La espiritualidad como fortaleza

Por espiritualidad entendemos al conjunto de creencias y prácticas basadas en la convicción absoluta de que existe una dimensión no material de la vida. Psicológicamente estas creencias son importantes para la persona, ya que influyen en el significado que van construyendo y en la forma en la que establecen sus relaciones con los demás y con el mundo. La espiritualidad, a diferencia de la religión, se circunscribe al ámbito de lo privado, esa intimidad compartida entre el ser humano y lo divino.

La espiritualidad es una noción muy poco trabajada en la psicología clásica, pero la Psicología Positiva presta especial atención a su valor. Por espiritualidad no me estoy refiriendo a ninguna religión en particular, sino a una manera más profunda de ver la vida, de esa capacidad de tener fe, de poder conectarte con “algo” que sea más grande que uno mismo. La Psicología Positiva considera a la espiritualidad como una de las 24 fortalezas personales, ubicadas dentro de la virtud trascendencia. Esta virtud hace alusión a aquel conjunto de fortalezas que buscan fuera de uno mismo el conectarse con algo magnífico y permanente, conectarse con los demás, con el futuro, con lo divino, con el universo, con el futuro.

La espiritualidad, a diferencia de la religión, se circunscribe al ámbito de lo privado, esa intimidad compartida entre el ser humano y lo divino

Cristopher Peterson y Martin Seligman (padres de la Psicología Positiva) se basan en una serie de estudios donde se hacen patentes los beneficios de la espiritualidad. Al proporcionar un marco moral claro ayuda a crear significado y ofrece un sentido de propósito, esperanza y apoyo emocional. Ser espirituales puede dar fuerzas en los malos momentos por los que antes o después hay que pasar, ya sean enfermedades, pérdidas, u otras. La espiritualidad está asociada a la capacidad de perdonar, a la amabilidad y a la compasión.

Como cada una de las 24 fortalezas, la espiritualidad es algo que puede ser potenciada, si la poseemos podemos desarrollarla aún más y si carecemos de ella, podemos elegir comenzar a implementarla en nuestra cotidianeidad. Es importante que aprendamos a encontrar el equilibrio, un equilibrio que contemple una estabilidad física, mental y también emocional. Aprendamos a ser conscientes de nuestros errores, sopesar qué cosas tendríamos que mejorar por nuestro bien, qué cosas tenemos que trabajar para seguir creciendo como seres humanos.

Las mejores cosas en la vida no tienen por qué ser perfectas, a veces la felicidad se esconde en las cosas más sencillas

Nutrámonos de relaciones positivas, ayudemos a los demás sin dejar de cuidarnos, intentemos perdonar para poder liberarnos de esa carga emocional, disfrutemos del compartir. Las mejores cosas en la vida no tienen por qué ser perfectas, a veces la felicidad se esconde en las cosas más sencillas, esos buenos momentos, detalles que vamos teniendo en el día a día, esas palabras de aliento, el compartir, el permitirse sentir sano orgullo por uno mismo.

Una de las mejores maneras que tenemos para conectarnos con nosotros mismos, es tener tiempos de calidad a solas. Para algunos la meditación es muy buena para encontrar nuestro yo interior, para otros disfrutar de caminatas al aire libre, siendo conscientes de detalles sutiles como la brisa en los árboles, el calor del sol, o un cielo despejado.

El Dalai Lama en una de las tantas entrevistas que le realizó, compartía que existe una especie de espiritualidad básica que nada tiene que ver con las creencias religiosas, sino con otras cualidades, como por ejemplo la amabilidad, la compasión, la bondad y el servicio a los demás.

Una de las mejores maneras que tenemos para conectarnos con nosotros mismos, es tener tiempos de calidad a solas

El problema con la religión es que a veces en vez de unirnos como humanidad nos separa, nos quedamos atascados a una única verdad que consideramos certera y no hacemos espacio a otras perspectivas. En cambio, la espiritualidad es un concepto amplio que hace referencia a estas vitales cualidades que todos deberíamos practicar y cultivar, en pos de alcanzar una sociedad con menos problemáticas y más feliz.

Ellisesu en su libro” Una terapia breve más profunda y duradera”, plantea una serie de ventajas que presenta tener una creencia. Así los credos religiosos y espirituales (en el sentido más amplio) incluyen reglas morales que favorecen el bienestar individual y social. Si se cree que un dios o una creencia espiritual ayuda a superar los problemas, es probable que alguien se comporte de una manera menos ansiosa y deprimida que si no contara con esta ayuda.

Inteligencia espiritual

Danah Zohar y Ian Marshall han propuesto el concepto de inteligencia espiritual, que definen como “la inteligencia con que afrontamos y resolvemos problemas de significados y valores”, la inteligencia con que podemos poner nuestros actos y experiencias en un contexto más amplio y rico de significados y valores, la inteligencia con que podemos determinar que un curso de acción o un camino vital es más valioso que otro”.

La inteligencia espiritual potencia capacidades como la serenidad, la observación desapegada de lo que ocurre, la ecuanimidad, la libertad interior o la compasión

Significa experimentar que somos más que nuestros pensamientos y emociones y que, cuando accedemos a esa dimensión, todo es percibido de un modo radicalmente nuevo. La inteligencia espiritual potencia capacidades como la serenidad, la observación desapegada de lo que ocurre, la ecuanimidad, la libertad interior o la compasión.

Para estos autores la inteligencia espiritual se distingue por las siguientes características:

• Poseer un alto nivel de conciencia de sí mismo.

• Capacidad de ser flexible en las propias ideas y opiniones.

• Capacidad de afrontar y trascender el dolor y el sufrimiento y aprender de ello.

• La capacidad de ver a distancia un problema, ubicándolo en un contexto más amplio.

• Tendencia a ver las relaciones y conexiones entre las cosas (holismo).

• Actuar sin causar daños innecesarios y tener una empatía profunda.

• Marcada tendencia a comprender las cosas y llegar al fondo de ellas, al por qué de las mismas, a su sentido, y a pretender respuestas fundamentales.

• Facilidad para resistirse a los criterios de las mayorías y sostener y actuar conforme a los principios y convicciones personales.

• Tener sentido de la vocación: sentirse llamado a servir, a darle algo a cambio a los demás y al mundo.

Por último, compartir esta reflexión de Deepak Chopra, escritor Hindú actual, “La conciencia espiritual se desarrolla cuando eres flexible, espontáneo, desapegado y amable con los demás».

https://www.nuevatribuna.es/articulo/cultura—ocio/psicologia-espiritualidad-fortaleza-antropologia-felicidad/20221123124611205269.html

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