Antes o después, la mayoría de las personas atraviesan una crisis existencial, sobre todo cuando se producen situaciones inesperadas que provocan un giro de 180 grados y generan una profunda angustia vital.
Esos acontecimientos suelen llegar cargados con una gran dosis de confusión e incertidumbre, barriendo de un plumazo nuestra estabilidad emocional, pero también puede convertirse en un punto de inflexión para cambiar radicalmente nuestra vida, plantearnos nuevos objetivos, reinventarnos o dar ese paso que siempre habíamos querido pero no nos atrevimos.
¿Qué es una crisis existencial?
Las crisis se producen cuando no contamos con los recursos psicológicos necesarios para afrontar una situación determinada. La crisis existencial, en particular, sobreviene cuando cuestionamos el sentido de nuestra vida y no encontramos respuestas satisfactorias.
Puede describirse como sentimientos y emociones negativas persistentes vinculados a las dudas sobre el significado inherente de la vida y la existencia. De hecho, este concepto proviene del existencialismo, una corriente filosófica que se enfoca en explorar el significado de la existencia humana y su propósito en un mundo, que muchas veces parece caótico y privo de sentido.
En muchos casos, la crisis existencial es una reacción psicológica a un evento vital, ya sea real o imaginario, que ha tenido un impacto profundo y nos ha hecho sentir solos o desvalidos. En ese punto podemos comenzar a preguntarnos cuál es el sentido de nuestra vida, qué es lo verdaderamente importante, hacia dónde vamos o qué haremos de nuestra existencia.
Aunque se trata de preguntas que todos nos hemos hecho en algún momento, cuando se produce una crisis existencial estas cuestiones adquieren un carácter urgente. Nos atormentan y obsesionan, llegando a generar un intenso estado de angustia y desazón.
Cuando no encontramos respuestas que nos satisfagan, podemos sentirnos enojados, impotentes, ansiosos o incluso deprimidos. Para algunas personas puede ser una experiencia aterradora, ya que se sienten completamente solas y perdidas en un universo que perciben como ocasional y carente de sentido. De hecho, la crisis existencial puede conducir a una depresión existencial.
Sin embargo, también puede ser una oportunidad de autodescubrimiento y crecimiento. Muchas veces las crisis existenciales tienen un efecto positivo ya que nos permiten descubrir qué es lo realmente importante en nuestra vida o encontrar un nuevo propósito que nos llene por completo y nos motive a seguir adelante con fuerzas renovadas.
¿Cómo saber si estás atravesando una crisis existencial? Sintomas mas comunes
La crisis existencial adquiere una dimensión única para cada persona, aunque también se pueden detectar algunos síntomas comunes:
- Nada te parece lo suficientemente interesante. Las actividades que antes disfrutabas han perdido su atractivo y ya no les encuentras sentido.
- Tienes una sensación de insatisfacción permanente y generalizada, aunque las cosas te están yendo bien.
- Te sientes drenado emocionalmente o experimentas una sensación de vacío y falta de energía constante.
- Crees que necesitas darle un vuelco a tu vida, pero no tienes ni idea de por dónde empezar o cómo hacerlo.
- Te sientes solo en un universo que se te antoja demasiado grande, ajeno, confuso y carente de sentido.
- Experimentas una sensacion de enajenacion contigo mismo. No te reconoces en la persona que eres y te cuestionas tus valores y creencias.
- Comienzas a preguntarte si has saltado algunas etapas de tu vida o sospechas que te faltan muchas experiencias por vivir, lo cual te genera angustia.
- Te cuestionas las decisiones más importantes que has tomado, desde la elección de tu profesión hasta la relación de pareja, y tienes la sensación de que has elegido el camino equivocado.
- Sientes miedo y ansiedad por el futuro ya que cuando miras hacia adelante no logras vislumbrar el camino con claridad.
- Tienes una mayor conciencia de tu mortalidad. Asume que la muerte podría llegar en cualquier momento, lo cual te genera una gran desazón.
- Tienes la sensacion de que todo lo que ha hecho ha sido en vano o no ha tenido sentido. De hecho, en ocasiones puedes sentir como si no hubieras vivido.
De cierta forma, puede hacerse referencia a dos tipos de crisis existenciales, según el foco de atención sobre el que giran las preocupaciones:
- Crisis existencial del SER. Es una crisis de identidad; o sea, afecta la imagen que tenemos de nosotros mismos. En estos casos, la mayoría de las preguntas que nos atenazan versan sobre quiénes somos, qué hemos sido y en quién queremos convertirnos. Son crisis existenciales ligadas a nuestros valores y creencias más profundas.
- Crisis existencial del HACER. Esta crisis tiene un carácter más pragmático ya que nos lleva a plantearnos preguntas como ¿qué estoy haciendo con mi vida? ¿Estoy conforme con esta vida? ¿Estoy a gusto con lo que hago? Generalmente se acompaña de un aburrimiento existencial y la sensación de vivir en un bucle del cual no sabemos cómo salir pues sentimos que las presiones sociales deciden por nosotros, al margen de nuestra voluntad.
¿Por qué se producen las crisis existenciales y qué consecuencias tienen?
Las crisis existenciales están relacionadas con el proceso de crecimiento y maduración, por lo que puede producirse en cualquier momento de la vida, a excepción de la infancia. De hecho, son habituales en la juventud, una etapa en la que debemos encontrar nuestro lugar en el mundo, pero también pueden ocurrir en la adultez o la tercera edad, sobre todo a medida que nos acercamos a la muerte.
En algunos casos es posible encontrar un evento desencadenante, una situación que nos conmociona y hace que nos replanteamos el camino que habíamos seguido hasta ese momento, como un accidente, la muerte de una persona cercana, la elección de una profesión, el traslado a otro país o una enfermedad grave.
Sin embargo, no siempre es posible identificar un evento específico. En esos casos, la crisis existencial se va cociendo a fuego lento, veces alimentada por la sensación de mucha soledad, vacío y/o insatisfacción con lo que hemos hecho hasta el momento o la persona en la que nos hemos convertido.
Obviamente, todos no experimentamos la crisis existencial de la misma manera. Hay quienes salen de ella rápidamente y hay quienes se sumergen en un largo periodo desestabilizador. Algunos desarrollan una perspectiva negativa de sí mismo, del mundo y del futuro que puede desencadenar problemas psicológicos, como una depresión o incluso ideas suicidas.
La extrema vulnerabilidad emocional que experimentamos durante una crisis existencial, sumado a los sentimientos de desconexión y la sensación de falta de sentido, hace que sea difícil encontrar el significado de las cosas, por lo que algunas personas caen en el agujero negro de la abulia y la anhedonia .
Sin embargo, en la mayoría de los casos las crisis existenciales terminaron siendo experiencias positivas que cambiaron nuestra cosmovisión. En cierto sentido, la crisis existencial es un llamado de nuestro “yo” más profundo, un momento propicio para comprender mejor lo que se cuece debajo de la conciencia. Son un llamado a hacer una pausa y salir del piloto automático.
Durante una crisis existencial podemos redescubrir verdades que habíamos enterrado durante años mientras estábamos demasiado ocupados desarrollando con las expectativas sociales depositadas en nosotros. De hecho, Carl Jung creía que la primera mitad de nuestra vida la dedicamos a desarrollar nuestro ego, mientras pasamos la segunda mitad integrando el inconsciente y convirtiéndonos en quienes somos realmente. Por esa razón, a menudo ese período de transición actúa como detonante de una crisis existencial.
En general, para superar una crisis existencial es importante no dejarse abatir y enfocarnos en la libertad de elección. Puede que no estemos satisfechos con lo que hemos hecho o que no nos guste la persona en la que nos hemos convertido, pero tenemos el poder de cambiarlo aquí y ahora, dando un paso a la vez. Ver la crisis existencial como un punto de inflexión para comenzar a llevar una vida más plena y llena de sentido nos ayudará a superar esa etapa de dudas y cuestionamientos e incluso salir fortalecidos, con una nueva visión y misión de nosotros mismos y del mundo.
fuentes:
Butėnaite, J. et. Alabama. (2016) Componentes de la crisis existencial: un análisis teórico. Revista Internacional de Psicología: Enfoque Biopsicosocial ; 18: 9-27.
Yang, W. et. Alabama. (2010) Crisis existencial y conciencia de morir: el papel del sentido y la espiritualidad. Omega (Westport) ; 61(1):53-69.
Crisis existencial, una oportunidad para la introspección y el cambio