Los satélites espía, que son cada vez más sofisticados, tienen la capacidad de capturar imágenes de alta resolución y otra información desde el espacio. Esto puede ser una amenaza para los países que tratan de mantener ciertos movimientos militares en secreto, una amenaza tan real que Estados Unidos, China, India y Rusia ya han probado armas antisatélites que consisten sencillamente destruirlos en órbita con en lanzamiento de misiles.
Sin embargo, hacer explotar satélites en mil pedazos en órbita no parece una buena idea, principalmente cuando empezamos a darnos cuenta del gran problema de la basura espacial. ¿La alternativa? Cegar temporalmente a los satélites sin destruirlos. Y, aunque esta idea no es completamente nueva, Rusia estaría trabajando en un sistema de próxima generación que dañaría permanentemente los sistemas ópticos de los satélites enemigos.
Kalina, la nueva arma secreta de Rusia
Según recoge The Space Review, una serie de imágenes satelitales (vaya, las ironías de la vida) sugieren que Rusia está acelerando el rimo de construcción de un sistema antisatélites en el Cáucaso. Se cree que el programa empezó a desarrollarse en 2011, pero ha sufrido una serie de retrasos, agravados por las sanciones internacionales por la Guerra de Ucrania, que han complicado los planes del Ministerio de Defensa ruso, que esperaba tener operativo el sistema hace tres años.
El sistema, llamado Kalina, estará ubicado en el Complejo Espacial Krona, situado a varios kilómetros al oeste de Zelenchukskaya, un lugar muy conocido en la comunidad astronómica por sus enormes ventajas para la observación del espacio. En esa privilegiada zona, precisamente, también se encuentra el Observatorio Astrofísico Especial de la Academia Rusa de Ciencias (que alberga el telescopio BTA-6 de seis metros de altura) y el radiotelescopio RATAN-600.
Kalina funcionará con varios instrumentos, según explica The Space Review basándose en documentos militares. Por un lado tendrá dos telescopios que servirán para detectar satélites en órbitas altas. Este conjunto de instrumentos tendrá, además, un radar destinado a proporcionar datos de trayectoria precisos para apuntar sus telescopios a objetivos de interés. Por otro lado un láser conectado a un telescopio que tendrá doble propósito: medir con precisión la distancia de los satélites y cegarlos para evitar que capturen imágenes.
De acuerdo a una licitación de 2015, el edificio que albergará al nuevo sistema antisatélite podrá operar entre -40 y 40 grados centígrados y resistir terremotos de magnitud 7. Otros documentos señalan que un operador será el encargado de controlar el sistema de forma manual. «Podrá ver simultáneamente la imagen corregida, el rayo láser emitido y luego seleccionar un punto en el objetivo que necesita ser «iluminado», indican.
Se desconoce cuándo podría empezar a funcionar este nuevo sistema. No obstante, cabe señalar que Rusia ya ha desarrollado otros sistemas similares, aunque solo uno se encuentra activo. Se trata de Peresvet, un arma láser presentada en 2018 por el presidente Vladimir Putin. A diferencia de Kalina, todo el sistema de transporta en un camión y forma parte de la división de misiles estratégicos de Rusia. Peresvet puede cegar a los satélites enemigos en órbitas de hasta 1.500 km y «inhabilitarlos durante su vuelo por medio de la irradiación láser», según el viceprimer ministro de Rusia, Yury Borisov.
Imágenes | US National Archives (representación artística de un arma antisatélite)
https://www.xataka.com/otros/rusia-no-quiere-que-enemigo-espie-su-territorio-solucion-kalina-arma-laser-para-cegar-satelites