Descubre cuáles son algunas de las prácticas estándar y legales que los animales en granjas se ven obligados a soportar cada día
Muy poca gente sabe realmente lo que les ocurre a los animales en las granjas industriales. Por eso en Igualdad Animal nos dedicamos a exponer la realidad mediante investigaciones encubiertas.
Impactadas por la crueldad de la que son testigo, las personas que ven nuestras investigaciones a menudo piensan que lo que estamos documentando es ilegal. Sin embargo, muchas de las prácticas abusivas que nuestras investigaciones sacan a la luz son en realidad legales.
Debido al espacio que necesitan, las granjas industriales y los mataderos suelen construirse lejos de zonas habitadas. No tienen ventanas ni hay pistas arquitectónicas de lo que ocurre en su interior.
La industria ganadera es muy consciente de que estas prácticas crueles no serían aceptadas por el público en general. Por eso invierten millones en campañas de marketing que muestran a los animales paseando felices por la hierba. Nada más lejos de la realidad.
Estas son algunas de las prácticas estándar y legales que los animales en granjas se ven obligados a soportar cada día:
- Inseminación artificial
- Madres enjauladas
- Separación prematura de madres y crías
- Mutilaciones dolorosas
- Crecimiento antinatural
- Jaulas superpobladas
- Sin comida ni agua durante días en el transporte de animales vivos
- El proceso de sacrificio
- Animales sacrificados justo después de nacer
Inseminación artificial
La inseminación artificial consiste en la recogida de espermatozoides de un animal macho que se depositan manualmente en el órgano reproductor de una hembra. Los animales de granja sometidos a esta práctica son las vacas, las hembras de cerdo, las ovejas y los pavos.
El proceso requiere que los ganaderos introduzcan un catéter en el interior del animal. En el caso de las hembras de cerdo, en particular, los catéteres insertados incorrectamente podrían penetrar en la vejiga y causar infecciones.
Las hembras utilizadas para la cría se ven obligadas a someterse a este penoso proceso una y otra vez durante años. No es raro que desarrollen infecciones en la vulva como resultado de repetidos embarazos.
Madres enjauladas
En la industria porcina, las cerdas están confinadas en jaulas hasta 4 meses durante su gestación. Una semana antes del parto, se las obliga a entrar en otra jaula, donde permanecerán durante todo el parto de los lechones y mientras los amamantan. Una vez destetadas y alejadas de sus lechones, son obligadas a volver a estas jaulas para repetir el doloroso ciclo.
En estas diminutas jaulas, la cerda no puede moverse ni darse la vuelta, y mucho menos alimentar a sus bebés. Debido al espacio extremadamente limitado, una madre puede aplastar accidentalmente a sus bebés con su propio peso.
Dado el fuerte vínculo que las cerdas forman con sus crías, las jaulas les causan una gran angustia psicológica.
Además, como estas madres no pueden moverse dentro de las jaulas, se ven obligadas a permanecer de pie y tumbadas sobre sus propios excrementos. Se ha demostrado que esto provoca infecciones graves que a menudo no se tratan.
Separación prematura de madres y crías
Ya sea para producir carne o leche, en las granjas industriales se separa a las madres de sus hijos poco después de nacer.
Al igual que los humanos, las vacas solo producen leche para sus hijos. Para que la industria se quede con su leche, el bebé de una vaca es separado de ella tan solo 24 horas después de dar a luz. Esto les causa a ambos una gran angustia psicológica.
Tras ser arrancado de su madre, el ternero pasará los dos primeros meses de su vida en confinamiento extremo y alimentado con un sustituto de la leche. La leche que produce su madre se venderá para el consumo humano y la industria láctea se beneficiará de ella.
Las vacas utilizadas para la producción láctea pasan por este proceso durante toda su vida hasta que son incapaces de producir leche. Entonces son enviadas al matadero para sufrir el mismo destino que otros animales utilizados para carne.
Una cerda madre amamanta a sus lechones de forma natural hasta que tienen entre 10 y 17 semanas. En las granjas industriales, los lechones son separados de su madre cuando solo tienen 3 semanas. Esta separación es muy angustiosa tanto para la madre como para los lechones, a los que se oye llorar.
Separar a las madres de sus crías les causa sufrimiento. Se priva a los animales de la libertad de expresar sus comportamientos naturales y desarrollar vínculos con sus familias.
Mutilaciones dolorosas
La amputación de la cola es la extirpación de parte de la cola del cerdo para reducir el riesgo de que los cerdos se muerdan la cola entre sí.
La mordedura de cola es consecuencia del estrés psicológico y físico al que se somete a los cerdos en las granjas industriales. Este estrés se debe a que viven hacinados en naves con espacio limitado.
A través de nuestras investigaciones hemos comprobado que los ganaderos cortan sistemáticamente las colas de los lechones sin utilizar anestesia.
El recorte de dientes consiste en eliminar o triturar los extremos afilados de los dientes en forma de aguja de los lechones para reducir la posibilidad de que lesionen los pezones de su madre durante la lactancia y a otros lechones.
En muchas de nuestras investigaciones dentro de las granjas porcinas, hemos descubierto que los granjeros recortan rutinariamente los dientes de los lechones sin darles ningún alivio para el dolor.
Muchos lechones desarrollan infecciones en las encías debido a que el procedimiento se lleva a cabo sin los cuidados adecuados.
La castración se lleva a cabo en algunos cerdos y terneros. En los terneros, la castración se realiza para facilitar el manejo de los animales y evitar apareamientos accidentales.
El descornado es la extirpación de los cuernos en las vacas. Se realiza para reducir el riesgo de lesiones a los trabajadores y a otros animales. El método de descornado más utilizado es el uso de un hierro caliente para quemar el tejido que produce las yemas de los cuernos.
Crecimiento antinatural
La ganadería industrial requiere la selección de razas de crecimiento rápido para maximizar la producción. Los animales, como los pollos, se crían para que crezcan a una velocidad antinatural, lo que les provoca problemas fisiológicos.
Cojera, infecciones, huesos debilitados o rotos y fallos orgánicos son problemas de salud comunes en los animales criados en granjas industriales. Para mantenerlos vivos el tiempo suficiente para ser sacrificados, los animales enfermos y heridos pueden recibir antibióticos.
Los pollos son los animales terrestres más maltratados del planeta. Alrededor del 25% de los pollos de granja sufren cojeras dolorosas. Muchos de ellos son incapaces de ponerse de pie o caminar, lo que les obliga a sentarse en sus propios excrementos, que a menudo les queman la piel.
Jaulas superpobladas
Los animales encerrados en jaulas sufren grandes trastornos psicológicos y físicos. Se les obliga a vivir en condiciones inmundas, con un espacio mínimo para moverse. En estos espacios superpoblados, las gallinas son incapaces de desarrollar jerarquías sociales o escapar a comportamientos de acoso.
A menudo son aplastadas o pisoteadas por otras en la misma jaula. Las gallinas utilizadas para la producción de huevos viven hacinadas en espacios del tamaño de una hoja de papel.
Animales abandonados sin comida ni agua durante días durante el transporte de animales vivos
Cada año, millones de animales en granjas -incluidos cerdos, vacas y terneros, ovejas y cabras- son transportados cientos o incluso miles de kilómetros por tierra o mar, solo para ser utilizados para la cría o sacrificados en su destino.
Las condiciones en que son transportados son espantosas y pueden exponer a los animales a un sufrimiento prolongado. Muchos mueren antes de llegar al matadero.
Los vehículos suelen ir abarrotados, lo que provoca que se pisen o se lesionen unos a otros. Además, los animales suelen permanecer hasta 48 horas sin comida ni agua, lo que provoca su deshidratación.
A menudo se producen accidentes o problemas técnicos durante estos largos viajes, que también provocan lesiones o la muerte.
El proceso de sacrificio: aturdimiento por gas, baños de agua eléctricos y sacrificio de vacas preñadas
La mayoría de los animales sacrificados en mataderos son jóvenes, incluso crías. Los lechones se sacrifican cuando tienen 6 meses; los pollos criados por su carne se matan a las 6 semanas; y muchos terneros macho de las granjas lecheras se matan para ternera con solo uno o dos días de vida.
Según datos de la Autoridad Europea de Seguridad Alimentaria (EFSA), el 3% de las vacas utilizadas para producir leche en Europa llega al matadero en avanzado estado de gestación.
Actualmente en España hay 826.067 de estas vacas, lo que supone que 24.782 de ellas van a ser sacrificadas estando en la última etapa de embarazo. Algo que también sucede con las cerdas o las ovejas.
Estas prácticas distan mucho de ser compasivas y se asemejan más a una cadena de producción de mercancías que a seres vivos y sensibles.
Las vacas son aturdidas con una pistola de perno cautivo. Una vez aturdidas, salen rodando del corral. Se las encadena por una pata y se las sube a un transportador aéreo para trasladarlas a la “zona de desangrado”. Allí se les corta la garganta y se les deja desangrarse.
El aturdimiento puede ser ineficaz y algunas vacas son degolladas cuando aún están plenamente conscientes.
Cerdos
Para aturdir a los cerdos se utiliza una corriente eléctrica o una alta concentración de gas carbónico.
Este último método consiste en bajar a los cerdos en grupos a una cámara que contiene una concentración mínima del 70% de dióxido de carbono en el aire, donde se les deja hasta que mueren.
Mientras están en estas cámaras de gas, los cerdos jadean desesperadamente e intentan escapar. Una vez muertos, son encadenados por una pata, levantados y desangrados.
Pollos
Los pollos se sacrifican mediante baños de agua eléctricos o con gas. Para el aturdimiento por baño de agua eléctrico, los pollos son colgados por ambas patas a una línea de grilletes en movimiento.
En la linea son llevados al baño de agua, donde sus cabezas se balancean en el agua electrificada. Este proceso es extremadamente estresante y doloroso para los pollos.
Una vez que salen del baño de agua, se les desangra el cuello. Muchas aves levantan la cabeza para evitar el agua electrificada y, por tanto, son sacrificadas cuando aún están conscientes.
Como han revelado nuestras investigaciones, el aturdimiento no siempre es eficaz en el momento del sacrificio y muchos animales son sacrificados mientras aún están conscientes.
Peces
Los peces son sacrificados utilizando diferentes métodos, entre los que se encuentran la asfixia fuera del agua, la exposición al dióxido de carbono, la exposición a temperaturas muy bajas en un lecho de hielo y el sangrado sin aturdimiento.
Estos procedimientos tardan varios minutos en inducir la insensibilidad y son extremadamente crueles.
Los métodos de aturdimiento eléctrico y por percusión para peces son cada vez más comunes. Los sistemas eléctricos actuales incluyen sistemas de aturdimiento por baño de agua, que hacen pasar a los peces por agua electrificada para aturdirlos.
Lamentablemente, como reveló nuestra investigación en el interior de un matadero estadounidense de siluros, no se toman medidas detalladas para los peces en el momento del sacrificio, lo que provoca un sufrimiento prolongado durante el tiempo que tardan en morir.
Animales sacrificados nada más nacer
La ganadería se rige por el afán de lucro y, por tanto, se descarta a todo aquel que la industria considera inútil.
Este es el caso de los miles de millones de pollitos machos de la industria del huevo, que son triturados vivos inmediatamente después de nacer, ya que son incapaces de producir huevos.
También son considerados inútiles por la industria cárnica porque son incapaces de crecer tan rápido como la industria requiere para ser rentable.
El mismo trágico destino se aplica a los terneros machos nacidos en la industria láctea, incapaces de producir leche. A menudo se les dispara un día después de nacer.
Cada uno de nosotros y nosotras tenemos el poder para ayudar a poner fin al maltrato que padecen los animales en granjas y mataderos eligiendo opciones vegetales en nuestra alimentación.
Nuestro trabajo de investigación abre una ventana a las granjas industriales, sacando a la luz la crueldad a la que son sometidos estos animales cada día. También revela cómo no se respetan las leyes vigentes para proteger a los animales.
Por eso nuestras investigaciones son cruciales. Nos proporcionan las pruebas que necesitamos para convencer a los gobiernos de que actúen en defensa de los animales en granjas.
Hay millones de animales que están pasando por esto ahora mismo y tú tienes el poder de defenderlos y hacer que esto se detenga. Apoya hoy nuestro trabajo.
Adaptado del original en inglés escrito por Claire Roberson, coordinadora de comunicaciones en Igualdad Animal Estados Unidos.
https://www.eldiario.es/caballodenietzsche/publicidad-industria-carnica-derechos-animales-granjas-animales-cerdos-vacas-pollos_132_9876909.html