Aprovechando el título del último artículo publicado, me gustaría hablar sobre las 8 preocupaciones mundanas.
Buda nos advierte sobre la necesidad de dejar nuestras preocupaciones mundanas y ser así más sabios.
Las 8 preocupaciones mundanas van por pares. El primer par lo podíamos llamar Ganancias y perdidas. Nos preocupamos por conseguir la mayor ganancia y evitar las perdidas, entendidas estas en un amplio espectro material y emocional. Deberíamos perseguir la ecuanimidad, es decir la capacidad de reaccionar con tranquilidad y equilibrio mental ante las ganancias y perdidas, en vez de ser una montaña rusa, que salta o se hunde.
El segundo par de preocupaciones lo llamaremos, que las cosas vayan bien o que las cosas vayan mal. En la sociedad del postureo, es obligatorio sonreír y ser feliz. Lo triste está prohibido, y se sufre en silencio a escondidas. Durante nuestra vida, lo normal es que encontremos más cosas malas que buenas, así es el samsara. No admitirlo es ignorancia. mentira… Los amigos de verdad, esos que vemos y tocamos son los que conocen nuestras cosas, las buenas y las malas, y siguen siendo amigos.
El tercer par de preocupaciones, La alabanza y la crítica. ¡ Qué no daríamos por un «me gusta» y cuando detestamos lo contrario. Nos gusta mucho criticar pero tenemos poca tolerancia a las críticas de los demás. La sabiduría nos enseña que cada persona cambia en cada instante y por tanto lo digno de elogio, se vuelve critica extrema. Somos impermanencia y ante esto, sólo cabe la paciencia y mucha mesura.
El cuarto y último par de preocupaciones. Las buenas y malas noticias. El término bueno o malo es tremendamente subjetivo. Se puede calificar uno u otro según tengamos en cuenta diferentes facetas de lo mismo. Enarbolamos la bandera de lo bueno y luchamos contra lo malo, pero lo nefasto es que no diferenciamos bien estos términos y nos dejamos llevar. La sabiduría nos enseña que en todo fenómeno que observamos, hay bueno y malo. y que lo bueno y lo malo no depende del fenómeno en si, sino de nuestra percepción. Lo bueno y lo malo está en nuestro interior.
Quizás ahora, después de leer el artículo, si miramos el título lo miremos de forma diferente.
maestroviejo