A lo largo de la historia, decenas de teóricos han propuesto algún tipo de utopía, esperando el giro histórico que lleve a la humanidad, por fin, a un paraíso en la Tierra. Frente a estos utopistas, los defensores del Realismo político sostienen que la naturaleza humana no es tan buena como parece y que a lo máximo que podemos aspirar es a una sociedad donde no nos matemos entre nosotros. Entre los realistas, el autor más importante es Thomas Hobbes.
Por Héctor Hernández Álvarez
Introducción al Realismo político
El Realismo político es una corriente de pensamiento estudiada en diversas disciplinas de las humanidades: Sociología, Política, Historia y, principalmente, desde el ámbito del Internacionalismo. Es considerada fundamentalmente una corriente de pensamiento dentro de la Filosofía política y de ahí surge su posibilidad de poder ser empleada en múltiples disciplinas.
Formalmente, el consenso académico ha situado el nacimiento del Realismo político como objeto de estudio en la obra Historia de la guerra del Peloponeso, de Tucídides, texto donde se narra la crudeza de la naturaleza humana. En dicho trabajo histórico (específicamente en el diálogo con los melios), se sugiere la siguiente idea fundamental: los fuertes hacen lo que quieren y los débiles sufren lo que tienen que sufrir.
Por supuesto, después de Tucídides, otros pensadores contribuyeron a la teoría del Realismo político. Entre ellos destaca, por poner un ejemplo, Maquiavelo, quien contribuyó al Realismo político desde una perspectiva pragmática. No obstante, fue Thomas Hobbes, en el siglo XVII, el primer pensador que formalmente se ocupó de desarrollar de manera amplia y filosófica al Realismo político clásico.
En su obra cumbre, Leviatán o la materia, forma y poder de un Estado eclesiástico y civil, analizó las bases fundamentales de la naturaleza humana y la relación que esta guarda con la conducta individualista. Así mismo, analizó al ser humano en comunidad, la conformación de los Estados y la necesidad de un poder que nos regule para evitar la guerra de todos contra todos. De ahí la importancia de centrarnos en Hobbes para entender lo mejor posible esta corriente filosófica.
El Realismo político es una corriente de pensamiento dentro de la Filosofía política. Sus orígenes pueden rastrarse en Tucídides, pero el autor más importante es Thomas Hobbes
Principales características
De lo dicho hasta aquí se destaca que la relevancia del Realismo político es atemporal y que ha constituido un bloque de pensamiento fundamental para el análisis de la vida en sociedad del ser humano. Por lo que, a continuación, me permito presentar un breviario acerca de las principales características de esta rama de la Filosofía política.
- El ser humano es egoísta por naturaleza: de acuerdo con esta premisa, a nivel biológico, el ser humano está diseñado para ser principalmente individualista. Los intereses propios son los que dictaminan la mayor parte de nuestro comportamiento. Hobbes afirmó que el ser humano se mueve de acuerdo con sus gustos, necesidades o amenazas. En este sentido, es el interés individual el que dictamina nuestras acciones.
- El estado natural del ser humano es el de la guerra permanente: cada ser humano debe relacionarse con otros seres humanos, pero —al ser egoísta y tener intereses— se enfrenta a otras personas que se oponen a su deseo. En este sentido, surge la frase «el hombre es el lobo para el hombre». Esta sentencia se refiere a que, en la cadena alimentaria, el ser humano solo puede ser depredador de su propia especie porque no existe un ser superior en inteligencia. A pesar de esta lucha, el ser humano debe convivir con otros seres humanos para satisfacerse así mismo. Debido a esto, el Realismo político es francamente pesimista.
- Se necesita de un Leviatán (o poder absoluto) para poder garantizar la supervivencia de la especie y su desarrollo: Hobbes declaraba que, debido a la naturaleza hostil de las personas, era necesaria una autoridad reguladora de su comportamiento. La solución que proponía era la creación del soberano para, mediante un contrato social, corregir el estado permanente de guerra general.
- La figura del soberano no cambia la naturaleza humana: Hobbes afirma que la naturaleza humana está condenada a seguir siendo la misma, por lo que la figura del Leviatán (soberano) no cambiaría esta condición, pero sí la limitaría por miedo a las repercusiones del castigo. En este aspecto, el contrato social de Hobbes se fundamenta en ceder parte de la libertad individual al soberano para la autoconservación y el desarrollo relativamente pacífico de las sociedades.
- El modelo político óptimo defendido por Hobbes es la monarquía absoluta: Hobbes escribió su obra maestra, Leviatán o la materia, forma y poder de un Estado eclesiástico y civil, en el siglo XVII. En aquella época, la monarquía absoluta representaba la forma más eficiente para mantener el orden social. Sin embargo, en la actualidad no hay un consenso entre realistas políticos acerca del modelo óptimo de gobierno. Pero se suelen sugerir modelos como el republicanismo, la democracia liberal o, inclusive, el de la democracia iliberal. El fin del Realismo político, en primera instancia, es el de garantizar supervivencia y orden social, para posteriormente poder desarrollarse. En este sentido, el modelo de gobierno es relativo, siempre que cumpla con estos objetivos fundamentales.
Para saber más sobre Filosofía política
El Realismo político en la actualidad
A manera de conclusión, se puede afirmar que el Realismo político ha marcado un antes y un después en la manera de analizar el comportamiento humano en la sociedad moderna. Temas tan complejos como la naturaleza humana, su conducta y la necesidad de un «mal necesario» (ejemplificado en la figura de un soberano) han derivado de sus múltiples análisis sociales. De ahí que esta teoría sirva y servirá para la construcción de sociedades más dignas, analíticas y eficientes.
Respecto a la situación actual del Realismo político, considero que la ciencia y la tecnología han avanzado mucho. Sin embargo, la naturaleza humana no se ha desarrollado al mismo ritmo. Por eso, y como tematiza el Realismo político, todavía encontramos hoy conflictos militares o males sociales, como la desigualdad y la pobreza generalizada, entre otras tantas problemáticas. Por supuesto, Hobbes fue quien desarrolló la teoría, pero muchos otros autores han contribuido a esta rama de pensamiento. Entre los contemporáneos más destacados tenemos a Hans Morgenthau y Henry Kissinger, quienes, de forma magistral, señalan como el Realismo político ha contribuido en la conformación de la realidad humana, la historia y el destino del mundo.
Sin duda, analizar al Realismo político es echar un vistazo a una perspectiva pesimista, pero francamente fascinante. Un abismo donde la propia esencia del ser humano sale a la luz por su propia oscuridad y donde Hobbes siempre tendrá un lugar asegurado en la historia de la filosofía. Su consulta es y será fundamental para entender la realidad del ser y del mundo tal como lo conocemos.
El Realismo político ha marcado un antes y un después en la manera de analizar el comportamiento humano en la sociedad moderna. Temas tan complejos como la naturaleza humana, su conducta y la necesidad de un «mal necesario» (ejemplificado en la figura de un soberano) han derivado de sus múltiples análisis sociales
Bibliografía sugerida
- Hobbes, T. Leviatán o la materia, forma y poder de un Estado eclesiástico y civil. Editorial Andrew Crooke. 1651.
- Kissinger, H. La diplomacia. Editorial Simon & Schuster. 1994.
- Maquiavelo, N. El Príncipe. Editorial Andría. 1532.
- Morgenthau, H. Política entre las naciones: la pugna entre el poder y la paz. Editorial NY. 1948.
- Tucídides. La historia de la guerra del Peloponeso. N.D. [Sin fecha].
Hobbes y el Realismo político: el mal en la naturaleza humana