Con unos 50.000 miembros en varios países, la pandilla ’18’ o ‘Mara Barrio 18’ había comenzado a extender sus tentáculos en España. Enemiga de la ‘Mara Salvatrucha 13’ en las calles de Los Ángeles y otras ciudades de Estados Unidos y Centroamérica, esta banda organizada tiene parte de responsabilidad en que en los países donde opera tengan los índices más altos de homicidios. En España, donde se han asentado bandas juveniles de origen similar, como los desactivados Ñetas y Latin King o los actuales DDP y Trinitarios, no se había detectado la aparición de estas transnacionales del crimen. Hasta ahora.
Desde agosto, una decena de personas, entre las que había hombres y mujeres, comenzó a conformar una ‘clica’, como se llama a la célula inicial en una región, con la que pretendían expandirse. Acumulaban dinero en efectivo y armas blancas. La Policía Nacional siguió sus pasos, una vez que les detectaron en colaboración con el grupo Joint Task Force Vulcan, dedicado a perseguir a las Maras en Estados Unidos, El Salvador, México o Guatemala. La pandilla había comenzado “una intensa actividad delictiva y de captación y adoctrinamiento de menores de edad en centros educativos y zonas de ocio juvenil”, indica la Policía Nacional, al anunciar la desarticulación de esta nueva estructura este viernes. “La finalidad de estas actividades era conformar un férreo grupo con el que controlar, mediante el uso de la violencia, lo que consideran su territorio”.
La pandilla había comenzado con la consolidación de los líderes, quienes ya habían logrado captar “soldados”, miembros de “pleno derecho” de la ’18’. Entre los 15 detenidos había también “paisas” o aspirantes, que no habían superado aún el rito de iniciación, que consiste en “recibir una paliza propinada por los propios miembros de la banda durante 18 segundos”. Más que los característicos tatuajes que les ha hecho reconocibles en las ciudades y cárceles donde se han consolidado tanto la ‘Salvatrucha’ como la ’18’, sus distintivos aquí se portaban en crucifijos y camisetas con calaveras, dragones y otros símbolos. “Loyalty”, grabada en el pecho, es uno de sus lemas.
Códigos y roles
Es la primera vez que se actúa contra una Mara en España, un grupo que en estos meses ya había logrado establecer sus jerarquías, estructura, “roles muy definidos y un rígido código de conducta cuyo incumplimiento acarrearía severos castigos”. Ya habían establecido su territorio, sobre todo en Barcelona, que protegían y expandían mediante “amenazas, lesiones, tráfico de estupefacientes o delitos contra el patrimonio”, explica la Policía Nacional. “Este control tiene como finalidad la comisión de actos ilícitos para su financiación y la eliminación de otras bandas, para no tener competencia, y de testigos, para evitar sus testimonios. La pandilla utilizaba las redes sociales para ensalzar los actos realizados por la ‘clica’, hacer proselitismo y amenazar a grupos rivales”.
Gracias a esta operación, en la que participó también la Guardia Urbana en Barcelona, se reunieron pruebas para acusarles de pertenencia a organización criminal, delitos contra la salud pública, lesiones y amenazas. Entre el material incautado en los siete registros efectuados en ciudad de Barcelona y Hospitalet de Llobregat se cuenta “indumentaria y simbología vinculada con la Mara Pandilla Barrio 18, documentación, armas blancas, dinero en efectivo y material informático”.