Hace unos días, un hilo en Twitter de @BioTay , un biólogo divulgador autor de «El error del pavo inglés», captaba nuestra atención. En el explicaba algo que muchas personas hemos padecido alguna vez en nuestra vida.
¿Alguna vez has tenido una parálisis de sueño? Algunos han comentado haber visto «algo» monstruoso. Pues ese «monstruo» podrías ser tú.
Desde la antigüedad hasta nuestros días han existido historias, mitos y leyendas sobre la famosa «subida del muerto» o mejor conocida como parálisis de sueño. Muchos le temen, para otros es normal, algunos más lo consideran hasta un castigo divino, sin embargo esta situación tiene muchas veces algo en común: la presencia de seres extraños.
La parálisis de sueño es un suceso muchísimas veces aterrador, pues abrimos los ojos, pero el cuerpo no responde, lo que nos causa una ansiedad que se presenta posteriormente al suceso. Este fenómeno tiene una explicación científica, a este estado se le conoce como hipnagógico (entre el sueño y la vigilia).
En la fase de ‘Rapid Eye Move‘ (REM) nuestra mente vive un sin fin de experiencias en los sueños, es por esto que el cerebro «desactiva» el cuerpo, aunque no siempre es el caso (de ahí viene una parte del sonambulismo)..
Cuando entramos en la parálisis de sueño muchas personas pueden experimentar la presencia de «seres extraños». Muchas veces al rededor de la habitación, otras veces encima de nosotros. Dependiendo de la cultura se pueden obtener diferentes «Seres», desde aliens, demonios y demás criaturas fantásticas.
En otras ocasiones se da el famoso «viaje astral», que son sensaciones extracorporales donde «podemos vernos» acostados en donde sea que nos dormimos. Así, las experiencias relacionadas con las parálisis de sueño más comunes se pueden resumir en 3: Presencia que nos observa, presencia que nos presiona el cuerpo, viaje astral.
Sin embargo todo esto tiene una explicación. Un grupo de científicos realizó un experimentos con una joven a quien habían operado para tratar su epilepsia. Descubrieron que si se electroestimula la región temporoparietal izquierda (el giro angulado), la paciente decía haber sentido presencia a su lado.
Otro grupo que se encontraba investigando la esquizofrenia descubrió que en muchas ocasiones, las personas que padecen de esta enfermedad atribuyen erróneamente sus acciones a otras personas. Estas investigaciones han hecho que el investigador psicológico de Harvard, Baland Jalal y el neurólogo Vilayanur Ramachandran realizaran una hipótesis interesantísima a cerca de este fenómeno: «El Intruso».
La hipótesis de «El Intruso» refiere que ese «otro» que vemos en estas etapas de parálisis se puede tratar de una representación de nuestro propio cuerpo frente a nosotros. Estos investigadores y científicos han publicado al menos dos trabajos sobre este tema. En el primero (2014) se propone la alteración de la unión temporoparietal, provocando una proyección de nuestra imagen corporal.
El otro trabajo, más reciente (2017), se propone que las neuronas espejo tienen un papel en este fenómeno. Estas neuronas están en nuestra corteza premotora V5, las cuales se activan «imitando» con solo ver las acciones de otro individuo. En situaciones donde hay una lesión en la corteza prefrontal se da algo llamado la «ecopraxia», la cual es una actividad sin control de dichas neuronas, las cuales resultan en la imitación involuntaria de otras personas.
El enlace con la parálisis
Al despertar de una forma tan abrupta, como sucede en las parálisis de sueño, el cuerpo no responde, lo cual impide una retroalientación sensitiva. En este momento la corteza prefrontal está debilitada (o en estado hipnagógico), aquí el sistema que distingue nuestras acciones de las del otro se vuelve hiperactivo. El límite físico del cuerpo se desdibuja.
Al encontrarnos en una etapa de transición entre el sueño y la vigilia, el cerebro «se inunda» con serotonina. Este químico nos lleva a dar significado a todo eso que tenemos como «sin sentido» lo que convierte estas experiencias en una alucinación.
Nuestra habilidad innata de «dar sentido» a todo nos provoca construir una historia que «explique» las sensaciones físicas que ocurren en este momento. Al no tener «control» del cuerpo, nuestro pecho se presiona contra nosotros, lo cual deriva en la sensación de que «algo» nos sujeta con una fuerza inhumana.
Sin embargo, no te preocupes, nosotros construimos a ese monstruo en la habitación. La próxima vez que te ocurra, trata de leer otras cosas o de ver programas distintos, para que veas cómo cambia de forma, ya que estarás imitando otros movimientos o ideas, de forma involuntaria. La próxima vez que esto te suceda, toma en cuenta que puedes ser tú.
¿Has tenido parálisis del sueño y viste a alguien misterioso? Ese monstruo podrías ser tú