La salud mental y los psicólogos están en boga: el tema se promueve y debate tanto en entrevistas con celebridades, como en redes sociales con individuos promedio. Irónicamente, el estatus quo tanto entre estudiantes como en profesionistas es callar todo lo que tenga que ver con salud mental. Nadie quiere arriesgarse a que colegas o supervisores se formen una opinión negativa que perjudique la reputación.
Ni siquiera los profesionales de la salud mental están exentos, pues a menudo les aconsejan ocultar sus propias experiencias con enfermedades mentales. Contrario a lo que los psicólogos recomiendan para superar el estigma, prevalece la cultura del silencio. Callan en lugar de hablar abiertamente sobre su salud mental para incentivar a otros individuos a buscar ayuda.
Una discriminación sistemática surge al estigmatizar la franqueza sobre enfermedades mentales. Y lo que es peor: se excluye de las profesiones de salud mental a individuos que pueden hacer contribuciones valiosísimas al área. Todo por sus experiencias personales con la salud mental.
Este análisis lo elaboró Andrew Devendorf, un prospecto a doctorado y Sarah E. Victor, una profesora asistente de psicología clínica. Ambos con enfermedades mentales. Mediante un estudio exploraron la prevalencia de trastornos mentales entre psicólogos clínicos y pasantes. Así como la forma en que los afecta profesionalmente.
Los psicólogos son personas y también padecen enfermedades mentales.
El estudio, todavía pendiente de una revisión por pares, partió de una encuesta en línea sobre experiencias de salud mental. En el levantamiento de datos participaron 1700 docentes y pasantes de psicología. Con esas cifras, se posiciona como el estudio más grande que examina los índices de enfermedad mental en programas de posgrado donde se instruye a psicólogos clínicos, de consejería y escolares.
El 80% de los voluntarios que respondió la encuesta informó tener problemas de salud mental en algún momento. Mientras tanto, el 48% confesó padecer alguna enfermedad mental diagnosticada. Y no es de extrañar, pues estos porcentajes coinciden con los observados en la población general. Con estos resultados, es evidente que los psicólogos también enfrentan los mismos problemas o padecimientos mentales que sus pacientes.
A nivel global, las enfermedades mentales destacan como la principal causa de incapacidad. Quizá esto explique porque prevalece el estigma de hablar sobre el tema entre los profesionales de la psicología. Para algunos, divulgar sus trastornos mentales supondría una desventaja para ser eficaces en el tratamiento o investigación de los mismos.
El aspecto curioso del estudio es que 95% de los entrevistados con dificultades de salud mental, negó tener inconvenientes profesionales a causas de esos padecimientos. Y entre los diagnosticados con enfermedad mental, ese porcentaje es del 80%. Esto sugiere que experimentar un problema mental no merma su capacidad para desempeñarse como psicólogos capaces y eficientes.
El estigma sobre la salud mental dentro de la propia psicología.
Mediante otro estudio, Devendorf y Victor identificaron «barreras» estructurales dentro de la propia psicología clínica que desincentivan a los psicólogos a hablar sobre sus enfermedades mentales. Irónicamente, la principal barrera es el estigma sobre la salud mental que pesa dentro de esta profesión. A menudo, tanto psicólogos como pasantes con enfermedad mental son vistos como personas incompetentes y poco colaborativas por sus propios colegas.
De hecho, cuando uno de esos profesionales comparte sus dificultades de salud mental, deficiencia o enfermedad en un ambiente laboral, se arriesga a perder oportunidades profesionales, como una promoción o compensación. Pero, en el mismo estudio encontraron que al compartir sus experiencias ampliaban sus oportunidades para recibir apoyo. Como un ajuste en la carga de trabajo, cierta tolerancia con los horarios y expectativas de desempeño.
Devendorf y Victor descubrieron que sus propias batallas contra los problemas de salud mental los ayudaban a entender y ser más empáticos con los desafíos que enfrentan sus pacientes. Además, diversos estudios sugieren que los terapeutas pueden usar sus experiencias para informar el avance de sus pacientes.
Diversas terapias, como la terapia dialéctico conductual, fueron desarrolladas por psicólogos con experiencias vividas en salud mental. Los investigadores mencionan que sus experiencias con la salud mental no solo sirven para informar sus ideas, sino también para tratar efectivamente los contratiempos inherentes a una profesión caracterizada por interminables horas de recolección de datos, redacción se subsidios y una cultura donde se publica o se muere.
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