Inteligencia y carácter: el esperanzador mensaje de Albert Einstein para el futuro

Inteligencia y carácter: el esperanzador mensaje de Albert Einstein para el  futuro

Albert Einstein es fuera de toda duda uno de los grandes genios de la humanidad, no sólo por los hallazgos científicos a los que arribó, sino también por la perspectiva amplia con que consideró otros aspectos de la vida y aun de la historia. 

Contrario a lo que sucede un tanto más en nuestra época, en la cual el conocimiento se cultiva de forma ultra especializada y hasta fragmentada, Einstein perteneció a una época en que una mente inquieta, curiosa, podía divagar por otros campos de saber además del “suyo”, en buena medida para formarse una posición frente a la existencia, en sentido amplio. De ahí que haya sido común que, en cierto momento, personas como Einstein expresaran sus opiniones sobre asuntos que en apariencia estarían fuera de su alcance, como la religiónla filosofía o como el destino de la humanidad. Sin embargo, dada su lucidez y su genialidad, ¿quién le podría rebatir a Einstein su perspectiva sobre el futuro humano?

En este sentido, Albert Einstein escribió un mensaje que formó parte de una “cápsula del tiempo” preparada con motivo de la Feria Mundial de 1939, celebrada en Nueva York.

Las cápsulas de tiempo son recipientes de algún tipo (cajas, envases, incluso se han usado tinajas o tinaco) en los que se guardan objetos diversos que comparten la característica común de formar parte de la época presente, por ejemplo, música grabada en algún dispositivo de almacenamiento, fotografías, instrumentos o herramientas, mensajes originales (una carta, por ejemplo), libros y, en fin, todo aquello que la creatividad dicte. El recipiente se guarda después de tal modo que pueda ser descubierto sólo después de mucho tiempo, sea que se le entierre, que se le guarde en una bóveda de seguridad (de un banco, por ejemplo, o al interior de un edificio particular) o se le “esconda” de otra manera. El objetivo de todo este procedimiento es que personas en el futuro descubran la cápsula, la abran y se encuentren con todo ese material que, perteneciendo al pasado, de alguna manera hizo un “salto temporal” para llegar de pronto a un futuro que ya se volvió presente para otros.

Pues bien, en dicha cápsula del tiempo de 1939, Albert Einstein dejó este mensaje a la posteridad:

Nuestra época es rica en mentes inventivas, cuyas invenciones nos facilitarán considerablemente la vida. Atravesamos los mares gracias a la electricidad y utilizamos también la energía para aliviar a la humanidad de todo el agotador trabajo muscular. Hemos aprendido a volar y somos capaces de enviar mensajes y noticias sin ninguna dificultad por todo el mundo a través de las ondas eléctricas.

Sin embargo, la producción y distribución de bienes está totalmente desorganizada, de manera que todo el mundo vive con el temor de ser expulsado del ciclo económico, con lo cual se sufre por la falta de todo. Además, las personas que viven en diferentes países se matan entre sí en intervalos de tiempo irregulares, de modo que también por esta razón cualquiera que piense en el futuro debe vivir con miedo y terror. Esto se debe a que la inteligencia y el carácter de las masas son incomparablemente más bajos que la inteligencia y el carácter de los pocos que producen algo valioso para la comunidad.

Confío en que la posteridad leerá estas declaraciones con un sentimiento de orgullosa y justificada superioridad.

Como vemos, Einstein alertaba ya sobre los efectos perniciosos que la desigualdad ocasionaba en el ser humano y las sociedades, en especial, ese “temor a ser expulsado del ciclo económico” que, en otras palabras, se podría comparar con el temor medieval de la “excomunión”. En efecto, en nuestros días, perder el empleo, no tener un ingreso económico constante, no poder acceder a ciertos bienes es también un “estar fuera” de la comunidad de lo humano, en la medida en que buena parte de ésta ha sido asimilada por el modo vida que propicia el capitalismo. Quien no puede comprar, quien no puede pagar ciertos servicios, quien no está en condiciones de intercambiar su fuerza de trabajo por un salario, quien por alguna razón ha sido orillado a las márgenes del sistema, vive, en efecto, “excomulgado”, así sea parcialmente.

Del mensaje de Einstein, esa es una de sus partes más significativas. De alguna manera, ofrece algunas pistas para identificar los males que todavía nos aquejan y cuáles podrían ser algunas vías para resolverlos.

https://pijamasurf.com/2022/08/albert_einstein_mensaje_posteridad_futuro_humanidad_feria_mundial_1939_nueva_york/

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