Cuando el pueblo de Israel estaba sediento en su camino a través del desierto, Dios hizo brotar agua de una roca. Pidió a Moisés que golpeara la piedra con su bastón. Como no ocurrió nada, el profeta, impaciente, volvió a golpear y el agua brotó, pudiendo así saciar la sed del pueblo y su ganado. El Señor castigó a Moisés sin entrar en la Tierra Prometida por no haber tenido fe en el primer golpe
Esta cita bíblica, pertenece a Números 20:1-13 y viene al caso porque el 15 de mayo se celebra en Madrid la festividad de su patrón, San Isidro Labrador que emuló a Moisés en este milagro.
Nacido en 1082 y casado con Santa María de la Cabeza tuvieron un hijo, también santo, llamado Illán.
A San Isidro se le atribuyen la friolera de 438 milagros
Se le atribuyen 438 milagros, muchos de los cuales tienen que ver con el agua, incluida la aparición de fuentes y manantiales. Qué bien nos vendrían ahora con esta intensa sequía, ¿verdad?
Cuentan que un día que San Isidro estaba en el campo cumpliendo con sus labores, recibió la visita de su patrón, Iván de Vargas, quien le pidió un poco de agua para beber. Como el labrador no tenía agua a mano, cogió su cayado y golpeó el suelo diciendo: “Cuando Dios quería, aquí agua había” y, en aquel instante comenzó a brotar agua del suelo.
Este punto es desde antaño una fuente cuya agua muchos creen que tiene propiedades curativas y donde la Emperatriz Isabel mandó levantar la ermita, en 1528.
Seguramente el presunto milagro pueda explicarse por la existencia de acuíferos, como sucede en Dinosa, una localidad de la República de Montenegro, donde se erige una centenaria moreras de la que brota abundante agua, desde la década de los noventa en época de lluvias.
De esta morera de Dinosa (Rep. Montenegro) mana agua desde la década de 1990. Echa sus raíces sobre arroyos subterráneos y sus huecos actúan como una válvula para la presión que se acumula después de fuertes lluvias. pic.twitter.com/l4bKhDlTe8
— Josep Guijarro (@josepguijarro) May 9, 2023
En el prado donde crece este árbol hay una red subterránea de manantiales que se inundad cuando hay precipitaciones fuertes en la región. La presión bombea el agua a través del tronco –que está hueco- y sale a través de un agujero formando un manantial.
Se trata de un fenómeno totalmente natural que ha atraído a visitantes de todo el mundo.
Sucede lo mismo en el claustro de la Abadía de Santa María, en la pequeña locadidad francesa de Arlès-sur- Tech, en los Pirineos orientales
En este bello pueblo del departamento francés de Languedoc-Roussignol hay un sarcófago de piedra que albergó, según la tradición, los restos de dos santos, Abdón y Senén, trasladados hasta aquí durante la epidemia de peste negra.
El sarcófago de mármol se llena cada día con entre uno a dos litros de agua de origen milagroso
Este sarcófago se llena cada día de entre uno a dos litros de agua de origen milagroso a la que los devotos atribuyen poderes curativos, como sucede con el agua de Lourdes.
Al analizar el agua, se confirmó que se trata mayoritariamente de agua de lluvia que, gota a gota, se filtra a través de la piedra, una losa de mármol de 15 centímetros de espesor. El10% de ese agua sería consecuencia de la condensación dentro del sarcófago. Pero, ¿cómo es posible si el mármol no es poroso?
Al parecer la tapa del sarcófago no es de mármol, está construida con una piedra porosa que sí permitiría la filtración del líquido elemento.
La tradición dice que la Santa Tumba comenzó a llenarse de agua después de una procesión para pedir lluvia durante una gran sequía.
El sarcófago sólo se quedó seco en dos ocasiones, en 1914 y en 1939 años de inicio de las dos grandes guerras. También dicen que se secó en los atentados de París.
Cada 30 de julio, festividad de san Abdón y san Senén, a los que se considera mediadores del milagro, se hace un peregrinaje hasta la iglesia de Santa María y se recoge el agua milagrosa.
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