Las distintas relaciones humanas pueden ser muy gratificantes, pero también desafiantes, sobre todo porque todo el tiempo se involucran emociones y, muchas veces, no estamos dispuestos a reconocerlas ni demostrarlas.
Cuando nos sentimos bloqueados emocionalmente, solemos actuar desde nuestro yo herido, la parte de nosotros que ha sido lastimada en el pasado. Entonces, nos cerramos emocionalmente para protegernos y evitar futuras heridas. Pero esto nos aleja de lo que más deseamos: amor, conexión, intimidad, ya que permanecemos atrapados en el ciclo de autoprotección.
Para acercarnos a los demás y mejorar nuestras relaciones al mejorar nuestra inteligencia emocional, podemos practicar la autoconciencia a través de herramientas de crecimiento personal, las cuales nos ayudan a estar más disponibles emocionalmente.
1. El espejo energético
Una forma de mejorar las relaciones es a través de la autoconciencia, pues si no nos comprendemos completamente a nosotros mismos, difícilmente podemos proyectarnos hacia los demás.
Cuando miramos las acciones de los demás como un espejo, podemos descubrir lo que su comportamiento nos dice sobre nosotros. El espejo energético es una práctica que puede recordarnos que nuestro mundo exterior es un reflejo de nuestro estado interior, es decir, atraemos lo que somos.
Para mejorar tu autoconocimiento, pregúntate: ¿Dónde me siento valorado y dónde no me siento honrado en esta asociación? ¿Cómo es esto un reflejo de mis propias necesidades insatisfechas y deseos personales?
Luego comprométete a satisfacer estas necesidades dentro de ti primero. Por ejemplo, si no te sientes apreciado en la conexión, pregúntate qué parte de ti mismo no aprecias. Luego comprométete a acercarte y honrarte más a ti mismo.
2. Aborda tus sentimientos a medida que ocurren
Este punto se refiere a que no debes negar, ocultar ni reprimir tus sentimientos y emociones, sino reconocerlos, externarlos, permitirte experimentarlos y dejarlos fluir.
Para ello, puedes desarrollar una práctica de atención plena. Puedes recurrir a las técnicas de respiración consciente, hacer una meditación de 10 a 15 minutos o escribir en un diario acerca de lo que sientes y lo que detonó esas emociones.
3. Muestra tu verdadero yo
Aprende a construir intimidad compartiendo tu verdadero yo. Eso significa que a medida que se establece la confianza con las personas con quienes te relacionas, puedes animarte a compartir cada vez más desde tu verdadero yo emocional.
Cuando hacemos todo lo posible para presentarnos con autenticidad y hablar abierta y honestamente a las personas más cercanas a nosotros, invitamos a otros a hacer lo mismo. Esta autenticidad mutua conduce a lazos emocionales más profundos y poderosos, y por consiguiente, permite que las relaciones sean más sinceras y saludables.
4. Conecta con tus valores y respétalos
Observa y analiza tus valores y ve cómo las personas que te rodean los reflejan o los desvían. Ten presente que, por ejemplo, sólo aceptamos el amor que creemos merecer, así que si después de reflexionar al respecto lo consideras necesario, reescribe tus valores y crea nuevas reglas para ti mismo.
Ya no eres el niño herido que no pudo satisfacer sus necesidades emocionales, sino que ahora, como adulto, debes acoger las emociones y valores enfocándote primero en el amor propio y conociendo tu verdadero valor.
Lo mejor que puedes hacer es tener claro cuáles son tus deseos, cómo quieres que te traten, cómo te sientes ahora y cómo te quieres sentir en tus diferentes relaciones. Al hacer esto, pueds hacer espacio para recibir en tu vida a las personas adecuadas, así como dejar ir a aquellas que no encajan contigo o que ya no aportan nada positivo o de valor a tu vida y tu crecimiento.
5. Propicia la retroalimentación
La retroalimentación nos ayuda a controlar mejor los comportamientos negativos. Por ello, es importante tomar en cuenta todos los puntos de vista dentro de una relación y no asumir ue nosotros siempre tenemos la razón o somos quienes actúan de la manera correcta, pues puede que a ojos de los demás involucrados no sea así.
Cuando des o recibas retroalimentación acerca de tus comportamientos, actitudes y reacciones, muéstrate accesible y responsable. Hablar de estos temas y poner límites mutuos ayuda a conectar más profundamente con los demás, así como a expresarse de manera vulnerable. Por otro lado, tomar en cuenta los comentarios de los demás te puede ayudar a mejorar tus conexiones, ya que da la oportunidad a todos los involucrados de expresarse y transmitir cualquier obstáculo o área de fricción.
Finalmente, no olvides que la vulnerabilidad construye la conexión. Cuando revelamos nuestros miedos, dudas y preocupaciones a los demás, podemos fortalecer nuestras conexiones y animar a otros a confiar en nosotros.
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