La entrada del Sol a Tauro, que este año ocurrirá el 20 de abril a las 4:15 de la madrugada, hora de Venezuela (08:15 hora universal), ocurrirá en circunstancias astrológicas muy especiales.

Cuatro horas antes de que el Sol entre a Tauro, se eclipsará a finales de Aries (de lo cual escribiremos ampliamente la próxima semana), y al día siguiente, el 21de abril, Mercurio (que el pasado 3 de abril entró al signo del toro), iniciará su movimiento retrógrado.

La entrada de un Sol renovado a Tauro, luego de eclipsarse,  atraerá un ambiente propicio para la consolidación de proyectos y metas, y para el desarrollo de la voluntad y la perseverancia.

Este ciclo de Tauro estará acompañado en su mayor parte por Mercurio en este mismo signo en su fase de retrogradación, es decir, este planeta estará retrógrado hasta el 14 de mayo, mientras que el Sol permanecerá en Tauro hasta el 21 del mismo mes, por lo que en su última semana, se sentirá el empuje de todo lo que se promueva en este período.

Por tanto, la influencia del signo del toro, en su primera etapa con Mercurio retrógrado, debe mover a importantes reflexiones sobre el camino a seguir, y en lugar de desesperarnos por la aparente lentitud de los acontecimientos, enfoquemos nuestra mente en lo que queremos, y sembremos la intención de nuestros objetivos, esperando el momento propicio para la cosecha.

Recordemos que la energía de Tauro tiene una parte muy práctica, donde podemos materializar lo que queremos, si ponemos a funcionar nuestra fuerza de voluntad, pero además tiene una cualidad de suma espiritualidad, en concordancia con fuerzas búdicas (iluminadoras). Es importante fortalecer la mente con la meditación.

La energía del toro es muy poderosa, especialmente en aquellas tareas que requieran de resistencia, y en aquellas metas que, por más difíciles que se nos presenten, seamos capaces de darle continuidad y llegar hasta el final, bajo la indoblegable fuerza del “querer” hacer las cosas.

Esta energía de Tauro que se activa, en su sentido esotérico representa la conexión del zodíaco con constelaciones como la Osa Mayor y las Pléyades. Las energías que llegan de estos conjuntos de estrellas se relacionan con la voluntad, el propósito y la energía esencial del Sol, el centro de la vida humana.

Tauro forja los instrumentos de la vida constructiva o de la destrucción; forja las cadenas que atan o crea la llave que abre el misterio de la vida; este proceso forjador, con su clamor consiguiente, es el que prosigue en esta época de manera potentísima.

La energía de Tauro crea conflicto entre materia y espíritu, entre creciente desinterés y egoísmo, entre el tira y encoge de la materia y el espíritu, pero a su tiempo revela las causas del conflicto y lleva a la armonía en niveles superiores.

Tauro es un signo de tierra, por tanto con mucho sentido práctico, de comprensión lenta, mente reflexiva y alta capacidad de trabajo; es capaz de concentrarse a fondo en lo que realiza y tiene aptitudes para las actividades artísticas y artesanales, así como también inclinación hacia la acumulación de bienes materiales, pues son muy previsivos y su seguridad depende de garantizarse su bienestar económico.

Tauro está regido por Venus, y en estos momentos este planeta finaliza su recorrido por su morada taurina y este 11 de abril entra a Géminis, favoreciendo energías de comunicación, equilibrando de esta forma las alteraciones que ocurrirán en esta materia por la presencia de Mercurio retrógrado en Tauro.

La comunicación bajo el influjo venusino tendrá un toque de calidez, afectividad y conciliación, amortiguando los malos entendidos que pueda ocasionar Mercurio en retroceso.

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