Qué está pasando con los enormes alijos de armas enviados por los países de la OTAN a Ucrania? No se sabe. Lo único cierto es que al frente ya no llega nada, desde hace algunas semanas.
Algunas fuentes sospechan que las armas están engordando el mercado negro y recientemente Moscú ha visto un ejemplo: un lanzacohetes sueco que formaba parte de la ayuda militar al ejército ucraniano ha explotado en un vehículo particular aparcado en un barrio residencial de Moscú.
Según las primeras pesquisas de la policía rusa, el propietario del vehículo lo había comprado en el Donbas, tras ser recuperado de posiciones ucranianas abandonadas y se lo había llevado de vuelta a Moscú “como recuerdo”.
La policía polaca señala que muchas armas europeas que debían estar en el frente, es decir, en el este de Ucrania y en el Donbas, no han llegado más allá del oeste de Ucrania e incluso se encuentran en suelo polaco en manos de delincuentes.
Las armas entregadas al ejército ucraniano han sido robadas y entregadas a bandas criminales por los “batallones de defensa territorial” de parecida factura al Azov. Más de una fortuna ucraniana está engordando muy rápidamente con el tráfico incontrolado de armas.
Quizá la propia Suecia pueda comprobar, después de entrar en la OTAN, lo que son capaces de hacer los delincuentes cuando disponen de un buen armamento de guerra. El gobierno sueco, u otro cualquiera de la OTAN, debe empezar a pensar lo que les va a decir a los familiares de las personas que mueran próximamente gracias a la “ayuda” prestada a Ucrania.
No sabían… Lo hicieron con la mejor intención… La culpa es de Ucrania…
Lo mejor es que empiecen ya a buscar dónde se encuentran todas esas montañas de armas que no han llegado a las trincheras de Ucrania.