El ayuno se practica probablemente desde la prehistoria. Casi todas las culturas del mundo tienen alguna ocasión especial en la que se deja de comer o de beber como un acto de homenaje a las divinidades.
En la actualidad, este tipo de abstinencia es muy común en todo el mundo, sobre todo por razones de salud, estéticas o ambas. En particular, se ha vuelto muy popular el llamado «ayuno intermitente». Hay que decir que la mayoría de los estudios al respecto indican que tiene efectos positivos sobre algunos aspectos de la salud.
Sin embargo, son muchas las personas en el mundo que reportan mejoras en su estado de ánimo y en su salud gracias al ayuno. En definitiva, se requiere de voluntad y decisión para adelantar ese tipo de restricciones y, seguramente, generan bienestar emocional en quienes lo logran. Veamos algunas curiosidades del método.
«El ayuno produce profetas, es guardián del alma, arma de los fuertes, disciplina de los guerreros, gobernador de la pureza, adorno de la paz. El ayuno santifica y consagra a los ministros, acrecienta los dones y es promotor de la salud».
-Crisóstomo-
El ayuno en la historia
Todo indica que ayunar tiene un origen místico y religioso. Hay referencias a esta práctica en los libros más antiguos del judaísmo, taoísmo, hinduismo y jainismo. Tan solo en la Biblia hay más de 300 pasajes que hablan del tema. Se sabe que en muchas culturas ancestrales los chamanes tienen por costumbre ayunar antes de realizar sus rituales.
Los normandos tenían el hábito de hacer ayuno antes de ir a la batalla, pues consideraban que esta era una forma de afrontar la muerte con el cuerpo y el espíritu purificados. Entre los arios era habitual ayunar un día a la semana. También hay noticia de que algunos indios norteamericanos ayunaban para alejar las catástrofes o atraer fertilidad para la tierra.
Los aztecas y los incas ayunaban porque lo consideraban una condición indispensable para entrar en contacto con sus deidades. Por su parte, Sócrates y Platón eran ayunadores habituales; se dice que periódicamente dejaban de tomar alimentos por 10 días continuos. Asimismo, una de las condiciones que exigía el filósofo Pitágoras para entrar en su escuela era ayunar por un día.
Ayunadores profesionales
Hubo un tiempo en el que ayunar se convirtió en un excelente negocio. Quienes se lucraban de este eran personajes conocidos como «ayunadores profesionales». El más famoso de ellos se llamó Giovanni Succi, un italiano que comenzó a hacer fortuna dando un espectáculo de aguante en las calles de Buenos Aires y al que muchos calificaron como charlatán.
La primera hazaña de este «artista del hambre» fue permanecer 30 días encerrado en una jaula, en el teatro San Martín, sin probar ni un alimento. Solo bebía agua. La gente debía pagar una entrada para verlo y se cuenta que en total pasaron más de 47 000 espectadores por allí. Se dice que los dueños de los restaurantes lo tentaban para que rompiera el ayuno voluntario, pero no lo lograron.
Como Succi hubo otros ayunadores profesionales, a finales del siglo XIX y comienzos del XX. Henry S. Tanner completó la hazaña de 44 días sin comer y esto le valió volverse millonario en los Estados Unidos, gracias al dinero que recaudó por su «espectáculo». Lo verdaderamente interesante es que muchos científicos comenzaron a estudiar a estos personajes y así se consiguieron los primeros datos sobre los efectos del ayuno.
Las huelgas de hambre más famosas
Está claro que la mayoría de la gente ayuna por motivos religiosos o de salud. No obstante, dejar de ingerir alimentos también se ha empleado como un recurso de protesta ante injusticias o con el fin de obtener algo a cambio. Es lo que se conoce como «huelga de hambre» o «ayuno político».
Uno de los líderes que empleó la huelga de hambre como herramienta sistemática fue Mahatma Gandhi. En total hizo 17, cada una de ellas de entre 7 y 24 días. Tan solo 10 días antes de su muerte hizo la última de estas, con la idea de promover la concordia entre hinduistas y musulmanes.
La huelga de hambre más larga de la historia fue protagonizada por Irom Sharmila, una activista de los derechos humanos que comenzó a ayunar en el año 2000 y concluyó en 2016. Su objetivo era protestar por la muerte de 10 civiles a manos del ejército indio.
Cuando dejó de alimentarse fue acusada del delito de «intento de suicidio» y obligada a alimentarse a través de una sonda nasal. Así permaneció por casi dos décadas, con breves interrupciones. Una vez terminó su protesta, se incorporó a la lucha política en su país. Es, sin duda, el ayuno más dramático de la historia.
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En estos tiempos de cambio, el despertar también llega, naturalmente, a los beneficios del ayuno. Limpieza.