada, entendiendo esta fabricación en el sentido más amplio de la palabra, y no como una auténtica ‘creación’, pero como manipulación de los elementos disponibles en la constante vital basada en la doble espiral del ADN, construido o criado a imagen y semejanza de los propios fabricadores.
En un nivel más profundo es necesario investigar la conexión entre la pérdida de la implosión del ADN y la pérdida del alcance del alma, del sueño lúcido, y de la memoria a largo plazo, cuyo problema es la supresión de la capacidad de navegar en viajes en el tiempo -capaces de deformar el espacio desde el interior- debido a esta pérdida de coherencia en el ADN. Tal programación del ADN invita a la tiranía y la opresión por una raza avanzada relacionada genéticamente a la humanidad.
Como rezan las tradiciones más antiguas, cuando el planeta Tierra aún no se había solidificado, y antes de estar poblado por el ser humano, ´ya estaban ahí los constructores, los fabricadores, los formadores, los dominadores, los procreadores, los engendradores, los poderosos espíritus del cielo´. Una supercivilización recurrió a la ingeniería genética para dar origen al ser humano.
‘Existían entonces los gigantes en la Tierra, y también después cuando los hijos de Dios se unieron con las hijas de los hombres y engendraron hijos, éstos son los héroes famosos de antaño’. Génesis, capítulo 6, versículo 4.
Los gigantes fueron destruidos en una catástrofe cósmica conocida como el diluvio universal. Diseminados en los cinco continentes, se han descubierto restos arqueológicos de esqueletos humanos que demuestran que en la Tierra habitaron seres gigantescos, quienes avalan las leyendas y tradiciones del folclore popular, ya que sus hazañas pertenecen a la memoria colectiva de la Humanidad y están basadas en relatos de lo que realmente ocurrió en el planeta, dejando su huella visible en las enormes estructuras megalíticas de todo tipo que construyeron y desplazaron. Sin duda demostraron ser artistas excepcionales que usaban técnicas superlativas con notable talento y maestría sobre cualquier material común o noble, sea madera, arcilla, granito, piedra o metales preciosos, en expresiones prácticas hechas para durar milenios.
En sus tradiciones los aborígenes americanos llamaron chullpas a los gigantes. Según relatan eran primogénitos de quien llamaban ´el hacedor onmipotente´, siendo constructores de las pirámides, las edificaciones, y los grandes canales. Incluso los monumentos en piedra que se hay a orillas del lago Titicaca pueden ser la representación real de tales seres, muy similares a los moai de la isla Rapa Nui o isla de Pascua.
En cuanto a las pruebas de la presencia física de un planeta externo en nuestro sistema solar, en 1990 ya se aseguró que la existencia de anomalías y bamboleos encontrados en las trayectorias orbitales de Neptuno y Urano, prueban la presencia de dicho astro exterior.
El planeta Plutón, que resultó mucho más pequeño y liviano de lo calculado, no puede ejercer ninguna influencia considerable en los movimientos de Urano y Neptuno. Postulando entonces la existencia en los confines del sistema solar de un planeta ´intruso´ aún por descubrir. La hipótesis incluso va más allá, y supone que en realidad Plutón sería un satélite de Neptuno sacado de trayectoria durante una colisión con ese astro exterior. En realidad, Urano, Neptuno, Saturno y Júpiter, formaron un sistema cuádruplo, que fue capturado por el Sol, y donde los planetas del sistema solar tienen su origen.
Además, significa que si tal planeta exterior se encuentra en el tipo de órbita descrita, tendría que ser un planeta con una masa de 3 a 5 veces mayor que la Tierra, capaz de soportar formas de vida, lo que explica también las incongruencias matemáticas en las órbitas de los planetas exteriores, en particular las extrañas anomalías gravitacionales observadas en las órbitas de Urano, Neptuno y Plutón.
Los planetas gigantes del Sistema Solar -Saturno, Urano y Neptuno- de alguna manera, sin procesos de fusión nuclear interna como las estrellas, irradian más energía en el espacio de la que reciben directamente del sol, una liberación anómala de energía tal vez debida a la masiva desintegración radiactiva de las concentraciones de elementos pesados ubicados dentro de los gigantescos núcleos rocosos de gas capaces irradiar esas emisiones infrarrojas.
Urano tiene una inclinación axial pronunciada u ´oblicuidad´ en comparación con los otros planetas del sistema solar, de unos 98 grados respecto al plano de su órbita con el Sol; la de Neptuno está casi a 30 grados. Para referencia, la oblicuidad de la Tierra respecto a su órbita solar es de 23,5 grados.
Si estos seres del mundo exterior pueden hacer viajes transdimensionales en el espacio cósmico es porque han resuelto el problema de la física con una especie de blindaje inercial contra esa misteriosa fuerza eléctrica del campo de energía unificada.
La inercia se debe a la interacción con la energía de punto cero, una matriz cargada la cual es el campo de punto cero, fuerza de reacción potencial que hay que neutralizar con un escudo de interferencia de energía electromagnética que pueda detener tal interacción del campo de punto cero con la gravedad, la electricidad, el magnetismo y la propulsión en el vacío cuántico.
MEs es una palabra traducida como ´mandamientos divinos´, ´poderes divinos´ o ´virtudes míticas´, se describen como objetos físicos con tecnología óptica avanzada que se podían extraer, coger, llevar y poner; discos ópticos de cuarzo verde que contienen datos y conocimientos cruciales, algo así como los actuales circuitos integrados de computadoras, con programas, datos y órdenes de operaciones minuciosamente registradas que codifican los elementos esenciales de su civilización, y también capaces de manipular los armónicos resonantes de objetos que existen en el medio físico.
Los sumerios decían que los dioses guardaban así secretos científicos. En aquellos tiempos el término ´dios´ estaba desposeído del concepto de divino, tal como se entiende ahora, palabra que viene del vocablo griego enteoi, que literalmente significa´habitante del cielo´. En cualquier caso, se referían a un sistema de microcircuitos, computadoras, pantallas de plasma y otros dispositivos avanzados con acción a distancia, e incluso desarrollados avanzados con procesadores de ADN.
La existencia de realidades hiperespaciales que no se perciben a través de la transferencia de información entre las dimensiones, son literalmente el sustrato base para mantener la realidad de todo lo que en está en esa dimensión, y una explicación natural para tal ´energía anómala´ en una dimensión espacial de ´n-dimensiones´ posibles desplegadas en el aún incomprensible fluido etérico universal donde los fenómenos físicos heliosféricos tridimensionales, incluyendo la propia conciencia humana, dependen de realidades dimensionales superiores.
En 1991, el astrónomo Robert Harrington determinó en Abedul Negro, Nueva Zelanda, uno de los pocos puntos de observación óptimos en la tierra para avistar al Planeta X, que para ese momento definitivamente estaba calculado que se acercaba por debajo de la eclíptica en un ángulo de 40 grados al plano principal del Sistema Solar en los cielos del sur, y que en efecto está de entrada siguiendo una trayectoria contraria a los demás planetas.
El mundo holográfico en que vivimos actualmente fue diseñado y construido con tecnología lumínica por inventores y arquitectos de campos holográficos hiperdimensionales, lo que fácilmente les ha permitido construir este terrario encantado con distintos ecosistemas e ir hilvanando líneas de tiempo con retazos de hechos, algunos no ocurridos en este planeta y presentados en conjunto como ´historia´ desarrollada en la peligrosa e inestable corteza terrestre.
El continente que los antiguos llamaron Pangea representa la formación terrestre de la Tierra después de la gran colisión, rodeado de un gran océano denominado Panthalasia. Al transcurrir épocas de cataclismos causados por presiones magmáticas y otros fenómenos geológicos que provocaron el desprendimiento de este continente en dos partes: Laurasia, que incluía Europa y Asia; y Gondwana, que abarcaba parte de América, África, Antártica, India y Australasia.
Con el tiempo los continentes se deslizaron hacia donde están ahora, habiendo desaparecido dos formaciones continentales llamadas Lemuria, en el océano Pacífico, y Atlántis, localizada en el océano Atlántico.
Atlantis era una isla continente situada en el norte del océano Atlántico, en la llamada dorsal mesoatlántica, cuando el contorno a su alrededor era muy diferente al actual. El continente original de la Atlántida se dividió en cinco islas hace 19.500 años, después que gran parte se fue a las profundidades en el mar de los Sargazos, entre el Caribe y las islas Canarias y Azores, siendo Poseidón la más grande e importante de aquellas islas.
Atlantis sería el centro de una civilización que conquistó el mundo entero. Los registros de la Atlántida, Aamenptah -Tierra de Ptah-, del egipcio ´tierra dividida por el agua´, se encuentran en tres lugares: la tierra que se hundió y que está elevándose de nuevo, Egipto y Yucatán.
Las relaciones de los egipcios con las tierras de Occidente se habrían interrumpido a causa del barro que hizo el mar intransitable tras la destrucción de la Atlántida por cataclismos e inundaciones. Su desaparición coincide con el final de la era del hielo y se supone que es el gran diluvio descrito en los anales de la mayoría de civilizaciones antiguas.
Un papiro egipcio afirma que Poseidón fue el primer rey de la Atlántida y que fue seguido por una larga lista dinástica de sucesores. Este papiro sitúa el apogeo de la civilización Atlantis en el comienzo mismo de la historia de Egipto, hace 16.000 años.
En lenguaje jeroglífico la Atlántida era llamada Ahâ-Men-Ptah, Amenta en griego, o ‘Primogénito-Durmiente-de-Dios’, denominación que posteriormente tuvo una contracción en el conjunto de textos que conforman el Libro de los Muertos. El nombre evocaba el significado original de ‘País de los Muertos’, ‘País de los Bienaventurados’ o ‘País del Más Allá’.
Los sucesivos monarcas de la Atlántida fueron los Ptah-Ahâ, que en lengua jeroglífica significa ‘Primogénito-de-Dios’, puesto que todos los reyes descendían por línea directa del Primogénito Ahâ, que se pronuncia Ahan de su fonetización en griego, por lo que la letra pi se convierte en phi (fi), siendo que Phtah-Ahan fue fonetizado ‘Faraón’. Por consiguiente, de Primogénito-de-Dios pasó a ser Hijo-de-Dios. De esta forma, Ath-Kâ-Ptah (Segundo-Corazón-de-Dios), se convirtió en la fonetización griega en Aegyptus (Egipto).
En los muros del templo de Dendera, el primer emplazamiento de descendientes de los supervivientes del éxodo del gran cataclismo, se lee: ‘En el principio, estas palabras enseñaron los ancestros, aquellos Bienaventurados de la Tierra primera: Ahâ-Men-Ptah. Los que convivían con las Creaciones del Corazón-Amado: el Corazón-Primogénito’.
La Atlántida no es la única tierra antigua que dicen se hundió en el mar. Todas las islas rocosas esparcidas en el Océano Pacífico fueron alguna vez parte del continente Mu, que se extendía desde la costa oeste de Norteamérica hasta las islas Hawai y Fiji, y desde la Isla de Pascua hasta Madagascar e islas septentrionales de la Micronesia.
Según tablillas en naacal -idioma natal de Mu- encontradas en la India y en las tradiciones orales de las islas del Pacífico y de partes de América Central y del Sur, los primeros seres humanos tuvieron su origen en Mu, el paraíso terrenal perdido donde los ´hijos de los dioses´ procrearon con ´las hijas de los hombres´ a los seres humanos hace unos 200 millones de años, continente bajo las aguas que antiguamente atravesaba el océano Indico y unía el sur de África con el sur de Asia.
Hace aproximadamente 30.000 años, se iniciaron eventos volcánicos catastróficos, terremotos y el colapso de cinturones subterráneos de gas, a consecuencia de los cuales el continente Mu se sumergió en el océano Pacífico, y lo único que quedó fue Lemuria, una masa de tierra islada que hace 12.000 también se hundió, mientras surgía la cordillera de los Andes y se transformaba Sudamérica, como lo demuestra el desplazamiento de los sedimentos marinos.
La mayoría de fuentes coinciden en que la Atlántida existió en paralelo con Mu y Lemuria, pero que fue colonizada después. Las civilizaciones de Atlantis y Lemuria habrían coexistido pacíficamente durante siglos.
Entonces las masas más grandes de la Tierra estaban en su mayoría a un solo lado, mientras los océanos ocupan el resto del planeta. Mirando al globo terráqueo si se quitara el agua, lo que queda es un planeta hendido, partido, el KI sumerio narrado en el Enuma Elish, la Epopeya Babilónica de la Creación.
Cita de Pomponius Mela, un autor latino del siglo primero:´Los egipcios se enorgullecen de ser el pueblo más antiguo en el mundo. En sus anales auténticos uno puede leer que el curso de las estrellas ha cambiado de dirección cuatro veces, y que el sol se ha puesto dos veces en esa parte del cielo en donde ahora se levanta´.
´En el segundo libro de esta historia, Herodoto relata sus conversaciones con sacerdotes egipcios, en su visita a Egipto, en algún tiempo durante la segunda mitad del quinto siglo, antes de la era presente. Los sacerdotes le dijeron que el período que siguió a su primer rey cubrió trescientos cuarenta y una generaciones, y Herodoto calculó que siendo tres generaciones equivalentes a un siglo, todo el período era sobre los once mil años. Los sacerdotes acertaron que dentro de las edades históricas, y desde que Egipto se volvió un reinado, cuatro veces en este período el sol salió al lado contrario del acostumbrado. Dos veces se levantó donde ahora se pone, y dos veces se puso donde ahora se levanta´.[3
¿Puede alguien imaginarse que el sol se levante en el oeste y se ponga en el este? Esto es verdad, porque no solo los anales egipcios cuentan esta historia, sino los griegos y también las antiguas culturas de América estaban conscientes del cambio del eje de la Tierra a través del tiempo. Y algo que testimonia indirectamente los continuos cambios geológicos producidos en la corteza terrestre.
El Sol Central de la Constelación de las Pléyades se llama Alción. Sus sistemas solares de interior a exterior son: Merope, Atlas, Maya, Electra, Coele, Taigeta, y Ors (donde se sitúa el Sistema Solar), los cuales están siempre dentro del anillo de fotones. El Sistema Solar es el más alejado y la última orbita en girar alrededor de Alción, lo que le toma 25.868 años, un año cósmico.
Hecho estelar que explica el lento cambio en el eje rotacional de la Tierra en el espacio, la precesión o año cósmico, un proceso que tarda 26.868 años en completarse y que determina los equinoccios. La precesión o ciclo precesional de los equinoccios posee unas cualidades matemáticas que pueden ser analizadas y pronosticadas en profundidad.
Nuestro sistema planetario forma parte de la séptima órbita del sistema de soles pertenecientes a las Pléyades.
Las Pléyades tienen un desplazamiento predecible, un movimiento propio de aproximadamente 5.5 segundos de arco por siglo, en perfecto ángulo recto (90 grados), y que obedece al centro gravitatorio alrededor del Sol Central, Alción.
Desde finales de 2012 la órbita de la Tierra está en el cinturón de fotones, en la llamada la Zona Nula donde los campos magnéticos están fuertemente entrelazados, siendo imposible para cualquier tipo de campo magnético dimensional atravesarlo sin ser alterado.
Este hecho significa que el campo magnético del Sistema Solar debe ser transformado a un nuevo tipo de magnetismo inter-dimensional. Por consiguiente, cabe esperar cambios en los campos eléctricos, magnéticos y gravitacionales de la Tierra.
El cambio que sucede en el campo magnético de la Tierra, es un efecto secundario de la presión ejercida sobre su Sistema Solar por el cinturón de fotones.
Otro desarrollo significativo previsible es que a medida que el Sistema Solar se aproxima a la zona nula de transición, haya un aumento de presión sobre la atmósfera del planeta y sobre su superficie.
Desde 1960 la Tierra se ha registrado un incremento en la actividad sísmica y volcánica. También hubo un cambio en los patrones climáticos, los cuales aumentan la presión en el ciclo tradicional del agua, con los océanos alterados por este evento.
En el mundo antediluviano el entorno de la Tierra era muy diferente, permitía volar a criaturas de gran envergadura con hasta 160 kilos de peso, mientras que la gravedad actual sólo permite criaturas voladoras con un peso máximo de 15 kilos. Los enormes animales del pasado de la Tierra no podrían vivir en el mundo actual.
Si bien las leyes de la física no cambian, ni tampoco la constante gravitacional, algo era masivamente diferente en un mundo en el que existieron tales criaturas, y que la diferencia probablemente implicaba un cambio en la gravedad percibida.
La heliósfera del Sistema Solar, con sus órbitas muy separadas y características caóticas, parece ser el resultado de un reciente ´accidente de tránsito cósmico´. Esta conjetura es apoyada por las historias globales de encuentros planetarios prehistóricos.
Por deducción, el Sol debe tener una relación orbital binaria con una estrella socia en el medio interestalar, lo profundo de la masa oscura, causa del vasto ciclo de las Edades Doradas y Oscuras, una interpretación común a casi todas las culturas ancestrales.
Un sistema estelar binario consiste en dos estrellas orbitando alrededor de la misma masa central, al igual que los planetas de un sistema solar orbitan su estrella, siendo posible que un sistema planetario circunbinario o común orbite ambas estrellas, de ahí que a Nibiru o planeta X se lo conozca como ´planeta de cruce´.
Objetos masivos como los sistemas solares están conectados por un fenómeno de plasma eléctrico[4]. El requisito básico para una percepción atenuada de la gravedad de la Tierra implica que esté en una órbita muy cercana alrededor de un cuerpo estelar más pequeño y mucho más frío o cuerpo binario que el Sol.
Uno de los polos está siempre apuntando directamente a la pequeña estrella cercana del sistema binario, logrando una intensa atracción gravitacional al planeta Tierra -entonces en forma de huevo en vez de su presente forma esférica- de manera que el centro de gravedad de la Tierra estaba fuera del centro hacia la pequeña estrella. Esto generaría el esfuerzo de torsión necesario para contrarrestar la fuerza giroscópica natural y mantener el polo terrestre apuntado en la misma dirección de giro en torno a la estrella.
Las consecuencias de tan intensa tracción gravitacional permitían vivir a animales gigantes como los dinosaurios, tendiendo a halar toda la masa terrestre de la Tierra hacia un solo continente -Pangea-, sin presencia de estaciones, porque el polo de la Tierra estaría apuntando a esta estrella o sistema binario.
El estado del sistema solar actual indica que el sistema anterior fue eventualmente capturado por una gran estrella, el Sol. Sin embargo, las piezas de este antiguo sistema no han desaparecido. La pequeña estrella de influencia o sistema binario del pasado aún permanece, siendo que esas estrellas pequeñas fueron Júpiter y Saturno. En efecto, si la Tierra estuvo alguna vez en la quinta posición desde el Sol -el planeta Tiamat de la crónica sumeria- con al menos el doble de su masa actual, sus vecinos más cercanos eran Júpiter y Saturno.
La relación de Júpiter con el Sol parece seguir un radio definido y significativo. El sistema de Júpiter, en número de satélites, su tamaño, distancia, velocidad de revoluciones, presenta un modelo a escala exacto y muy desarrollado de sistema solar. Júpiter, como el Sol, es una entidad total viva, o cosmos.
La influencia o la radiación producida por el sistema, debe ser extremadamente sutil, incorporando un número de diversas frecuencias armónicas relacionadas, que en el caso de Júpiter incluyen al menos 20 frecuencias cósmicas armónicas auto-luminosas.
Los componentes de este antiguo sistema no han desaparecido. Cada 390 días, Júpiter y Saturno retornan a una relación media con la Tierra, y forman ángulos iguales con la Tierra y el Sol, y sus influencias se equilibran.
Al especular sobre qué tipo de influencia discordante pudiera producir el movimiento de los incontables asteroides en el campo electromagnético de la Tierra, en cuanto a la relación física entre la masa de asteroides y los planetas individuales, se infiere que una multitud de fragmentos de variados tamaños rotando a diferentes velocidades en órbitas separadas y muy excéntricas, parte de Tiamat, el planeta acuoso faltante desde cuando hace unos 3,9 billones de años, Nibiru con sus plenetóides y lunas -gemelo oscuro del Sol o Sol Negro- fue lanzado para equilibrar con una tremenda colisión cósmica contra una de sus lunas al nuevo sistema solar dominante, dejando a Venus en su peculiar rotación retrógrada. Es en esencia la Teoría de la Estrella Oscura, que afirma estamos inmersos en un sistema solar binario.
Pero la Tierra está demasiado cerca del Sol para contener la cantidad de agua que contiene. El agua, tan crucial para su biosfera, debió haber sido expulsada del sistema solar interior antes que se formara la Tierra, porque estando tan cerca del Sol como está debería ser un planeta mucho más seco.
La Tierra tiene una rica mezcla de sustancias volátiles, incluyendo el agua, porque se formó originalmente más lejos del Sol. Esto pone a la formación temprana de la Tierra en algún lugar cuatro veces más lejos del Sol dentro de la órbita de Júpiter.
La interacción entre el planeta exterior o Sol Negro y el resto del sistema solar tiene ramificaciones físicas fundamentales. La distancia entre la Tierra y el Sol puede haber sido alterada cada vez que cambia la órbita temporal por la influencia cometaria del planeta exterior, desplazamiento físico que en la Tierra ha provocado repentinos y catastróficos cambios del medio ambiente y la corteza terrestre.
En un sistema solar binario, el centro de gravedad del sistema solar se desplaza lejos del centro exacto del Sol, porque los ciclos solares se anulan entre sí, mientras la vida en la Tierra es destruida periódicamente en una conflagración que provoca extinciones masivas en lapsos aproximados de 10.800 años, edad que coincide con la mitad de la órbita de la Estrella Oscura, cuando el cambio de polaridad terrestre acompaña cada uno de sus cruces.
Pero si la estrella oscura, un ´sol negro´ más pequeño que no se puede ver, es directamente responsable de acontecimientos del nivel de extinción en la Tierra, entonces pasa, ya sea muy cerca de la Tierra durante un tránsito hacia el sistema solar interno, o de otro modo debe haber traído consigo un cometa, o un enjambre de cometas que colisionarán con la Tierra. Puesto que ambas posibilidades son estadisticamente improbables dado el gran tamaño del sistema solar, entonces no podrían ocurrir durante cada pasaje del perihelio de la estrella oscura.
Sería un Estrella Enana Marrón, un astro de masa baja que brilla en infrarrojo, cuya temperatura es demasiado fría para ser una estrella, pero demasiado caliente para ser un planeta gigante, una energía radiante que se distribuye de manera uniforme sobre toda la superficie de cualquier planeta que orbite dentro de la cromosfera de una estrella de este tipo, independientemente de la rotación axial, inclinación, o la excentricidad orbital. La situación más benigna para la vida en el universo está dentro del capullo eléctrico de una estrella enana marrón.
La atmósfera extremadamente delgada de tales estrellas dispone de los compuestos esenciales de agua y carbono en la niebla descendente en las superficies planetarias. La luz rojiza es ideal para la fotosíntesis. Es más probable que se forme vida dentro del sobre plasma radiante de una estrella enana marrón.
Pareciera venir e irse al Centro de la Galaxia, exactamente en dirección opuesta a la estrella Sirio o Arturo -Alfa Canis Maioris- su punto de origen, la estrella más brillante del firmamento visto desde la Tierra. Hay quienes consideran al sistema estelar Sirio ´el sol detrás del sol´, y por tanto la verdadera fuente de potencia eléctrica del Sol, el calor que mantiene viva la gran ilusión del mundo físico.
Un cuerpo masivo cercano es requerido para explicar las anomalías observadas respecto a un período de tiempo derivado del pulsar, objeto astral que rota sobre sí mismo a gran velocidad, y emite pulsos de luz y radiactividad en diferentes espectros como flashes que duran milisegundos. El pulsar es un fenómeno que se da entre dos estrellas de un sistema binario conectadas por una corriente de plasma, y cuya formación altamente específica será levemente alterada.
Esto permite implicar la existencia de un campo imperceptible y su ubicación como una Estrella Oscura, donde el Sol resulta de un proceso eléctrico que capta y refleja energía, lo que explica el enorme diferencial de temperatura entre la llamada zona coronal externa y su superficie, y significa que la energía que irradia le llega de fuera.
Un mundo orbitando hacia una estrella oscura es esencialmente invisible, aunque emite cantidades masivas de calor y suficiente baja-frecuencia de luz para apoyar formas de vida fuera de la dimensión espacio temporal de la heliósfera solar.
No se conoce la extensión de sus características estelares, cuanto calor tienen, cuan activas son sus atmósferas y cuánta luz emiten, si es que emiten alguna. Sus extensivos campos electro-magnéticos son un misterio, y pudieran o no formarse como las estrellas regulares.
El Planeta X sería sino el centro de un mini-sistema de planetóides, lunas y cometas, sus ´huéspedes, acompañantes o seguidores´. Por tanto, el sistema solar completo evolucionó desde el principio mismo como un sistema binario, y estos otros astros se formaron subsecuentemente alrededor de la Estrella Oscura, justo como los planetas y sus satélites lo hicieron alrededor del Sol.
El profundo misterio de la conciencia es la última maravilla sagrada, la fuente de luz que permite disfrutar de ese designio del yo esencial puro de la conciencia de sí mismo, de literalmente cómo los planos de la creación cobran vida a través de los ojos en el éxtasis de la Creación.
La física cuántica calcula futuros probables y la conciencia selecciona cuál de ellos se va a experimentar en el hiperespacio auto-consciente. Los procesos cuánticos no sólo determinan lo percibido, sino también a través de qué se lo percibe. En cada momento del tiempo, el universo no es más que la sección de una compleja red de infinitas posibilidades.
Este universo cierto es un vector de estado o función de onda de la realidad. Se trata de un holograma fractal que enfoca siempre hacia el futuro. El propio fractal no cambia, es sólo que la conciencia se mueve a través de él, y por lo tanto genera por sí mismo la ilusión del espacio-tiempo.
Los Hologramas codifican la información grabando la figura de interferencia entre dos ondas de frecuencia común, una onda siendo uniforme en consistencia y la otra teniendo su fase alterada por la información a codificar. La frecuencia determina qué información puede ser accedida.
De ciertas razones derivadas geométricamente, la proporción áurea es única para relacionar el término de dos mandatos secuenciales o consecutivos en proporción de tres términos, que se designa con la letra Phi del alfabeto griego, aunque esta regla de oro fuera conocida por culturas mucho más antiguas que la griega.
Su característica distintiva es que Phi resulta una proporción de tres términos construidos a partir de dos términos. Por tanto, la proporción áurea es una evidencia proporcional e indiscutible de una evolución consecuente que se encuentra en la naturaleza. Su relación o número específico es 1,618.
El universo es un efecto holográfico fractal infinitamente complejo que permite enfocar hacia adentro o hacia afuera sin límite. El estado actual se enfoca en el fractal percibiendo este movimiento como un avance hacia el futuro, un subconjunto de todos los futuros probables anteriores, algo que es ilusorio porque todos los niveles del fractal existen simultáneamente al mismo tiempo.
La física hiperdimensional explica las fuerzas fundamentales que gobiernan el universo: electricidad, gravedad y magnetismo. Utiliza constantes codificadas geométricamente en términos de situación específica de objetos determinados por medio de relaciones matemáticas redundantes derivadas de dividir el angular de las relaciones observadas entre sí, base para la proporción específica o número áureo en que crece la naturaleza.
Siendo Phi igual a 1,61803, su unicidad definida por tres segmentos de recta; inconmensurable, omnipresente e invariable; un número irracional, pero cifra que trata del número más fascinante del universo, al que conviene distinguir tres componentes:
– Fórmula en la que se basan todos los cálculos y fenómenos naturales.
– Proporción Divina, cuyo concepto geométrico se da cuando al partir un segmento en dos partes desiguales, dividiendo el total por la parte más larga se obtiene el mismo resultado que al dividir la más larga entre la más corta.
– Y Sucesión Aritmética, íntimamente relacionada con Phi, el número de oro, que trata de una serie infinita de números naturales que empieza con un 0 y un 1 y continúa añadiendo números que son la suma de los dos anteriores, es decir, 0, 1, 1, 2, 3, 5, 8, 13, 21, 34, 55…
Uniendo el concepto aritmético con su representación geométrica se logra una de las imágenes más comúnmente asociadas al número y la razón áurea: la espiral de la filotaxis, quinta esencia representada por la figura del dodecaedro.
La relación de esta sucesión con el número de oro radica en que al dividir cada número por el anterior de la serie se obtiene una cifra cada vez más cercana a 1,61803, quedando el resultado alternativamente por debajo y por encima del número preciso, sin llegar nunca a alcanzarlo absolutamente.
Por ser la representación ideal de la belleza, la divina proporción y unicidad del número áureo lo asemeja a la de Dios; el hecho que esté definido por tres segmentos de una recta lo asemeja a la Trinidad; al igual que Dios el número áureo es inconmensurable; Dios es omnipresente e invariable, igual que lo es este número. Dios dio ser al universo a través de la quinta esencia representada por un dodecaedro, y el número áureo dio ser al dodecaedro, la forma que gusta a Dios.
La realidad tridimensional es sólo un subconjunto de una serie de mayores dimensiones adicionales hiperespaciales, que controlan la física de la existencia, de las galaxias y de la vida misma, y potencialmente, a través de cambios variables, los fundamentos del tiempo.
El origen del término Geometría, como su prefijo Geo indica, refiere el estudio de las medidas de la Tierra, de gran importancia para todo lo que se relaciona con la historia de la superficie del planeta. Y Dios viene de la palabra griega Tetragrammaton, literalmente tetraedro con efecto gravitatorio, una matriz isotrópica de vectores en 2 dimensiones con que la tradición oral cabalística representa a Dios.
Las relaciones geométricas entre los cinco ´sólidos platónicos´ fundamentales mantienen las propiedades matemáticas de un ´poliedro circunscrito´, o sólido platónico incrustado en una esfera, sin excepciones la base estructural de todas las formas de vida existentes, y la proporción exacta de la realidad predeterminada.
RECOPILACION INVESTIGATIVA: ING. REYNALDO PEREZ MONAGAS