Kitarô Nishida (1870-1945) fue un filósofo japonés, considerado como el precursor de la Escuela de Kioto. Estudió filosofía en la Universidad de Tokio, graduándose en 1894. En 1896 se inicia en la meditación Zen, influenciado por su colega y amigo D.T. Suzuki. Tras una larga estancia de meditación Zen en Tokyo, y gracias a un profesor, consigue un puesto en la Escuela Superior de Yamaguchi.
Raphael von Koeber ―un ruso-alemán, músico y filósofo, que emigró a Japón y que influyó decisivamente en el desarrollo de la Filosofía japonesa del siglo XX― inicia a Kitarô en la Filosofía griega y medieval, y también le hace leer a Schopenhauer terminando sus estudios con un trabajo sobre David Hume.
En 1910, como consecuencia de la publicación de su obra Sobre el bien, se le ofrece un puesto en la universidad de Kioto. Allí desarrolla su Filosofía y da vida a la Escuela de Kioto (Kyōto-gakuha). Esta escuela no fue una institución. Incluso el nombre no está claro si se lo puso un alumno o un periodista. Tema fundamental de la Escuela de Kioto: la Nada Absoluta.
En 1940, recibió la Orden de la Cultura (bunka kunshô). Participó en el establecimiento del Instituto de Tecnología de Chiba desde 1940.
Nishida se nutrió tanto de corrientes de pensamiento occidentales como orientales. Sus influencias principales dentro de la filosofía europea fueron el idealismo alemán y la fenomenología de Edmund Husserl. A su vez se sentía fuertemente atraído por la teología negativa de los filósofos medievales como Meister Eckhart, Escoto Eriúgena y Nicolas de Cusa.
Uno de los conceptos más famosos en la filosofía de Nishida es la lógica de basho (generalmente traducido como “lugar” o “topos”), una lógica concreta no dualista, destinada a superar la insuficiencia de la distinción sujeto-objeto esencial a la lógica del sujeto de Aristóteles y la lógica del predicado de Immanuel Kant, a través de la afirmación de lo que él llama la “autoidentidad absolutamente contradictoria”.
En su libro Zen no kenkyū «Una búsqueda del Bien», Nishida escribe sobre la experiencia, la realidad, el bien y la religión. Sostiene que la forma más profunda de experiencia es la experiencia pura. Nishida analiza el pensamiento, la voluntad, la intuición intelectual y la experiencia pura entre ellos. De acuerdo con la visión de Nishida, así como con la esencia de la sabiduría asiática, uno aspira la armonía en la experiencia, la unidad.
La filosofía original y creativa de Nishida, que incorpora ideas de la filosofía zen y occidental, tenía como objetivo acercar Oriente y Occidente. A lo largo de su vida, Nishida publicó una serie de libros y ensayos, incluidos An Inquiry into the Good y The Logic of the Place of Nothingness and the Religious Worldview. En su conjunto, el trabajo de toda la vida de Nishida fue la base de la Escuela de Filosofía de Kioto y la inspiración para el pensamiento original de sus discípulos.
Algo sobre sus ideas
– Filosofía y Religión como búsqueda de la verdad. Intento de síntesis entre ambas.
– “Experiencia pura”. Se apoyó en William James, en Bergson y en la mística cristiana. Experiencia pura. Este concepto se refiere al instante mismo de la experiencia en sí, antes de que se sea consciente del dualismo “sujeto que observa-objeto observado”, y antes de que se active el pensamiento, el juicio, la reflexión sobre qué es lo que está provocando esa experiencia. Es la percepción del color, o del sonido, sin más (sin sujeto, sin objeto, ni clasificación). Es la experiencia directa y silenciosa de los contenidos de la conciencia. Kitarô desarrolla esta idea en su obra Sobre lo bueno.
– “Autoconciencia” (jikaku). Es la conciencia que de sí mismo tiene el yo transcendental (¿Dios? ¿Buda?). Ese yo se manifestaría en una voluntad absolutamente libre; la cual sería un movimiento creador que no puede ser pensado, pues sería precisamente (esa voluntad libre) aquello que causa la reflexión (sería la fuente de la reflexión). Esa voluntad estaría además relacionada con el “eterno ahora” (eikyu no ima).
– “Lógica del lugar”. Muchas veces he confesado que para mí la Filosofía se enciende con una pregunta básica: ¿Dónde demonios estamos? “El lugar”. Para Kitarô Nishida decir que algo es algo presupone afirmar que tiene un lugar en “lo general” y, por tanto, presupone estar determinado por la estructura de esa generalidad. Pero tiene que haber, digamos, un continente (no determinado) donde ubicar el ser, cualquier ser. Ese “lugar” sería la Nada Absoluta (zettai mu). “Mu” (“Wu” en chino) son palabras de difícil traducción. En la tradición Zen equivalen a vacío, más o menos. Porque ojo, se trata de un vacío que transpira sobreabundacia. Para Kitarô Nishida el “lugar” (la Nada absoluta en la que estamos) es lo que hace posible todo lo que existe, todo lo que es “algo”. La Nada es el lugar y el lugar es la Nada. Y eso es lo religioso. Eso es lo buscado por la Filosofía y por la Religión. Eso es Buda. Eso es Dios.
David López (www.davidlopez.info) https://www.nodualidad.info/maestros/kitaro-nishida.html