Explorar las lunas de hielo de Júpiter será una de las misiones espaciales más ambiciosas de Europa. La misión de Europa a las lunas heladas de Júpiter ya está lista para su lanzamiento.
En Toulouse, Francia, el satélite Juice se somete a las pruebas finales antes de ser transportado al sitio de lanzamiento de América del Sur.
Se espera que abandone la Tierra en abril, informa BBC News .La nave espacial de seis toneladas utilizará un sofisticado conjunto de equipos durante una serie de sobrevuelos de Calisto, Ganímedes y Europa para determinar si alguno de estos planetas es habitable.
Esto puede parecer caprichoso. El sistema joviano está lejos del Sol y solo recibe una cuarta parte de la luz que cae sobre la Tierra, ya que se encuentra en los fríos límites exteriores del Sistema Solar.
Sin embargo, debido al empuje y atracción gravitacional que el planeta gigante ejerce sobre sus lunas, estas tienen el calor y la energía para contener grandes cantidades de agua líquida en las profundidades. Y en la Tierra, somos conscientes de que la vida puede florecer en cualquier lugar donde haya agua.
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Prof. Emma Bunce: Las lunas podrían ser una nueva zona de «Ricitos de oro» para la vida
“En el caso de Europa, se cree que hay un océano profundo, quizás de 100 km de profundidad, debajo de su capa de hielo”, dijo la profesora Emma Bunce de la Universidad de Leicester en el Reino Unido.
“Esa profundidad del océano es 10 veces mayor que la del océano más profundo de la Tierra, y creemos que el océano está en contacto con un suelo rocoso. Eso proporciona un escenario donde hay una mezcla y una química interesante”, dijo el investigador a BBC News.
Es un viaje de 6.600 millones de kilómetros que llevará 8,5 años.
Establezca su calendario para julio de 2031. El jugo llegará a Júpiter en ese momento. A partir de entonces, volará alrededor de las tres lunas 35 veces antes de asentarse permanentemente alrededor de Ganímedes a fines de 2034.
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MIRA: Las lunas más grandes de Júpiter (Calisto, Ganímedes, Europa e Io) orbitan el planeta (Crédito: Nasa/SwRI)
El equipo de desarrollo de la Agencia Espacial Europea (Esa) que supervisa a Juice realizó una importante evaluación esta semana y confirmó que el proyecto estaba listo para su lanzamiento.
Airbus lidera el desarrollo del JUpiter ICy moons Explorer de 1.600 millones de euros (1.400 millones de libras esterlinas; 1.700 millones de dólares).
El fabricante obtuvo componentes y experiencia de todo el continente.
Ahora todo está ensamblado, incluso la colección de diez herramientas científicas de Juice.
“Tenemos varias cámaras de alta resolución en esta sonda en todas las longitudes de onda posibles: en infrarrojo, visible y ultravioleta”, afirmó el ingeniero Cyril Cavel, señalando una colección de cajas que cuelgan de un lado del satélite plateado y negro.
“Puedes ver todos estos instrumentos debajo de cubiertas protectoras transparentes. El telescopio visible de alta resolución, que se llama Janus, tomará fotografías fantásticas muy cerca de las lunas porque haremos sobrevuelos a solo 400 km de altitud. Serán tomas impresionantes”, dijo el gerente de proyecto de Airbus Juice.
El radar también verá las lunas; lidar, un dispositivo de medición láser, creará mapas 3D de sus superficies; los magnetómetros mapearán sus complicados entornos eléctricos y magnéticos; y los sensores recopilarán datos de las partículas que zumban a su alrededor.
Juice no buscará «biomarcadores» específicos ni intentará encontrar peces extraterrestres en las profundidades del océano. Su objetivo es descubrir más sobre el potencial de habitabilidad, que futuras misiones podrían examinar más a fondo. Los científicos han considerado durante mucho tiempo aterrizar en una de las lunas congeladas de Júpiter para excavar a través de su corteza hasta el agua debajo.
Eso podría suceder algún día, quizás en la segunda mitad del siglo XX.
Trabajar en el Sistema Solar exterior requiere paciencia. Las órbitas de la Tierra y Júpiter están separadas «solo» por 600 millones de kilómetros, pero ir directamente es imposible sin un cohete masivo. Y, aunque el Ariane 5 de Europa es poderoso, carece de ese tipo de masa.
En cambio, enviará a Juice por un camino indirecto, utilizando la gravedad de Venus y la Tierra para catapultar la sonda hacia el gigante gaseoso.
El jugo está diseñado al estilo de un tanque con aire acondicionado.
Sin protección, su electrónica se deterioraría rápidamente con la fuerte radiación que fluye alrededor de Júpiter. Durante el largo viaje hacia Venus y luego hacia el gigante gaseoso, las temperaturas en el exterior del satélite oscilarán entre 250C y -230C.
“Tenemos dos grandes bóvedas dentro de la nave espacial para proteger las computadoras de la radiación y mantenerlas a través de una red de tuberías al mismo nivel de temperatura”, dijo la arquitecta térmica Séverine Deschamps.
“Lo mismo es cierto para el sistema de propulsión. Su funcionamiento se tiene que mantener alrededor de los 20C, bastante cálidos, para conseguir un buen nivel de rendimiento al disparar.”
La NASA, la agencia espacial estadounidense, está desplegando su propio satélite Clipper.
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Aunque dejará la Tierra después de Juice, debería llegar antes que su contraparte europea. Se concentrará en Europa.
Los dos satélites formarán una asociación formidable.
«Se obtiene una comprensión mucho más profunda al tener a los dos allí juntos, y se eliminan algunas conjeturas sobre lo que está pasando», dijo la profesora Michelle Dougherty, investigadora principal del instrumento magnetómetro de Juice.
“Será interesante, por ejemplo, cuando Clipper pase por Europa si hay un penacho proveniente de la luna. Clipper realizará las mediciones de cerca, pero Juice observará a distancia para ver qué impacto tiene en el medio ambiente alrededor de Europa y si obtenemos puntos más grandes en las luces de las auroras de Júpiter”.