El pasado mes de noviembre, con motivo de la edición 2021 del Foro de Innovación de la Defensa (FID), la ministra francesa del ejército, Florence Parly, anunció el Proyecto Miríada para la manipulación de las masas (*), esto es, un plan de propaganda de guerra o guerra sicológica.
Como es corriente, estos planes se presentan -y justifican- a la inversa: debemos impedir que el enemigo intoxique a nuestra población con bulos y falsedades. Sin embargo, la guerra sicológica está dirigida contra la población propia. La manera de evitar que el enemigo engañe a los nuestros es que les engañemos nosotros previamente.
En el mundo moderno la coexistencia de una información plural no es posible porque las opiniones son un arma equiparable a cualquier otra. Por lo tanto, hay que desarmar al enemigo impidiendo la difusión de su pensamiento, bien entendido que el enemigo no es alguien de fuera sino todos aquellos que no piensan como los militares.
El ejército francés lo llama “guerra cognitiva”, donde el campo de batalla llega hasta la conciencia. Se trata de actuar sobre el pensamiento de las masas para influir en sus opiniones o convencerlas de que cambien su comportamiento sin que sientan que alguien les obliga a ello.
La propaganda de guerra ha existido siempre. No hay más que recodar las películas de Hollywood. Pero sólo se podía ejercer sobre un número limitado de individuos. Sin embargo, con el desarrollo de las redes sociales, los medios para manipular las opiniones se han multiplicado, y su alcance también.
La guerra sicológica tiene una importancia creciente. En su discurso, Parly mencionó los manuales publicados con anterioridad por el Ministerio francés de Defensa, que también formaban parte de la guerra cognitiva.
La AID (Agencia de Innovación de la Defensa), el equivalente francés de Darpa, ha convocado un concurso de ideas para implementar el Proyecto Miríada: “Después de los combates en tierra, en el mar, en el aire, en el espacio y en el ciberespacio, una sexta área de intervención será cada vez más marcada. Con la guerra cognitiva, las guerras se libran y se librarán en la mente. Se trata de un espacio operativo que debemos seguir explorando para protegernos de estas amenazas y saber cómo actuar. Por ello, la Agencia de Innovación de la Defensa hace un llamamiento a los agentes académicos, institucionales e industriales para que unan sus fuerzas y propongan trabajos que permitan preparar mejor las confrontaciones del mañana”, explica la convocatoria.
La Agencia “se refiere a las operaciones militares realizadas en la capa de información del ciberespacio para detectar, caracterizar y contrarrestar los ataques, proporcionar información o llevar a cabo el engaño, ya sea de forma autónoma o en combinación con otras operaciones”. También se hará hincapié en la detección de “infox”, información modificada y falsificada, “deepfakes”, “datos contradictorios, controversias, discursos de odio” y “bots sociales”, así como en el análisis de redes de influencia, incluyendo la identificación de sus relaciones y miembros y sus roles, y la clasificación de “perfiles psicológicos” y “personalidades”.
El ejército francés quiere preparar “operaciones de contrainfluencia en los medios sociales” y “automatizar o ayudar a la conducta” de la población. “Los objetivos operativos son poder denunciar, contener, debilitar o desacreditar los ataques informativos, debilitar la legitimidad de nuestros adversarios y apoyar las operaciones en el terreno físico mediante el engaño”, según confiesa.
(*) https://anr.fr/fr/detail/call/accompagnement-specifique-des-travaux-de-recherches-et-dinnovation-defense-appel-thematique-sur-l-1/
Los misiles más perniciosos son los que explotan en la conciencia de una población