¿Por qué vemos porno?

El consumo de pornografía parece no estar asociado a la satisfacción que puede sentir una persona con su relación de pareja. Entonces, si no es para cubrir este vacío, ¿cuáles son las razones por las que la gente ve porno?
¿Por qué vemos porno?

Si bien no es ningún secreto que la pornografía puede dar una visión sesgada de las relaciones sexuales, no lo es menos que consumir este tipo de contenido se ha convertido en un hábito para muchos -tengan o no pareja-.

Cuando esto sucede, muchas parejas de consumidores de pornografía se preguntan: si mi pareja está satisfecha con nuestras relaciones sexuales, ¿por qué sigue viendo pornografía? ¿No soy suficiente?

Bueno, según un equipo de investigadores dirigido por Beáta Bőthe, solo el 5,94 % de los consumidores de pornografía en su estudio dijeron que veían pornografía debido a una “falta de satisfacción sexual”. En otras palabras, la mayoría de los consumidores de pornografía miran pornografía por razones distintas a que su pareja no es “suficiente”.

Entonces, si eso es cierto, ¿cuáles son las razones por las que la gente ve porno?

Las razones por las que vemos porno

Hombre frente a la tentación de la pornografía.

Con un apetito aparentemente ilimitado, el hombre ha estado produciendo y consumiendo pornografía desde que se hizo posible. Los romanos devoraron los poemas de amor y los “manuales de adulterio” del poeta Ovidio hace 2000 años. Hoy la trilogía de novelas sobre sexo como Cincuenta sombras de Grey360 días o After baten cada vez más récords de ventas.

La pornografía tuvo su auge en 1960. De repente, las revistas de esta temática pasaron a ocupar los escaparates de los quioscos y también los rincones más recónditos de las casas. Ahora, cientos de películas e imágenes pornográficas están al alcance de cualquiera en la red.

Ahora bien, ¿qué sucede realmente en nuestro cerebro cuando vemos un cuerpo siendo acariciado y tocado? ¿Cuánto porno es común ver? ¿Y realmente importa que las mujeres vean menos porno que los hombres?

A diferencia de la escasa investigación sobre las razones para ver pornografía, el estudio sobre el comportamiento de ver porno es más sustancial y está guiado por varias perspectivas teóricas, entre las que se encuentran las evolutivas como la teoría de las estrategias sexuales (Salmon, 2012).

1. Para emular el sexo casual

Debido a que la mayor parte del contenido de las películas pornográficas contiene actos y escenas sexuales que inducen estados de ánimo y emociones similares a las provocadas durante el sexo casual y las relaciones sexuales (Hald & Malamuth, 2008), se puede argumentar que el consumo de pornografía sirve como sustituto del sexo casual.

Como tal, las personas que están orientadas al sexo a corto plazo pueden ver películas pornográficas para satisfacer su necesidad de estimulación que normalmente reciben durante el sexo casual.

2. Por las emociones que nos despierta

El porno nos despierta ciertas sensaciones comunes. El problema está en el tipo, la frecuencia y la función del consumo.

Las películas pornográficas están rodeadas de multitud de clichés. En primer lugar, algunos argumentan que presentan una imagen errónea de la sexualidad, pero, ¿quién sigue pensando sinceramente que las películas son copias de la realidad?

Ya nadie está convencido de que las comedias románticas sean un reflejo de nuestra vida sentimental o que las relaciones familiares se dan siempre como en Chabrol. Por supuesto, podemos reconocernos en ciertos elementos, identificarnos con ciertas situaciones, pero nunca pensar que hay todo para tomar y nada para tirar. Como con cualquier cosa, aunque sea un poco artística.

3. Por excitación o placer sexual

Según Bőthe, la razón principal por la que las personas miran pornografía es por placer sexual. El deseo sexual es, por supuesto, natural y saludable.

En una relación en la que las parejas tienen diferentes impulsos, la pornografía se ve a menudo como una forma de satisfacer esa necesidad. Pero si bien la pornografía se produce específicamente para excitar, no se produce teniendo en cuenta la salud del consumidor o sus relaciones.

La pornografía promete una variedad de sexo, sexo “más caliente” y sexo más extremo. Pero si bien puede prometer más pornografía, más pornografía no se traduce en sexo en la vida real. Expertos en relaciones e investigadores de renombre mundial, los doctores John y Julie Gottman, por ejemplo, han expresado serias preocupaciones sobre los efectos de la pornografía en las relaciones sexuales.

Con el uso de la pornografía, eventualmente se puede necesitar mucho más de un estímulo normal para lograr la respuesta que evoca un estímulo supernormal. Por el contrario, los niveles ordinarios del estímulo ya no son interesantes. Así puede ser que el sexo normal se vuelva mucho menos interesante para los usuarios de pornografía.

4. Para aprender sobre sexo

Otra motivación común para ver pornografía es aprender sobre sexo. Para los jóvenes, descubrir cómo funciona el sexo es una razón común para recurrir a la pornografía. De hecho, un estudio muestra que aproximadamente el 45 % de los adolescentes que consumieron pornografía lo hicieron en parte para aprender sobre sexo.

Del mismo modo, los resultados de la encuesta también muestran que uno de cada cuatro jóvenes de 18 a 24 años (24,5 %) mencionó la pornografía como la fuente más útil para aprender a tener relaciones sexuales. La curiosidad es real y la pornografía puede parecer el lugar más fácil de explorar. ¿Pero eso lo convierte en el mejor lugar?

5. Para hacer frente a las emociones negativas

Otra razón común para ver pornografía es hacer frente a emociones incómodas. Específicamente, la “reducción del estrés” y la “distracción o supresión emocional” aparecen como motivaciones para consumir porno. Así, para escapar de estos sentimientos, una persona puede recurrir a la pornografía.

Parece una solución rápida para la soledad temporal, pero en el mejor de los casos es una distracción barata y en el peor de los casos, la pornografía solo alimenta esos sentimientos.

Ya sea para desestresarse al final de un día difícil o para escapar de las emociones que se sienten demasiado difíciles de manejar, las investigaciones muestran que la pornografía en realidad no ayuda a largo plazo. De hecho, las investigaciones indican que aquellos que consumen pornografía para evitar emociones incómodas tienden a tener algunos de los informes más bajos de bienestar emocional y mental.

6. Por aburrimiento

Si bien el aburrimiento ahora se describe en algunos círculos como un estado mental positivo que estimula la creatividad, incluso obteniendo la aprobación de Steve Jobs, muchas personas prefieren evitarlo. Nuestro mundo digital ha hecho un trabajo bastante bueno al proporcionar cantidades infinitas de entretenimiento y distracciones para aquellos que no pueden soportar un momento de aburrimiento.

Pero considera esta definición de aburrimiento: “la experiencia aversiva de querer, pero no poder, participar en una actividad satisfactoria”. La pornografía no puede ayudar con el aburrimiento porque deja a una persona insatisfecha y desconectada. Claro, al principio es nuevo y emocionante, pero como el cerebro es estimulado regularmente por la pornografía, puede aburrirse de ver el mismo contenido. Una persona puede comenzar lentamente a desear más y de diferentes tipos.

¿Una adicción?

Al preguntarnos por qué algunas personas eligen consumir pornografía, tenemos que tener en cuenta que hay personas que no pueden dejar este hábito. Debido a las formas en que ver pornografía puede afectar al cerebro, puede ser muy difícil dejarla. Todas estas películas están disponibles para consumir en soledad, sin necesidad de comprar o pedir nada en ningún lugar.

Satisfacción inmediata de manera continua, sin ningún tipo de problema para acceder a lo que se ha convertido ya, para muchos, en una droga. Como profesionales de la psicología, tenemos que tener en cuenta esta accesibilidad y facilidad para acceder a la adicción a la hora de poder programar una intervención.

Tenemos que evitar un tratamiento culpabilizador o moralizante si es que finalmente detectamos un patrón de adicción al porno. Se trata de promover contenido audiovisual que conceptualice el sexo no como una necesidad inmediata, unilateral y a veces violenta. Acceder a otros relatos de seducción, en los que el sexo esté rodeado de calidez y satisfacción a largo plazo puede cambiar la visión de estos relatos en pantalla.

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