Europa sigue su camino hacia el decrecimiento y la desindustrialización. El plan de Bruselas es dejar de producir vehículos con motor de combustión en 2035. Hasta hace muy poco tiempo la mayoría pensaría que era la gran oportunidad para Japón y monopolios como Toyota, Nissan, Honda, Mitsubishi o Suzuki. Quizá también para los coreanos, que tienen marcas como Hyundai o Kia.
Pero quien va a desembarcar en este Continente son las cerca de 80 multinacionales automovilísticas chinas. En el país asiático hay 190 fábricas de automóviles y la mitad de ellas se han levantado en los últimos cuatro años.
China venderá vehículos de combustión convencionales, pero si el comprador tiene escrúpulos “verdes”, se lo venderá eléctrico. No en vano China está a la cabeza de la producción de baterías, con un 60 por ciento de la producción mundial.
La industria automovilística china padece un serio problema de superproducción, estimado en un tercio de su capacidad instalada. Es el momento de exportar. Cuando les llegó la noticia de la prohibición de los motores de combustión en Europa para 2035, se agotaron las reservas de “baiju”, la bebida alcóholica con las que se hacen los brindis en China.
Es posible que en Europa los nuevos compradores de un vehículo no se den cuenta que si compran un MG último modelo, no es una marca inglesa sino china. Tampoco sabrán que la famosa empresa LEVC (London Electric Vehicle Company) que fabrica los taxis londinenses, es propiedad de Geely, una empresa china, que su fábrica está en China y que los vehículos son eléctricos.
Durante los seis primeros meses de este año, nada menos que 6.000 modelos fabricados en Pekín encontraron comprador, es decir, el 0,8 por ciento de la cuota de mercado. Pero en el mercado de los eléctricos, la cuota es del 2,7 por ciento.
La mayor parte del mundo seguirá viendo vehículos térmicos en sus carreteras, fabricados en Japón, Corea del sur y China. Los que en Europa dispongan de un mayor poder adquisitivo, los comprarán eléctricos, y caso todos ellos serán chinos.
El número de puestos de trabajo que van desaparecer en Europa se medirá en centenares de miles, que se sumarán los anteriores. Las fábricas de motores y cajas de cambio, como la que SEAT Componentes posee en Barcelona, desaparecerán.
En España la última Encuesta de Población Activa, de mayo de este año, indica que la fuerza de trabajo en el sector es de 555.600 empleos, por lo que se ha reducido un 3 por cien respecto al año pasado. En total 18.200 puestos de trabajo han desaparecido.
El fin de los motores de combustión en Europa es una gran oportunidad para China