Un nuevo estudio médico ha descubierto que la bacteria causante de la fiebre tifoidea está aprendiendo a adaptarse al último gran antibiótico que aún puede tratarla, lo que significa que detener la propagación de la mortal enfermedad será mucho más difícil.
Según un estudio publicado el martes en la revista The Lancet Microbe, las pruebas realizadas a varias cepas diferentes de la bacteria Salmonella enterica serovar Typhi (S Typhi) descubrieron mutaciones que las hacen más resistentes al antibiótico azitromicina, y que esas cepas están sustituyendo rápidamente a otras.
Las muestras se recogieron en Nepal, Bangladesh, Pakistán e India entre 2014 y 2019.
El hallazgo, dicen los científicos, «amenaza la eficacia de todos los antimicrobianos orales para el tratamiento de la fiebre tifoidea.»
«La velocidad a la que han surgido y se han extendido las cepas altamente resistentes de S. Typhi en los últimos años es un verdadero motivo de preocupación, y pone de manifiesto la necesidad de ampliar urgentemente las medidas de prevención, sobre todo en los países de mayor riesgo», ha señalado el especialista en enfermedades infecciosas de la Universidad de Stanford, Jason Andrews, en un comunicado difundido este miércoles.