Oriana Rivas.- La sustracción forzada de órganos en China parece haber llegado a un nuevo nivel luego de décadas de denuncias y de reportes elaborados de forma independiente y por organismos internacionales. El motivo de tal sospecha es que médicos del Hospital Renji de la Universidad Jiao Tong, en Shanghái, publicaron un artículo sobre el trasplante de riñones de bebés prematuros a receptores adultos.
Los recién nacidos en cuestión pesaban menos de 1,2 kg, según los detalles que dio el grupo médico por medio de la revista American Journal of Transplantation. Allí, mencionan dos casos «exitosos». El primero fue de «una niña pretérmino nacida a las 29 semanas de edad gestacional, con un peso de 1,07 kg». Mientras que el segundo corresponde al de una prematura «nacida a las 29 semanas y cinco días de gestación, con un peso de 1,17 kg».
Lejos de estar planteado como casos «exitosos», hay muchas preguntas en el medio. Todas están enmarcadas en el oscuro prontuario del Partido Comunista Chino (PCCh) con relación a la sustracción de órganos de minorías religiosas sometidas en campos de concentración y a trabajos forzados. Marcos Giuriati, realizador de un documental que expone estas y otras atrocidades, precisamente conversó hace pocos días con PanAm Post. Por esto que ahora médicos chinos mencionen a recién nacidos en el tema de los trasplantes despierta preocupaciones.
¿Máquina de producción de órganos?
El texto que detalla el proceso de las sustracción de riñones menciona que «los padres de ambos bebés habían aceptado la retirada de la terapia de soporte vital (TSV) y la donación del órgano renal tras la muerte circulatoria (DCD) al segundo o tercer día de nacer el bebé». Posteriormente, «se completaron las pruebas de compatibilidad donante-receptor y dos receptores adultos recibieron un trasplante de riñón dual».
Para consultar dudas, The Epoch Times contactó a Zain Khalpey, profesor asociado de Cirugía y otras especialidades en la Universidad de Arizona. Lo que plantea el especialista son preocupaciones técnicas y éticas. Por ejemplo, afirma que no habría problema si el riñón va de un niño a otro. Pero al ir de un niño a un adulto, el tema adquiere otro enfoque. «Entonces, la práctica de usar a un bebé recién nacido es difícil de aceptar porque no tienen voz y voto”, remarca.
A la lista se suma que las pruebas de compatibilidad de sangre y tejidos, entre donante y receptor, por lo general duran meses. Algo difícil de hacer con un bebé que muere a las pocas horas de vida. Para el experto, «se puede suponer que las pruebas se realizaron con líquido amniótico extraído mientras el bebé aún estaba en el útero de la madre». Y allí es cuando las cosas se complican todavía más ¿Preveían los médicos que las bebés iban a morir a las horas de nacidas o se trata de una preselección de órganos incluso antes de que lleguen al mundo? Acá se concentra el temor de que las autoridades comunistas «seleccionen a los bebés chinos antes de nacer como una máquina de producción de órganos».
¿Hubo consentimiento de los padres?
En la actualidad, el Hospital Renji ha realizado 22 casos de trasplante de riñón de recién nacidos, se lee en un comunicado del sitio web de la universidad en Shanghái. Pero en el artículo de la revista médica —sobre la que también pesan dudas por publicar un artículo tan controvertido— solo se mencionan los detalles de dos bebés. Se desconoce qué pasó con los otros 20.
El doctor en cuestión plantea otra variables, como el hecho de que se habrían injertado órganos muy pequeños en adultos y cuál es la información sobre los padres. «¿Tenían conocimiento y consentimiento? ¿Eran los padres objetores de conciencia [o miembros de] un grupo vulnerable?», reiteró.
Por supuesto las respuestas no saldrán del comunismo chino y por ahora mantienen que los trasplantes de órganos provienen de donaciones voluntarias, en lugar de la sustracción forzada. Pero sobra la documentación sobre el delito que se ha denunciado durante años contra presos de conciencia como uigures o practicantes de Falun Dafa.
Preocupación por trasplante de riñones de recién nacidos a adultos en China