Máquina del tiempo oculta en un cementerio de Londres

Existe una misteriosa leyenda sobre una máquina del tiempo oculta en el Cementerio de Brompton, una de las necrópolis más antiguas y grandes de Gran Bretaña. Fundado en 1840, este panteón abarca más de dieciséis hectáreas y es un auténtico jardín repleto de sepulturas. Allí es posible encontrar lápidas de granito blanco extremadamente cuidadas y otras construidas con materiales más baratos que ya evidencian el paso del tiempo.

maquina del tiempo oculta en el Cementerio de Brompton

Además, en Brompton abundan los mausoleos de estilo victoriano y estatuas meticulosamente talladas. Cualquier arquitecto o escultor quedaría maravillado con esta galería a cielo abierto. Aunque, en el Cementerio de Brompton existe una tumba que se destaca del resto. Tanto por su historia, como por el imponente diseño que no tiene igual dentro de esta necrópolis.

La máquina del tiempo oculta en el Cementerio de Brompton.

Es fácil identificarlo, pues se trata de un mausoleo increíblemente detallado. Con un estilo que evoca a los antiguos monumentos egipcios, esta edificación se hizo con granito blanco pulido y tiene más de seis metros de altura. Tal vez, la característica más distintiva es una pequeña pirámide en la cima. La entrada está protegida por un grueso portón de bronce con intrincados detalles místicos.

Por si fuera poco, en todas las paredes del mausoleo se pueden encontrar diversas inscripciones y jeroglíficos. Cualquiera que lo observa por primera vez es invadido por un aura de grandeza y misterio, aunque también por la nostalgia que produce la decadencia del opulento periodo victoriano.

Su inusual aspecto ha inspirado toda clase de rumores, incluso uno donde se asegura que al interior se resguarda una máquina del tiempo.

Maquina del tiempo oculta mausoleo de Hannah Courtoy

Hannah Courtoy y su obsesión por la egiptología.

Los registros del Cementerio de Brompton señalan que este lujoso mausoleo pertenecía a Hannah Courtoy, una acaudalada y excéntrica heredera del siglo XIX. Lo de excéntrica es porque heredó una gigantesca fortuna tras la muerte de John Courtoy, un rico y anciano comerciante de Inglaterra. Hannah trabajaba como ama de llaves para este personaje, aunque los rumores en la época decían que era su amante.

Aunque nunca se les vio juntos y mucho menos contrajeron matrimonio, Hannah Courtoy tuvo tres hijas de las que nunca se supo el nombre del padre. Una vez más, las malas lenguas adjudicaban la paternidad de estas pequeñas al septuagenario John Courtoy. Otro dato peculiar sobre Hannah es la clase de personas con que se relacionaba. Individuos sumamente extraños, por decir lo menos.

Joseph Bonomi y Alfred Warner.

Uno de sus amigos era Joseph Bonomi el viejo, un egiptólogo y arquitecto que despertó en la mujer una extraña fascinación por la cultura egipcia. Dicen que podían conversar durante horas sobre el Antiguo Egipto, pues Hannah vivía obsesionada con el tema. Este es uno de los motivos por los que encomendó la construcción de un mausoleo con detalles egipcios. Bonomi y otro personaje llamado Samuel Alfred Warner se habrían encargado de diseñar la estructura.

Joseph Bonomi
Joseph Bonomi y otro mausoleo con forma de pirámide diseñado por el arquitecto.

Alfred Warner era una especie de “científico loco” obsesionado con las armas. Se jactaba de diseñar toda clase de dispositivo armamentístico altamente avanzado, como aquel al que apodó el “caparazón invisible”. Aseguraba que se trataba de un explosivo del tamaño de un huevo, que podía armarse y lanzarse con un simple globo, para finalmente activarse remotamente diezmando a las naves enemigas.

También habría concebido un submarino tubular capaz de transportar cargas explosivas. Según Warner, demostró exitosamente la función de este dispositivo submarino una sola vez en 1844, durante una prueba en el Canal de la Mancha. Básicamente, el sujeto se adjudicaba la creación del primer torpedo de la historia.

Aseguraba que diseñaba y construía toda una variedad de artilugios militares muy adelantados para su época, aunque sus detractores no lo bajaban de charlatán.

La construcción de la máquina del tiempo por Bonomi y Warner.

Por otro lado, existe evidencia de que Alfred Warner poseía un conocimiento técnico inusual para su época. Además, cuando empezó a colaborar con Bonomi propuso cosas aún más locas. La historia dice que, mientras intentaba descifrar una serie de complejos jeroglíficos, Bonomi descubrió unos papiros donde se detallaba la construcción de una máquina que posibilitaba los viajes por el tiempo.

No hay mucha información sobre esto, pero los rumores dicen que estos papiros se los vendió un contrabandista de antigüedades que los localizó en unas ruinas de Menfis. Bonomi tenía suficiente conocimiento para leer los esquemas, pero carecía del talento técnico para llevar esa máquina a la realidad. Entonces, su colaboración con Alfred Warner habría posibilitado esta hazaña.

Maquina del tiempo oculta en un cementerio de Londres1

Por esa época, la familia Courtoy ya había contratado a Bonomi para realizar el mausoleo en el Cementerio de Brompton. Según los rumores, el egiptólogo aprovechó la tranquilidad del lugar para construir la máquina del tiempo junto a Warner. Pero, más allá de los rumores es un hecho que estos dos personajes trabajaron en la construcción del peculiar mausoleo.

Situación que resulta bastante atípica y extraña. Esto no hizo más que fortalecer la hipótesis de que el par desarrollaba algo mucho más secreto y avanzado.

La desafortunada muerte de los creadores.

Desafortunadamente, Hannah Courtoy falleció bajo circunstancias misteriosas en 1849, cinco años antes de que se terminara de construir el mausoleo. Pero, eventualmente trasladaron sus restos a este lugar. En 1853, Alfred Warner también muere de forma inesperada. Algunos rumores dicen que lo silenciaron por su conocimiento sobre tecnología avanzada. Pero, otros dicen que amenazó a Bonomi con revelar lo que estaban haciendo y el egiptólogo lo mandó a matar.

La gente cercana a Warner se percató de que, en sus últimos días, el científico se comportó de forma extraña. Temía que terceras personas tomaran represalias contra él. Cuando un amigo le preguntó a qué se debía su paranoia, Alfred Warner le respondió: “la humanidad jamás me lo perdonará”.

El científico habría perecido a causa de una severa intoxicación alimentaria, aunque muchos sospechaban que lo envenenaron. Por cierto, lo sepultaron a unos cuantos metros del mausoleo de Courtoy.

La leyenda de la máquina del tiempo oculta en Londres.

Joseph Bonomi murió muchos años después, en 1878. Pasó sus últimos años escribiendo una especie de tratado de contenido desconocido. El material, redactado íntegramente con jeroglíficos, se desvaneció misteriosamente tras la muerte del arquitecto. En su tumba, también próxima al mausoleo Courtoy, tallaron una inscripción dedicada a Anubis, la deidad egipcia que rige la vida después de la muerte.

Además, colocaron un busto del mismo dios mirando hacia el mausoleo que Bonomi ayudó a edificar. Se dice que el arquitecto dejó instrucciones específicas de cómo quería que lo enterraran, pero se desconoce si su voluntad se cumplió. Una de las solicitudes era que lo sometieran a un embalsamamiento parecido a la momificación, pues buscaba que le retiraran los órganos y los dispusieran en vasos canopo​s.

Tras la construcción del mausoleo y la muerte de los responsables, las leyendas en torno a este lugar se salieron de control.

Sucesos paranormales y otras leyendas.

Solo imagina lo extraño que resulta que un arquitecto amante de la egiptología colabore con un “diseñador de armas” en la construcción de un mausoleo. Además, aún más inexplicable es el hecho que la construcción tardó demasiado en terminarse y el costo superó por mucho al de recintos del mismo tamaño. Finalmente, cuando este mausoleo se terminó empezaron a suceder cosas extrañas en ese cementerio.

La leyenda del mausoleo Courtoy

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Resulta que estaba estratégicamente ubicado en una encrucijada, un lugar bastante popular en Brompton por la supuesta aparición de fantasmas y espectros que se materializaban frente a los visitantes. De hecho, originalmente la administración del lugar no planeaba construir un mausoleo en este sitio. Sin embargo, Joseph Bonomi entregó una serie de sobornos y se salió con la suya.

Una de las teorías es que, en ese preciso punto, convergen dos o más Líneas de Ley, rutas invisibles de energía mística que supuestamente cubren la Tierra. Por otro lado, algunos ocultistas afirmaban que en este sitio se producía un choque de dos realidades, entre el mundo de los vivos y el de los muertos. Y al edificar el mausoleo en ese espacio, la estructura estaría constantemente impregnada con energía sobrenatural.

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