“El Eterno habló a Moshé en el monte Sinai, para decir: Habla a los hijos de Israel, y diles: Cuando entren a la tierra que Yo les entrego, la tierra guardará un Shabat de cese por el Eterno. Durante seis años sembrarás tu campo y durante seis años podarás tu viña, y recogerás su cosecha. Pero en el séptimo año habrá un cese total para la tierra, un Shabat para el Eterno…”
Levítico, capítulo 25: 1-2-3-4
El número 7.
En el capítulo semanal, que hemos leído este Shabat (Parashat Behar), inicia con el tema del descanso de la tierra. Justamente el séptimo año, y el número 7 es aquel que tiene una relación directa con el hombre y su actividad a desarrollar en el mundo físico. Y entonces, podríamos decir que 7 es el Shabat (descanso laboral y espiritual), el 7 es el año Sabático de la Tierra de Israel (los campos no son trabajados), y 7 son los milenios de la edad del mundo, ya que cada día de la creación equivaldría a 1000 años y el séptimo y último milenio correspondería a la era mesiánica.
Siete eran los brazos de la Menorá que se encendía en el Beit Hamikdash o Templo de Ierushalaím, y según el Zohar (libro madre de la Cábala) estaría relacionado con la sefirá o atributo de Maljut (el reinado o el reino) que sería la más baja del árbol sefirótico y que correspondería a nuestro mundo físico o terrenal.
Además siete se desdobla en 3 y 4 que podría corresponder a los 3 Patriarcas y a las 4 Matriarcas de Israel y podría ser un néxo o punto de unión entre el cielo y la tierra.
Por último, para Pitágoras (filósofo y matemático griego 570-490 a.c.) el 7 sería un número perfecto.
El 8 y el infinito.
Por el contrario, el 8 es un número relacionado con D’os (Hashem), con lo milagroso y sobrenatural. De hecho, un 8 acostado simboliza el infinito, en esta posición representa una idea, que no es posible establecer un principio o un fin. Este signo se atribuye al matemático inglés John Wallis (1616-1703) que lo aplica para representar el concepto de infinitud.
Es muy interesante resaltar, que el elemento oxígeno sin el cual sería imposible nuestra vida, tiene el número 8 en la Tabla Periódica de los elementos químicos. La Tabla periódica de los elementos químicos fue publicada en 1869 por Dmitri Ivanóvich Mendeleiév (químico ruso 1834-1907), que ordena a los elementos por su número atómico o la cantidad de Protones o elementos con carga positiva presentes en el núcleo.
Para concluir este segundo bloque, el enigmático Tetragrama o nombre de D’os (alude a la esencia divina y al atributo de la misericordia) de 4 letras, cuya sumatoria da 26 y que por suma y síntesis resulta en 8. Obvio, no podría dejar de mencionar el milagro de Janucá, donde con un resto de aceite puro, el encendido del candelabro duró 8 días dando tiempo suficiente a poder traer aceite nuevo. El 8 representa lo sobrenatural y lo milagroso.
Reflexión final.
Las 22 letras del alfabeto hebreo tienen cada una su número equivalente. Y con la ayuda de Wikipedia podemos decir que: “un número es un concepto matemático que expresa cantidad (en relación a su unidad)”. También podemos considerar que el número es el signo o conjunto de símbolos que representa este concepto. Y en este caso, los llamados números naturales son símbolos que permiten representar la cantidad de elementos que tiene un conjunto.
En el judaísmo, las letras y los números que les corresponden, nos dan una idea de cantidad de elementos, pero también nos expresan ideas. Incluso se establecen relaciones entre las diferentes palabras a los fines de construir nexos o vínculos que dan lugar a nuevas explicaciones de un texto bíblico, que nos desafía siempre a ir tallando cada vez mas profundo. El principio es el relato del Génesis (la briá o Creación del mundo a partir de la nada), pero el final no nos es accesible al entendimiento humano.
La Torá es la expresión de la Sabiduría Divina, y los números 7 y 8 y esta breve reseña son solo una parte del material para analizar, y de ninguna manera se agota en el punto final de la presente exposición. Hay mucho para agregar, para debatir, e incluso cuestionar.
Shavua Tov!.
Dr. Natalio Daitch