Desde que la física cuántica hizo su aparición no ha dejado de sorprendernos. Julian Barbour es un digno representante de este enfoque y desde hace varias décadas estudia uno de los conceptos más enigmáticos del universo: el tiempo. Su teoría es fascinante.
Según Julian Barbour, el tiempo corre en dos sentidos a la vez. Imaginemos que cada sentido es una flecha cuyo origen es el cero. Mientras la flecha de la derecha aumenta paulatinamente hasta el infinito, la de la izquierda apuntaría hacia un infinito negativo.
Dicho de una forma más simple, lo que Julian Barbour propone es que hay un universo en el que el tiempo corre desde lo que llamamos el pasado hacia lo que llamamos el futuro. Mientras tanto, en otro universo ocurre lo contrario: el tiempo avanza desde el futuro hacia el pasado. ¿Ciencia ficción? No, es una teoría científica seria.
“Si no pasara nada, si nada cambiara, el tiempo se detendría. Porque el tiempo no es más que cambio. Es el cambio que vemos que ocurre a nuestro alrededor, no el tiempo. De hecho, el tiempo no existe”.
-Julian Barbour-
El universo y la gran explosión
La teoría más aceptada sobre el comienzo del universo postula que se originó hace poco menos de 14 mil millones de años a partir de un elemento más minúsculo que un átomo. Así se formaría toda la materia que compone el universo.
Esa materia comenzó a expandirse, una tendencia que hoy se mantiene. La explosión también habría dado origen al tiempo, que desde entonces habría comenzado a contar. Las partículas de materia, disparadas en múltiples direcciones, fueron agrupándose y formaron las estrellas, los planetas y las galaxias.
Según esta teoría, el tiempo se mueve en una sola dirección: hacia adelante. Al respecto, Julian Barbour y otros físicos se han preguntado: ¿por qué si el universo se expande hacia todas partes, el tiempo solo avanza en una dirección? Las posibles respuestas a esta pregunta dieron origen a la tesis de que el tiempo corre en dos sentidos.
Julian Barbour y el tiempo
Julian Barbour es un físico veterano, profesor de la Universidad de Oxford y autor de varios libros de divulgación. Su prestigio es incuestionable. Ha estudiado a fondo el tema del tiempo y a partir de esto ha planteado su interesante teoría. El postulado básico que propone dice que el tiempo corre en dos direcciones a la vez.
Barbour dice que la gran explosión original hizo que comenzara a avanzar en sentidos opuestos, ya que eso es lo propio de una explosión semejante. Su idea se basa en dos principios de la física: la entropía y la segunda ley de la termodinámica.
La entropía es un concepto equivalente al caos. La física señala que la realidad, o más bien los sistemas que la componen, avanzan hacia el caos. A su vez, el caos es irreversible. Un ejemplo de esto sería una casa que es abandonada y se cae. El proceso va hasta que se derrumba y es imposible volver atrás. El derrumbe es el estado más caótico posible.
Ahora bien, la segunda ley de la termodinámica dice que la entropía solo puede aumentar, pero nunca disminuir. A su vez, el tiempo avanza en el mismo sentido en el que aumenta la entropía. Así, en el ejemplo anterior, una vez la casa es abandonada y comienza a deteriorarse, cada vez es más probable que se derrumbe.
El incremento de la complejidad
Julian Barbour dice que todo lo anterior se ha establecido así porque se ha observado en un contexto, podríamos decir, “normal”. El de nuestro planeta, nuestra materia, nuestras dimensiones, etc. Si se mira en términos del universo como un todo, aparece un nuevo enfoque.
Supongamos que la casa derruida de la que hablamos está en el marco de un espacio infinito. Al derrumbarse, las partículas que la componen viajarían en diferentes direcciones, se juntarían con otras partículas y formarían nuevas estructuras. Estas serían más complejas.
Barbour trabaja con dos ideas básicas. El Big-Bang produjo que la materia y el tiempo se desplazaran en dos direcciones opuestas. Por lo tanto, existiría una especie de “universo espejo”. Lo que se espera en ese universo es el pasado, porque todo ocurre al revés de nuestro universo. De una forma simple, lo que hay en ese horizonte es un avance hacia el año cero.
De otra parte, y a diferencia de lo que la física plantea habitualmente, todo el universo no avanza hacia el caos definitivo, hacia el desorden total. Más bien, dicho universo será cada vez más complejo y estructurado. Quizás tenga razón.
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